No olvidemos: gobierne hombre o mujer, negro o blanc@, en los EEUU, serán siempre asesinos
Pedro Echeverría V.
“Dios había creado a Estados Unidos (EEUU) para dirigir el mundo”. (Mitt Romney, candidato)
1. Mientras Barack Obama presumía cínicamente del asesinato de Gaddafi, de su cambio de estrategia de guerra y de invasión, así como su “nuevo” estilo de mantener a los EEUU a la cabeza del mundo, la fascista Hilary Clinton se burlaba a carcajadas de la muerte de Gaddafi diciendo: “vine, ví y se murió”. Las declaraciones de estos imbéciles gobernantes me lleva a confirmar que los seres humanos políticos y demás, sean quien sea, son gigantescos animales que obedecen lo que su poderoso amo les ordena; amo que no es uno, sino toda una estructura de personajes que controlan las grandes empresas, las inversiones trasnacionales, la política mundial, los medios de información y sus agencias internacionales. Cualquiera que gobierne: hombre, mujer u homosexual, blanco, negro o cobrizo, no podrá escapar del poder real. Sin embargo queda la esperanza de extirpar la sociedad capitalista para que surjan otros modelos de vida.
2. He repasado la historia de los EEUU y de sus gobernantes y no he encontrado que en algún periodo de gobierno se haya respetado al mundo, mucho menos –internamente- a sus clases oprimidas. No viví los tiempos de Roosevelt ni de Truman del periodo de la segunda guerra, pero sí a partir de 1959 comencé a tener conciencia de los gobierno de Eisenhower y de Kennedy. Desde entonces he podido construir una larguísima lista de intervenciones norteamericanas en casi todos los países del mundo que, con el argumento de salvar a la “democracia y a la libertad” contra el comunismo y el terrorismo, han llevado a la muerte a millones de seres humanos por miseria, hambres y guerras. Si alguien piensa ilusamente que los políticos hombres y mujeres, negros y blancos, pueden ser diferentes, pues es un tontito porque no se da cuenta que los pobres seres humanos sólo somos el engranaje de una cadena que avanza con una dirección.
3. Tras Obama y la Clinton –que parecen manejar a su antojo, como títeres, a cientos de gobiernos, entre ellos a Felipe Calderón de México- existen otros poderes (los poderosos productores de armas, los dueños de todo el petróleo, los propietarios de las grandes compañías transnacionales, los que controlan los bancos del tesoro de los EEUU) hay grandes poderes reales que les ordenan: “Señores Obama y Clinton, el consejo de los hombres de negocios de los EEUU, de acuerdo a los informes que nos han entregado, ha determinado que para conservar en buen estado la economía y la seguridad de los EEUU, se requiere urgentemente aplicar la siguiente política en Irak, Palestina, Venezuela y México porque es la única salida”: bla, bla, bla. Obama, sabiendo que ese consejo superior controla todo no le queda otro camino que obedecer. Esta es la política superior, pero es el mismo esquema que se aplica en el mundo.
4. Gobiernos como los de Chávez, Castro, Morales, Ortega, no reciben las órdenes del presidente yanqui, pero sí la mayor cantidad de presiones instrumentadas por la clase empresarial de los países que gobiernan. ¿Puede acaso desligarse de la política yanqui que en Venezuela se busque el desabastecimiento de artículos de primera necesidad, se creen problemas de dolarización, se provoquen líos internacionales de asilo, por simples errores de Chávez? ¿Ha podido vivir Cuba sus últimos 50 años sin las intervenciones y provocaciones de los EEUU? Quizá Morales haya cometido errores en su confrontación con los indígenas que no quieren la construcción de la gran carretera, pero tras los movimientos está el gobierno de Obama y su nuevo estilo de dar golpes de Estado. ¿Y Nicaragua que lleva más de 30 años sorteando una intervención abierta de los yanquis?
5. ¿Cómo han operado los gobiernos de EEUU para someter a los demás países: a) primero operó como exportador de mercancías y luego como exportador de capitales llevando a los países a contraer préstamos que a través de los años los han endrogado con enormes deudas. Luego han instrumentado el traslado de sus filiales hacia los países subdesarrollados que ya controlan para conseguir mano de obra barata. Este control lleva inmediatamente a los países dependientes a la instalación de “gobiernos sumisos y obedientes” que estén dispuestos a suscribir tratados comerciales que abaraten para EEUU las materias primas que éste necesita para el mercado mundial, y que eximan a sus empresas multinacionales de pagar aduanas en esos países. ¿Qué dirán los pobres negros y las pobres mujeres de esos personajes, también de otros muchos que están en el poder, por el terrible desprestigio que sufren?
6. ¿Se olvida acaso que los EEUU operaron su expansionismo territorial en el siglo XIX sometiendo a gobiernos y pueblos? Basta con conocer todas las presiones, amenazas, emplazamientos y ultimátum a que acudieron para “comprar” Luisiana en 1803 a Napoleón; enterarse del emplazamiento a España para que le vendiera Florida en 1819; las batallas que tuvo que librar México para evitar la anexión de Tejas en 1845, la guerra invasora del ejército yanqui en 1947 y el ultimátum que recibió para verse obligado a vender la Mesilla en 1853. Luego en 1867 se apropiaron de Alaska y en 1898 provocaron la guerra con España en los momentos en que Cuba, Filipinas, Puerto Rico clamaban por su liberación. Claro, también tenían que apropiarse de Hawai derrocando al gobierno monárquico que tenía aquella isla. Cierran el siglo XIX anexándose la zona del Canal de Panamá que sólo devolvieron en 1999 con el Tratado Torrijos-Carter.
7. No hay duda que la historia del expansionismo territorial del siglo XIX y el imperialismo económico y político de los EEUU en todo el siglo XX, es una historia de infamia. Ninguna versión –que no sea falsa- acerca de los acontecimientos mundiales, nos puede narrar otra cosa. La lectura y la experiencia, pero también personajes en el gobierno como el mismo Gaddafi, Fidel Castro, Hugo Chávez, incluso Daniel Ortega, nos enseñaron a través de sus discursos y denuncias –sin trabas y sin miedos- a entender imperialismo norteamericano en el contexto de América Latina y el mundo. Por ello, cuando se habla de cambios en el gobierno de los EEUU, hay que pensar en otra jugada más para renovar la explotación y la opresión de los pueblos. Lo único que podemos desear y esperar es que el repudio contra él se desarrolle en el mundo y el pueblo de los EEUU despierte y logre rebelarse contra su gobierno.
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