El héroe de la derrota
Francisco Rodríguez
Indice Político
Derrotado. Justo como inició su ocupación de Los Pinos, así se irá
Felipe Calderón, quien deja como legado —en palabras del luchador social
Javier Sicilia— “una nación llena de osarios, de dolor, de víctimas y
de miseria, y la pérdida de confianza que alguna vez el país tuvo en
ustedes (los panistas). No has querido reconocerlo. La soberbia, que es
hija del poder y fuente de todos los pecados, te cegó. Tu guerra,
Felipe, aunque lo niegues, es hija de una bovina subordinación de la
agenda de seguridad de nuestro país a la agenda de seguridad de los
Estados Unidos que en buena parte está fincada en una estupidez
decretada hace 40 años por Nixon: La guerra contra las drogas”.
Vencido por el peso mayúsculo de sus propios errores, así se va Calderón
de la residencia presidencial que, merced al cuestionable fallo de un
Tribunal, ha ocupado los últimos 68 meses.
No lo ven así, empero, los pocos paniaguados que aún le quedan –sus
niveles de aprobación ya no rebasan el 35%, de acuerdo a sondeos
serios—, cual el ex presidente colombiano Álvaro Uribe quien apenas lo
ha calificado de “héroe”. Un héroe que, además, requiere de protección,
cual también ha demandado el ex mandatario de la nación sudamericana, a
quien sus opositores políticos han ligado innumerables ocasiones cual
protector de narcotraficantes y consuetudinario violador de los derechos
humanos.
No es un personaje admirable y, eso sí, poco recomendable el colombiano,
por lo que sus palabras no deberían ser tomadas en serio, menos todavía
por sus recientes declaraciones para “favorecer” a Calderón
pronunciadas en Washington.
¿Héroe Calderón? ¿Qué clase de heroísmo lo inviste?
¿Conquistador como Alejandro Magno?
¿Libertador como José María Morelos o Simón Bolívar?
¿Estadista como Benito Juárez o Sir Winston Churchill?
¿Es acaso un nuevo tipo de heroicidad?
Ese nuevo tipo de heroísmo que Calderón personificaría más pareciera un
caudillismo de la renuncia y la derrota, el de la disposición a
convertir el abandono de posiciones en progreso y desarrollo, el de la
traición ideológica en prosaica mejora de su condición económica, el del
repliegue en victoria.
Calderón, como casi todos los dirigentes políticos de nuestra época,
está condenado en mayor o menor medida al papel de héroe de la retirada y
la derrota.
Los héroes de hoy, nos dice Uribe, ya no son los de antes. Ya no son
aquellos que se distinguen por sus acciones extraordinarias. Tampoco
quienes son admirados por sus virtudes y sus hazañas. Menos aquellos que
encarnan el sueño, común a los hombres de todas las épocas, de escapar
de una vida opaca y cotidiana para acceder a la luz de la Historia.
Hoy los héroes son como Calderón, según el colombiano. Grises, opacos,
meros títeres de los designios del imperio. O “perfectos fracasados”,
cual dijera aquél otro tabasqueño. Ahí están los resultados electorales
para comprobarlo. El partido que ocupa el gobierno cayó al tercer lugar,
dijo apenas alguien por ahí, y no fue el cuarto porque el neoaliancista
Gabriel Quadri se distrajo con la edecán Julia Orayén.
Su fallida Administración ha sido reprobada.
Es Calderón, pues, el héroe del fracaso, de la derrota.
Índice Flamígero: Aguante la respiración de aquí al próximo lunes. Ese
día, y otra vez desde los medios de comunicación estadounidenses, se
dará a conocer un nuevo escándalo fraudulento en el que están
involucrados funcionarios del calderonato. + + + Me escribe un lector
hidalguense: “¿Cómo habrán quedado de maltrechos los panistas en las
pasadas elecciones —o como dicen en Veracruz: ‘quedaron pa’l perro’—,
que ya ni cuenta se dan de lo que hacen. Y es que ahora se escuchan
hasta el hartazgo los comerciales del gobierno federal, elaborados con
gran descuido, lo que da cuenta de que literalmente ya les vale todo...
Promueven esos anuncios uno de los ‘logros’ de Calderón en su guerra
contra el narcotráfico, el de las obras sociales. Y oye uno por la radio
que en San Nicolás de los Garza, NL, como por arte de magia y no por
los recursos que aportamos los contribuyentes, funciona un parque que se
llama Heroico Ejército Militar. Pero si uno ve el comercial por TV ese
mismo parque se llama Heroico Ejército Mexicano. Descuido total. O como
dijo Fox: a estas alturas ya pueden decir cualquier pendejada ¡al cabo
que ya se van!... para que ahora sí nos dejen vivir mejor.” + + + Y otro
lector, éste sinaloense, plantea “varias preguntas para los que saben
sobre el sorteo de Melate: ¿Los interventores van a los sorteos? ¿Los
sorteos son todos públicos o no’más los filman? En el Sorteo del dizque
fraude... ¿estuvieron los interventores? ¿Por qué se tardaron tanto en
darlo a conocer? ¿De veras recuperaron el dinero? Si así es, ¿por qué no
lo acumulan a las bolsas? ¿Creen ustedes que son todos los que
anunciaron? ¿No les faltaron involucrados? ¿El titular? ¿Habrá planes de
hacerlo más creíble?
Si alguien sabe algo, favor de avisar...” + + + Faltan 127 días para que termine este sexenio ¿heroico?
www.indicepolitico.com / pacorodriguez@journalist.com
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