¡¡Exijamos lo Imposible!!
Lo que está en juego es el futuro
María Teresa Jardí
No nos confundamos. Los estudiantes están poniendo el ejemplo al decirle a la caja idiota que ya basta de seguir idiotizando al pueblo. Pero no es suficiente con eso. Es importante el despertar estudiantil. Pero despertar que pasa por tomar partido. Idiotizados a lo largo de tantos años que se ha mantenido a los televidentes. No acaba de entender del todo la sociedad ni tampoco el nuevo movimiento estudiantil que hay momentos en la vida en los que la situación demanda tomar partido hasta mancharse. Que hay situaciones que exigen un compromiso. Los blancos impolutos no existen. Y el cambio sólo va a darse —no como ameritaría, no como quisiéramos, no para revertir de manera rauda el daño acumulado a lo largo de los últimos años desde la toma del poder por parte de la derecha priista ni con los doce del poder en manos de la derecha panista. Apagar la telebasura y salir a cuidar el voto es imprescindible. Pero además debemos tener claro que debemos sufragar la aplastante mayoría que queremos para el cambio, por AMLO.
Es imposible de revertir el daño sufrido por la nación, ni siquiera por alguien que va a llegar, si lo dejan llegar, tan absolutamente legitimado como AMLO. Pero el cambio sólo va a darse si AMLO llega como próximo Presidente de nuestra tan agraviada república.
Es importante que AMLO entienda de manera rauda y que se cuide y también que como sociedad entendamos todos y en particular los estudiantes, que no deben caer en provocaciones.
El crimen organizado que se ha propiciado desde el poder se está usando para desestabilizar al país en busca de una respuesta violenta.
Ya se sabe que lo del ataque en Querétaro a una camioneta en la que viajaba Peña Nieto fue obra de un panista. Y es evidente el móvil que se esconde detrás de la quema de camiones transportadores de esa comida chatarra que se expende como “Sabritas”. Camiones de los dueños de las empresas que se sumaron contra AMLO a la campaña del miedo en 2006 para impedir su lllegada. Se trata de la suma a la labor desestabilizadora, titánica, que es claro que desde Los Pinos se ha ordenado que realicen los cuerpos paramilitares falsamente encargados de la seguridad pública. Que son los mismos que han implantado en México la inseguridad tan útil para la limpia de pobres y para la imposición, a base del terror que genera la violencia brutal, del continuismo al precio que sea.
En ningún otro lugar del mundo se ha dado de manera sistematizada, como está ocurriendo aquí, probablemente desde que Vlad Dracul empalará a los enemigos de la Iglesia católica para impedir su avance a Occidente, la brutalidad bien aprendida desde entonces como medio de coacción por la derecha. No al menos con una impunidad como la que se da en México, impuesta como regla de gobierno, por la derecha panista que encabeza Calderón.
Si de combate a la corrupción se tratara, Calderón tendría mucho de donde cortar desde su llegada, empezando por la investigación de la fortuna inexplicable de Fox, la Sahagún y los Bribiesca. Lo que quizá a futuro le habría llevado a que se le reconociera parcialmente otra cara menos siniestra. La de genocida no se la quita ni Dios, aunque exista.
Si a los muchos eventos mayores claramente desestabilizadores le sumamos los menores, entenderemos más fácil lo que Calderón busca. A poco no es curioso que el allanamiento a un campamento de niños en Valle de Bravo, se diera justamente cuando los infantes congregados eran estudiantes de una escuela gringa. Allanamiento por parte de una partida “policiaca” del Estado de México, en busca de los narcotraficantes, que en las “policías” se encuentran. Evento propiciado, sin la menor de las dudas, por una filtración llegada desde la más corrupta de las instancias federales.
Parte de la labor desestabilizadora que desde Los Pinos se orquesta. Que nadie lo dude. La que evidentemente busca generar una consecuencia: la de reventar la elección para implantar un Estado de Sitio. Para quedarse Calderón, por poco que se le permita. O al menos para imponer a su lacayo García Luna, o amo, a está alturas no es claro cuál es el amo y cuál el siervo. Para eso, es obvio, que le permitió Calderón a García Luna la creación de un ejército paramilitar a modo y para eso desprestigió hasta lo inaudito al Ejército nacional, único constitucional que en México tenemos. Es claro, que nadie lo dude.
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