PRI, lavador de dinero
Sanjuana Martínez
SINEMBARGO.MX
La triangulación de la red de lavado de dinero en México
salpica al Partido Revolucionario Institucional y a la elección
presidencial. Los hechos nos demuestran que el blanqueo de capitales a
través del voto es un sistema seguro y confiable para la delincuencia
organizada y algunos políticos, valga la redundancia.
El único frente no atacado por Felipe Calderón y su guerra
sanguinaria contra el narco con un saldo de 60 mil muertos y 40 mil
desaparecidos fue precisamente el lavado de dinero, un rubro donde el
Estado, los bancos y algunos partidos políticos se beneficiaron de
manera escandalosa.
Peor aún: sólo 2 por ciento de los acusados por este delito son
consignados, según datos del Grupo de Acción Financiera Internacional
sobre el Blanqueo de Dinero, institución que asegura que las leyes
mexicanas contra ese delito no se ajustan a las normas internacionales.
Ahora sabemos que en México se lavan 39 mil millones de dólares al
año, y no lo sabemos por el gobierno de Calderón, conocemos este dato
gracias al Departamento de Estado del gobierno de Estados Unidos.
También sabemos gracias al Senado del vecino país a través de su
reporte US Vulnerabilities to Money Laundering, Drugs, and Terrorist
Financing que el banco británico HSBC, mediante su filial en México,
permitió el lavado de unos 7 mil millones de dólares entre 2007 y 2008.
Asistimos perplejos a la impunidad del sistema bancario mexicano
protegido nada menos que por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores
(CNBV) y por los privilegios que el gobierno mexicano le otorga a los
pillos de cuello blanco. A HSBC solamente se le aplicó unas multas por
un monto de 379 millones de pesos (poco más de 27 millones de dólares)
impuestas en noviembre de 2011 por la CNBV ante incumplimientos en la
detección y reporte de operaciones inusuales y de otras regulaciones.
En total, el año pasado se le impusieron a este banco mil 855 multas.
¿En que país se permite que un banco viole flagrantemente la ley contra
lavado de dinero y siga operando sin problemas?…
En México no sólo se le permite a HSBC que siga operando sus cochinas
operaciones de blanqueo de capitales procedentes del narcotráfico, sino
que su triangulación con políticos mexicanos le permite gozar de
impunidad para seguir operando, siempre y cuando a través del voto
imponga al candidato del PRI en la silla del Águila.
Calderón creyó erróneamente que al narco sólo se le combatía por la
vía policial y militar, pero nunca se preocupó por mejorar nuestra
legislación obsoleta para atacar eficazmente el lavado de dinero a
través de los bancos en México.
El banco HSBC no sólo traiciona a la patria vía blanqueo de
capitales, también ayudó a los empresarios y políticos mexicanos
sacadólares a trasladar 2 mil millones de dólares a través de 50 mil
cuentas inscritas en ese banco. HSBC es un ejemplo de delincuencia de
cuello blanco intocable. ¿Cómo obtiene su impunidad?
Reporte Índigo publicó que prominentes políticos que tienen
vinculaciones cercanas con el PRI, con Pemex y con la Comisión Nacional
Bancaria y de Valores son ahora altos ejecutivos del HSBC. Entre los
nombres destaca Enrique de la Madrid, hijo del ex presidente Miguel de
la Madrid, director de Relaciones Institucionales y Comunicación
Corporativa; Esteban Levín Balcells, hijo del legislador priísta Oscar
Levín Coppel y primo del director de Pemex Juan José Suárez Coppel, es
director de Banca de Inversión.
Por otro lado, Luis y Eduardo Osorio Chong, hermanos de Miguel Ángel
Osorio Chong, coordinador de Diálogo y Acuerdo Político del equipo de
transición del priista Enrique Peña Nieto y ex gobernador de Hidalgo,
utilizaron supuestamente diversas cuentas en HSBC para acumular 100
millones de pesos y después enviarlos a una filial del banco en el
paraíso fiscal de Panamá. ¿Dónde está la inteligencia financiera en el
gobierno mexicano para combatir al narco?… Sencillamente no existe.
A Felipe Calderón no le interesaba tocar los activos de las
narcofinanzas políticas y empresariales, mucho menos, el lavado de la
defraudación fiscal de los dueños de México que intentan imponer a
Enrique Peña Nieto a través de la compra de millones de votos. Es
evidente que la red de lavado de dinero en México no es tan sofisticada,
pero si es lo suficientemente astuta para burlar las irrisorias leyes
que tenemos en materia penal para combatir las miles de lavadoras de
dinero sucio.
Por tanto, la nueva denuncia ante el Tribunal Electoral del Poder
Judicial de la Federación (TEPJF) del Movimiento Progresista que acusa
Enrique Peña Nieto y al PRI haberse beneficiado en su campaña con
recursos de procedencia ilícita o lavado de dinero, está llena de
verosimilitud. El PRI se gastó más de 4,200 millones de pesos, mientras
que el tope legal era de 336 millones. ¿Dónde está la equidad?
La triangulación de recursos mediante empresas fantasmas, testaferros
accionistas es la clave en el escándalo fraudulento de Monex. Fue esta
red de blanqueo la que transfirió 108 millones de pesos a Monex para
adquirir miles de tarjetas entregadas para comprar millones de votos a
favor de Peña Nieto. La Ley contra el Lavado de Dinero estuvo congelada
mucho tiempo durante el gobierno de Calderón. Ahora vemos que la razón
principal fue de carácter electoral. La opacidad del sistema financiero,
los privilegios de los banqueros y empresarios, han llenado de
lavadoras de dinero la actividad productiva de este país.
Sólo hay que ver la cantidad inmensa de construcciones, centros
comerciales, hoteles y otras obras magnificas de ladrillo y cemento que
esconden blanqueo de capitales junto a miles de empresas con apariencia
legal. Existe una amplia gama de posibilidades que benefician a la
delincuencia organizada y a los gobiernos en este aspecto. Que el PRI
sea una lavadora de dinero negro no es sorpresa.
Allí está Tomas Yarrington y los Moreira para recordarnos los sucios
entresijos del sistema político mexicano, pero que la lavadora se
extienda a las urnas, es francamente una ignominia. El pueblo de México
no merece un Presidente lavado o blanqueado como Enrique Peña Nieto.
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