¡¡Exijamos lo Imposible!!
El desempleo formal es ya una bomba social Alvaro Cepeda Neri
Conjeturas
En sus “palenques” a puerta cerrada por entidades con desgobernadores panistas, el señor Calderón (que escucha pasos en la azotea de Los Pinos del priísta Peña que también quiere entrar por la puerta trasera), hace sus cuentas alegres, aun cuando deja hecho un desastre al país. Pero junto con sus empresarios, que no lograron crear ni 5 mil empleos anuales, de al menos medio millón por año que se necesitaban, demandan que la oposición se rinda ante el “copete” mexiquense. Y los magistrados del TRIFE favorecen entre líneas a PRI-Peña, quien, debido a las denuncias-acusaciones de López Obrador huyen con el botín al grito de “al ladrón, al ladrón”. Autoproclamado “presidente del empleo”, Calderón se va como un presidente del mal gobierno que arrojó a casi 15 millones a la calle para sobrevivir en el trabajo informal.
El INEGI, tapadera del calderonismo, no informa que el empleo formal apenas alcanza unos 14 millones debido a la falta de inversión privada, capitales “golondrinos” del exterior que sólo pescan y se van, igual que las ganancias de los bancos, como el banco inglés HSBC “lavando” dinero del narcotráfico a plena luz. Los inversionistas nativos llevan sus capitales al extranjero (a las islas Caimán para no pagar impuestos) y han abandonado la planta industrial, mientras con los supermercados, se dedican a la especulación comercial, trayendo alimentos de fuera porque no hay inversión ni subsidios en el campo, y su producción no alcanza para surtir el mercado interno y mucho menos para exportar.
En la jerga popular, Calderón deja un “desmadre” nacional y un militarismo-policiaco que no ha contrarrestado a los delincuentes, quienes han corrompido a los altos mandos de las secretarías de Marina, Defensa Nacional y Seguridad Federal. Y generan empleos hasta a los inmigrantes que viajan en el ferrocarril de carga apodado “La bestia” (¿habrán leído La bestia humana, de Emilio Zolá?, alusión al ferrocarril y su vinculación con la humanidad). Sólo en este año, más de 3 millones ingresaron a la informalidad, que consiste en prostitución, delincuencia, venta de drogas y toda clase de vendedores desnutridos y agotados por laborar en las calles entre 14 y 16 horas; sin prestaciones ni atención médica alguna.
Estas bombas sociales y políticas sólo necesitan una chispa para estallar. El desempleo implica hambre, enfermedades, cansancio extremo, desesperación, desintegración familiar y adicciones. Sobreviven esos 15 millones con unos pesos para mal comer. Pero no hay crecimiento económico; y si no se resuelven las elecciones presidenciales, atascadas en el fraude por compra de votos al grito de: “Ha muerto Calderón, ¡viva el interino!”, el malestar social será tan grande que puede encender las bombas. Y es que las élites no quieren ceder a la democratización, y al despreciar al pueblo hacen posible la explosión. Con la rebelión estudiantil y de jóvenes que no encuentran trabajo ni cupo en escuelas superiores, amenaza un estallamiento social, donde el desempleo es el factor común de los problemas nacionales.
cepedaneri@prodigy.net.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario