miércoles, 25 de julio de 2012

A ver como legalizan al narco-candidato

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
Marchas, Jueces y las verdades a medias del gran hermano... 
Ricardo Andrade Jardí 

Afirman los ministros del TRIFE que las marchas no influyen en el fallo del tribunal electoral, es claro que las marchas no influyen en los jueces mexicanos, baste de ejemplo la injusticia aplicada por la Corte con relación a la ejecución de 49 niños en la guardería ABC, subrogada por el IMSS, donde la corrupción y la impunidad fueron mayor presión que el afán de justicia de toda una nación.

Pero no hay que sorprenderse de las declaraciones del los “jueces” del TRIFE. No, las marchas no presionarán su fallo y sus declaraciones, no pedidas, anuncian la presunción de su precio.

Ya sabemos que los jueces en México no responden a la verdad ni a la justicia, que responden al poder económico y al miedo mediático que estos “servidores públicos” tienen de ser “juzgados” por la telecracia que es, a fin de cuentas, la que gobierna en un país donde el usurpador en turno deja al Ejército en la calle y se desvanece en el olvido de la urgencia contra la imposición.

No, nunca hemos esperado que los jueces del Tribunal Electoral respondan al momento histórico que vive nuestro agraviado México. No están ahí por sus méritos jurídicos. Están ahí porque la mayoría de ellos fue nombrado por los nexos que los ligan al candidato ignorante de Televisa o a sus padrinos políticos. El asunto aquí es que en manos de esos jueces se debate el futuro democrático de México. Y si avalan, como se aprestan a hacer, la elección presidencial y dan por ganador a EPN, habrán creado el precedente de que en México el que tenga más capacidad para corromper y comprar la voluntad popular será presidente, es decir, si mañana los “Zetas” deciden jugar a tener un presidente no habrá quien los pare y la jurisprudencia estará a favor de esas ambiciones, pues el TRIFE habrá abierto ese camino. Y además si se da por válida esta elección estarán legalizando los aportes presumiblemente del crimen organizado para comprar, justamente, las elecciones.

Los jueces en México no destacan por su grandeza moral frente a la historia y al contrario se empeñan en darse a conocer por su inmoralidad ante el clamor popular de justicia.

Y es justo eso lo que está en juego: la continuidad de un México decadente y corrupto o un México nuevo donde los propios mexicanos nos otorguemos la oportunidad de otras y mejores instituciones que destierren de origen la corrupción y la impunidad que Chabelo y el PRIAN (mala copia del viejo PRI) quieren prorrogar eternamente.

No deja de llamar la atención cómo los medios desinformativos de la telecracia, particularmente Milenio Diario (Milenio Novedades en Yucatán) apuntan su bélica acción a pretender “limpiar”aunque podríamos decir lavaren la lógica de los acontecimientos post-electorales la imagen enlodada de los “puros e inmaculados priístas”, que son fuego de corruptos y defraudadores chantajes, según lo pretende la publicación telecrática al señalar al acusador de ser un hampón de grandes ligas. Rápidamente la prensa sin escrúpulos se presta a descalificar lo informado por otros medios menos siniestros o no dependientes de Televisa ni al servicio del nuevo y telecrático PRIAN, descalificando al “empresario” mexicano radicado en gringolandia que acusan de fraude, ante las tribunales de justicia de Estados Unidos, al equipo de campaña del analfabeta telebasura (EPN/PRI), destacando entre los acusados Luis Videgaray, coordinador de la campaña del niño Televisa.

Puede ser, como lo presume Milenio, que “José Aquino” tenga una dudosa reputación como empresario o como individuo. Pero eso no exenta ni a la justicia gringa ni a la justicia mexicana de investigar y castigar, si es el caso, los hechos señalados por el denunciante, pues la querella interpuesta por José Aquino ante la justicia yanqui por un presunto fraude que supera los 50 millones de dólares cometido contra su empresa por parte del equipo de campaña del PRI a la presidencia de México, es un asunto de gravedad que se suma además al dinero de dudosa procedencia con la que el viejo PRI corrompió (como es su costumbre) la jornada electoral del 1 de julio con la intención de imponer como presidente al candidato Televisa... Perdón, al candidato del nuevo PRIAN.

Igual de sorprendente, en la primera parte de la nota publicada por Milenio, es la forma de manipular la “investigación” presentada contra el denunciante, poniendo en duda la calidad moral del mismo (lo que puede ser completamente cierto) pero sin cuestionar nunca la calidad presumiblemente igual de inmoral de los denunciados.

No se trata de cualquier cosa, en el peor de los casos se trata de un hampón que denuncia a otro grupo de probados hampones que hoy pretender quedarse con la presidencia de México. Que denuncia por el incumplimiento de un “acuerdo comercial” para favorecer la imagen de un candidato que se presenta ante los medios yanquis como lo que es, un mal actor de telenovelas controlado por otros personajes de aún más dudosa reputación, lo que no deja de preocupar a cierto sector de la inteligencia gringa.

Y para lograr el objetivo de lavar la imagen banal de su candidato, contrataron los servicios de un empresario de dudosa reputación para que les ayudara de manera ilegal (otra arraigada costumbre del PRI) para promover al candidato de un partido político que destaca por muchas cosas, pero no por su honestidad y menos por la intachable moral de sus militantes.

No olvidemos nunca que personajes como Díaz Ordaz, Echeverría, Madrazo, Elba Esther Gordillo, Zedillo y “El Chupacabras” Salinas fueron y siguen siendo destacados militantes de ese viejo PRI que da origen, hoy, al nuevo PRIAN, al que pronto se sumarán otros impresentables personajes como Manuel Espino, Jesús Ortega y sus perros... perdón sus chuchos traidores y Vicente Fox, que hoy trabajan de manera entusiasta para que el ala salinopriísta se imponga en el gobierno, mientras Azcárraga, como el gran hermano, de la clásica novela 1984, de George Orwell, toma el control del Poder Ejecutivo de México.

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