Juan Pablo Becerra-Acosta M.
Doble Fondo
Estuve un rato en la Estela de Luz (la galleta “Suavicrema”, le llaman los chavos). Había jóvenes de universidades públicas y privadas. Unos llegaban en sus lujosas camionetas conducidas por choferes, otros en Metro, unos más en autobús, y todos -ricos, clasemedieros y pobres- se iban “entreverando” (para usar la palabreja de moda) sin prejuicio alguno. Todos, con su inventiva:
“Soy bonita pero no pendeja. AntiPRI”, se leía en la cartulina de una guapa chavita de clase media-alta.
¿Qué querían? De acuerdo a su pliego petitorio, entre otras cosas: que las notas de los medios sean equilibradas; que se les respete su libertad de expresión e información; códigos de ética en los medios; un ombudsman en los medios…
Eran puntos derivados de la estulticia de los duros del PRI y de varios medios de comunicación que, luego del repudio a Enrique Peña Nieto en la Ibero, reaccionaron al viejo estilo de genuflexiones ante el poder: desvirtuando la información, llamando “porros” y “provocadores” a los jóvenes, y provocando su indignación.
¿Quiénes eran esos chavos? Según el mismo documento: “Un movimiento ajeno a cualquier postura partidista (…), por lo tanto, no expresamos muestras de apoyo o rechazo hacia ningún candidato político”. Sonaba bien. Y quienes después de la Estela de Luz marcharon hacia Televisa y Milenio (los jóvenes tomaron tres rutas distintas), en eso se mantuvieron: “Nuestros deseos y exigencias se centran en la defensa de la libertad de expresión y del derecho de información (…)”.
Vi gente que decía que votaría por López Obrador, otros por Josefina Vázquez Mota y, muchos más, afirmaban que anularían su voto. Los que se marcharon al Ángel de la Independencia y al Zócalo se volvieron nítidamente anti priistas.
Supongo que este movimiento difícilmente podrá sostenerse sin manifestarse en contra de Peña Nieto. Es comprensible: de ahí surgió su indignación. Quizá sufra bajas de quienes se acercaron con la idea de sólo ser inconformes contra los medios, pero tal vez crezca en adeptos porque los movimientos en la calle necesitan un enemigo visible y este es, para ellos, Peña Nieto y su PRI. Ya veremos…
Lo que sí deben hacer los jóvenes es evitar que la violencia los permee, como pretendían hacer algunos panistas en Querétaro, cuando golpearon una de las camionetas del priista, a pesar del repudio de la mayoría, que coreaba: “¡No-violencia!”.
¿Pesarán en el resultado? Hay 14 millones de menores de 24 años que sufragarán por primera vez, 17.7% de los posibles votantes, según el IFE. Y si tomamos en cuenta a los jóvenes entre 18 y 29 años, son el 30.66% de los posibles votantes: 24.1 millones. Dependerá de ellos si participan, y cómo voten.
Por lo pronto, resultó estimulante que vinieran a refrescar la elección…
jpbecerracostam@prodigy.net.mx
twitter.com/@jpbecerraacosta
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