¡¡Exijamos lo Imposible!!
Gómez Leyva, el charro gay y Peña Nieto
Federico Arreola @FedericoArreola
2011-10-19
En 1992, cuando la homofobia era plenamente aceptada entre los periodistas e intelectuales de la Ciudad de México, cada vez que me reunía con algunos de ellos no faltaba el que contaba el chiste del charro gay.
Era un pimpollo de Jalisco que llegaba a un rancho y pedía trabajo de charro. El encargado de contratarlo le pedía una prueba de sus habilidades con las siguientes palabras: “A ver, floréame la reata”.
El joven lo hacía: “Qué chula, qué preciosa, qué grandota…”.
Cada vez que Ciro Gómez Leyva, en Milenio, dedica sus columnas a Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón, Manlio Fabio Beltrones, Marcelo Ebrard y otros políticos que encabezan cargos importantes y que controlan grandes presupuestos, me acuerdo de la suerte de florear la reata.
Para todo fin práctico, utilizando argumentos más o menos elaborados, Ciro lo que suele decir a Peña Nieto, Calderón, Beltrones, Ebrard, etcétera es, como el charro gay: “Qué chulos, qué preciosos, qué grandotes…”.
Hoy la floreada de reata se la llevó Peña Nieto en la columna del señor Gómez Leyva titulada “Los días felices de Peña Nieto” (http://www.milenio.com/cdb/doc/impreso/9046694).
El que lo dude lea lo que Ciro ha escrito:
“Hacía tiempo que no veía a un político disfrutar tanto su momento como a Enrique Peña Nieto ayer.
“Fue en una comida con un grupo de periodistas. Llegó de buenas, hizo bromas, reclamó serenamente algunas columnas de los últimos días, se tomó un tequila, contestó todas y cada una de las preguntas, soltó carcajadas, fijó posición sobre varios temas, toreó provocaciones, comió cordero al horno, revisó a sus probables adversarios, siguió bromeando y se marchó en santa paz.
“No ofendió ni hizo parodia de nadie. No lo necesitó.
“Sigo pensando que se equivocan quienes lo subestiman intelectualmente.
“Es probable, sí, que jamás haya profundizado en la teoría del objeto y el método, o en los principios ontológicos y epistemológicos. Pero trae la política en la yema de los dedos. Y la información en la primera sala del cerebro. Y tiene una carta de navegación en la mano. Y sabe por qué quiere hacer unas cosas y otras no.
“Parece un hombre que está viviendo gozosamente su momento. Parecen los días felices de Peña Nieto”.
Qué floreada de reata al precandidato priista. Qué maravilla el periodismo valiente practicado en la actualidad.
Es motivo de orgullo que, a pesar de que han querido destruirnos, no lo han logrado ni lo lograrán. No sólo porque tenemos autoridad moral, sino porque las mujeres y los hombres que participamos en esta lucha, profesamos un profundo amor por nuestros semejantes y, más allá de alevosías y frente a todo tipo de adversidades, mantenemos la firme convicción de construir una sociedad más justa, más humana y más igualitaria
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