Abogados, no; contadores, sí
Francisco Rodríguez
Indice Político
¡Qué gran capacidad tienen los priístas Pedro Joaquín Coldwell y Jesús
Murillo Karam –ambos abogados— de seguir ensuciando la elección
presidencial! Justo apenas, los dos jurisconsultos acaban de derramar
unas cuantas toneladas más de lodo sobre el ya muy cuestionado proceso
democrático (jejeje) que tuvo en el primer día de julio su momento
culminante… o el de mayor movimiento de votos, tarjetas y monederos
electrónicos.
Señalados y acusados los dirigentes del PRI y los integrantes del equipo
de campaña de Enrique Peña Nieto de traficar con la pobreza y la
ignorancia de un buen número de electores a quienes les habrían canjeado
el sufragio por una mísera compensación económica… el presidente del
CEN del PRI y el coordinador jurídico de la defensa del triunfo (?)
peñanietista ¡no encontraron mejor salvaguardia que la de apuntar con
índice flamígero a sus señaladores y acusadores de llevar a cabo lo
mismo… ¡pero más barato!
Antes que limpiar la elección, Joaquín y Murillo siguen ensuciándola.
Y es que, más que defensa jurídica de los votos obtenidos por el señor
Peña Nieto, lo que se asoma tras la acusación que hace dos días hicieran
a “gobiernos de izquierda” —de aportar recursos públicos hasta por 1
mil 200 millones de pesos a la campaña de Andrés Manuel López Obrador—
es una autodefensa.
En primer lugar, porque previo a las elecciones y durante uno de los
debates entre coordinadores de las campañas que organizara la colega
Carmen Aristegui en su programa radiofónico, Luis Videgaray negó, negó y
negó cualquier relación del PRI y del equipo del mexiquense con Monex,
la institución financiera que habría fondeado los millares de tarjetas
con las que los tricolores llevaron a cabo sus operaciones de
compra-venta de sufragios. Ante la mirada complaciente de Ricardo
Monreal, Roberto Gil Zuarth casi casi obligó al equipero de Peña Nieto a
jurar sobre una Biblia o a firmar un documento con su aserto de que los
priístas nada tenían que ver con “la banca extrema” –cual acertadamente
la califica mi querida y admirada Lourdes Mendoza en su columna de
Reforma— Monex.
Pero luego, y no precisamente en un domingo siete, sino en un jueves 17
(de julio) el hidalguense Murillo Karam sale con que siempre sí, que sí
hubo un vínculo “indirecto entre Monex y el PRI, pues el grupo
financiero de Héctor Lagos fue contratado por Alkino Servicios y
Calidad, S.A. para proporcionar las tarjetas de prepago que cubrirían
los sueldos de los operadores priístas.
Pues ¿no qué no había vínculos, señor Videgaray? ¿Se enojó usted, don
Luis, porque su correligionario haya salido a desmentirlo y hacer valer
su palabra lo mismo que el papel sobre el que supuestamente estamparía
su firma negando los señalamientos que en aquella ocasión le hiciera Gil
Zuarth en presencia de Aristegui, Monreal y millares de televidentes y
radioescuchas?
La “defensa” de Murillo Karam –siempre escoltado por Joaquín Coldwell—
merecería que ahora que regrese de vacaciones, Peña Nieto le soltara el
clásico “mejor no me defiendas, compadre”… y, peor, no hagas quedar en
ridículo a mi muy estimado Luis Videgaray.
Sucia la elección. Más sucia, incluso, que aquella del 2006. Porque aquí
los lodos, los dineros, las encuestas amañadas, los medios de
comunicación parcializados… se pulieron y refinaron.
¿Traen evidencias los contrarios de nuestras porquerías? ¡Lancémosles
lodo! Que su negrura oculte lo que debiera ser transparente.
Tiene razón el senador Manlio Fabio Beltrones cuando dice que más que
abogados, lo que se requiere para limpiar la elección son contadores. Y
auditores, y fiscalistas, y financieros…
Ya los abogados Joaquín y Murillo se han encargado de ensuciar todavía
más los comicios democráticos (jejeje) del anterior primer día de julio,
¿a poco no?
Índice Flamígero: En la última mesa de coordinadores de campaña del
programa radiofónico de Carmen Aristegui, Ricardo Monreal entregó
comprobantes fiscales digitales de las cuentas de Monex a través de las
cuales se emitieron 100 mil monederos electrónicos cargados con 160
millones de pesos, que presuntamente fueron entregados a cambio de votos
a favor del PRI. “Vamos a demostrar cómo Monex actuó con doble
contabilidad; el IFE ha sido omiso porque no ha resuelto el caso de
Soriana, el de Monex y la contabilidad paralela, los miles de millones
que se gastaron”, advirtió Monreal. “Contadores, no abogados”, pues.
Como dijo Beltrones. + + + Cuente usted 129 días más. Eso falta para que
termine este sangriento sexenio.
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