Pobrecitos de los empresaurios pagan muchos impuestos, no hay manera de parar al neoliberalismo ¡¡viva por esto!!, el pueblo que se joda
¡¡Exijamos lo Imposible!!Sólo hay una opción
Lilia Arellano
Estado de los ESTADOS
AMLO expone proyecto alternativo
Peña Nieto y el continuismo de FCH
Vázquez Mota pierde oportunidades
“Gasolinazos” hasta 2014: diputados
“La democracia no es el silencio, es la claridad con que se exponen los problemas y la existencia de medios para resolverlos”.- Enrique Múgiga
Fructífero, sin duda alguna, fue el cierre de la 53 Semana Nacional de Radio y Televisión, en la que Josefina Vázquez Mota, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador expusieron sus proyectos de gobierno, toda vez que permitió confirmar que los comicios federales del 2010 para renovar la Presidencia de la República y el Congreso de la Unión serán una elección simple pero profunda: los electores habrán de optar por el continuismo del proyecto neoliberal que sustentan priístas y panistas o por un cambio estructural que replantee las instituciones democráticas de México y reoriente la economía, hoy al servicio de una minoría privilegiada, para atender las necesidades y requerimientos de una población pobre, pero demandante y consciente.
Mientras que la abanderada panista mejor posicionada en el ánimo electoral, Josefina Vázquez Mota, desperdició el importante espacio al centrar su participación en sus preocupaciones sobre los procesos internos de elección de candidatos a cargos de elección popular del PAN, incluida la Presidencia de la República, el aspirante priísta y ex gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, machacó que su proyecto es el de la continuidad del actual gobierno, a pesar del cambio de siglas, al confirmar que continuará con la adversa guerra contra los carteles de la droga; que proseguirá el proceso de privatización de Pemex y seguirá permitiendo y protegiendo los intereses de los grupos fácticos de los medios de comunicación. Es decir, que su intención es pretender cambiar para seguir igual.
López Obrador no desperdició el foro y demandó equidad en la contienda por la Presidencia de la República. Fue el único en exponer claramente sus proyectos de gobierno ante los integrantes de la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (CIRT), el solitario expositor de una alternativa de gobierno y de progreso viable para México a través de un proceso de transformación a fondo, basado en cuatro ejes básicos: honestidad, empleo, justicia y seguridad; toda vez que, dijo, más allá de ideologías hacen falta medidas prácticas y efectivas para solucionar los dos problemas que más preocupan a los mexicanos: desempleo y inseguridad.
El líder del Movimiento de Renovación Nacional (Morena) llegó al foro con ánimo conciliador y, con responsabilidad ante la lógica preocupación de los concesionarios, aclaró que su propuesta para los medios de comunicación en estos tiempos definitorios para la vida pública del país es: “competencia, no a los monopolios… Si Carlos Slim quiere un canal de televisión lo podrá tener, igualmente si Emilio Azcárraga o Ricardo Salinas Pliego quieren invertir en telefonía, lo podrán hacer”. Pidió que haya equidad y apertura a la pluralidad; ofreció que no habrá censura pues, dijo, “es preferible el exceso de libertad que el autoritarismo”; y exteriorizó su deseo de que no se repita la guerra sucia del 2006. López Obrador sostuvo que en México todavía no está garantizado el derecho a la información porque “prevalecen intereses económicos y políticos por encima del interés general” y advirtió contra la tentación de algunos grupos de pretender imponer al próximo presidente del país, mediante la falta de equidad, la mercadotecnia y la promoción descarada de sólo uno de los aspirantes.
El tabasqueño les advirtió que “se van a quedar con las ganas los que quieren vernos divididos”, porque, dijo, se pondrá de acuerdo con Marcelo Ebrard y espera que sea en noviembre cuando se realicen las encuestas respectivas en el PRD, para conocer al aspirante mejor posicionado, que finalmente será el abanderado de la izquierda a la Presidencia de la República. No obstante, los tranquilizó al comprometerse a no recurrir a las expropiaciones ni al retiro de concesiones, así como a no poner en riesgo los equilibrios macroeconómicos y las finanzas públicas sanas para sacar adelante sus proyectos.
Al entrar en materia sobre su proyecto de gobierno, que es lo que a final de cuentas interesa al electorado en particular y a la ciudadanía en general, precisó las acciones urgentes que en su opinión son indispensables para resolver los problemas sociales y de seguridad que enfrenta México, entre las que destacó garantizar acceso a la educación media y superior para todos los jóvenes de la Nación; establecer programas intensivos de construcción de infraestructura para fomentar la inversión, la creación de empleos y detonar el crecimiento económico.
El ex jefe de gobierno capitalino les explicó que los recursos para llevar a cabo los proyectos de su programa saldrían de tres medios fundamentales: combate a fondo contra la corrupción, un plan de austeridad y una reforma fiscal progresiva, que en conjunto liberarían 800 mil millones de pesos que, dijo, serían suficientes para financiar los programas de fomento económico y de bienestar social. Los proyectos de referencia serían el rescate del campo mexicano para garantizar la autosuficiencia alimentaria, un millón de acciones de vivienda, la construcción de infraestructura y el desarrollo de un corredor industrial en el Istmo de Tehuantepec, de Salina Cruz a Coatzacoalcos.
El tabasqueño insistió en que sus propuestas son viables sin necesidad de recurrir al endeudamiento, al déficit en las finanzas públicas o a provocar inflación. Citó las cifras precisas que se obtendrían con cada una de las medidas que plantea tanto en el combate a la corrupción como en el programa de austeridad y con la reforma fiscal progresiva que propone. Ejemplificó lo anterior con el hecho de que la actividad minera está en manos de empresas, en especial extranjeras, que sólo pagan por concepto de derechos cinco pesos por hectárea, mientras que en sus lugares de origen sus propios gobiernos los gravan con impuestos equivalentes a 15 por ciento de sus ingresos.
Planteó la construcción de cinco refinerías y de trenes rápidos y turísticos con la participación de la iniciativa privada en todos ellos, a fin de elevar de 20 a 25 por ciento la inversión privada con relación al Producto Interno Bruto (PIB) del país. Habló de extender a todo el territorio nacional programas que puso en marcha en el Distrito Federal, como pensión universal para las personas de la tercera edad, apoyo a discapacitados, madres solteras, becas para los estudiantes, así como el programa Jóvenes Construyendo Futuro, que daría atención a los siete millones de muchachos que no estudian ni trabajan, con la intención de incorporarlos a las escuelas o, al menos, darles empleo.
López Obrador reiteró su propósito de iniciar la construcción de un sistema de bienestar social que sirva al mismo tiempo para combatir la inseguridad, y subrayó que ésta debe resolverse desde las raíces profundas que la ocasionan, como la falta de crecimiento económico y de empleo, el rechazo de los jóvenes de las escuelas y la desigualdad social. El aspirante de la izquierda puntualizó que “no habrá seguridad sin paz ni justicia y sin seguridad, no hay propuesta de nación que sea posible”.
CONTINUISMO CON PEÑA NIETO
Por el contrario, el ex gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, exhibió de entrada los intereses que lo respaldan y se puso de tapete al lamentar frente a los empresarios y dueños de medios electrónicos, que los concesionarios de radio y televisión tengan que pagar una “doble tributación”, a partir de la ley electoral del 2007, con la cual, dijo, las autoridades electorales se han convertido en una autoridad legisladora de la industria. Subrayó que esa legislación se hizo sustentada en enconos y diferencias políticas que llevaron a generar un marco sobrerregulado para las campañas políticas y para quienes participan en ellas.
Para el aspirante presidencial priista, con esto se dio la limitación de la libertad de expresión, mayor cerrazón sobre las campañas y una “camisa de fuerza” para los industriales de la radio y la televisión que los restringe y que los obliga a una doble tributación al pagar sus impuestos y conceder tiempos para las campañas políticas, lo que obviamente le generó el aplauso de los empresarios presentes.
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