¡¡Exijamos lo Imposible!!Emergencia nacional
Desde hace una década la “frontera vertical de México”, que corre desde el Suchiate al Río Bravo se ha convertido en un “cementerio sin cruces y en guerrilla de caminos de extravíos”, explicó Flor María Rigoni
CIUDAD DE MEXICO, México, 21 de octubre (LILIA ARELLANO/ESTADO DE LOS ESTADOS) La gravedad y complejidad de la situación en que México se encuentra como consecuencia de la fallida administración de Felipe Calderón y su absurda guerra al narcotráfico, fue destacada por el sacerdote Flor María Rigoni, director de la Casa del Migrante de Tapachula, Chiapas, quien dijo que en algunas zonas del país “estamos en una guerra civil no declarada” en la que casi todo ciudadano puede ser víctima de asalto, robo, secuestro y muerte, y por el aspirante a la candidatura presidencial del PRI, Manlio Fabio Beltrones, quien advirtió que se vive una “emergencia nacional”, que en algunas regiones se está sustituyendo al Estado y se tiene la amenaza de la creación de un Estado paralelo y de una sociedad de desplazados, por lo que se pronunció por cambiar la estrategia “mal diseñada y peor ejecutada”.
En contraste, el ex gobernador del Estado de México y aspirante también del PRI a la Presidencia de la República, Enrique Peña Nieto, hizo un reconocimiento a la administración de Felipe Calderón en el combate al crimen organizado, especialmente a los elementos del Ejército mexicano y la Armada, en tanto que la aspirante presidencial del PAN, Josefina Vázquez Mota, se pronunció en Washington, Estados Unidos, contra una negociación, una tregua o una amnistía para el crimen organizado en México, en lo que coincidió con el ex mandatario mexiquenense.
Mientras sigue la militarización del país, que se refleja en el norte con el inicio del operativo “Laguna Segura”, con la llegada de cientos de soldados a Torreón, Coahuila, y Gómez Palacio, Durango, prosiguen las ejecuciones como la ocurrida en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde en unas cuantas horas, nueve personas fueron asesinadas por sicarios desconocidos; se extienden los actos catalogados como terroristas, como el coche bomba que estalló la madrugada del jueves en Monterrey, Nuevo León; y continúan las renuncias de servidores públicos, como las de decenas de médicos que dejaron sus trabajos en clínicas y hospitales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) debido a las amenazas que han recibido de la delincuencia organizada, todo parece indicar que el conflicto bélico en México no se detendrá al terminar la actual administración federal.
Durante el Tercer Foro Regional sobre Migración y Paz, y frente a Margarita Zavala de Calderón y el Comisionado Nacional de Migración (INM), Salvador Beltrán del Río, el sacerdote Flor María Rigoni realizó un recuento de lo que desde hace una década denomina “frontera vertical de México”, que corre desde el Suchiate hacia el río Bravo, convertida en un “cementerio sin cruces y en guerrilla de caminos de extravíos”. En tanto, Beltrán del Río sólo pudo refrendar el compromiso del gobierno mexicano con el respeto a los derechos humanos de los extranjeros, independientemente de su situación migratoria, lo cual, dijo, se refleja en la Ley de Migración Publicada el pasado 25 de mayo.
Ese evento se convirtió en un cruce de comentarios de académicos, funcionarios públicos y legisladores, acerca de la responsabilidad ante este fenómeno y del fortalecimiento de las medidas restrictivas y expulsiones colectivas que aplican a diario en Estados Unidos, el principal receptor de la región. En el foro, Felipe Calderón fue desmentido por el secretario general del Centro de Investigación y Seguridad Nacional de México (Cisen), Gustavo Mohar, quien dijo frente a Esther Olavarría, consejera del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, que en los hechos la recesión económica en el vecino país y el miedo han parado a más migrantes que los 20 mil millones de dólares presupuestados este año a la patrulla fronteriza. En su última visita al vecino del norte, Calderón había sostenido que la migración de mexicanos hacia territorio estadounidense había disminuido gracias al éxito de sus políticas económicas.
RIESGO DE ESTADO PARALELO
Durante el tercero de los cinco foros regionales planeados por la Fundación Colosio del PRI para placear a sus aspirantes a la Presidencia de la República, que se realizó en el Teatro de la República de la Ciudad de Querétaro, el senador Manlio Fabio Beltrones advirtió que en algunas regiones del país se está sustituyendo al Estado en dos funciones centrales: la de recaudar impuestos y la de ejercer el monopolio legítimo de la fuerza, por lo que hay la amenaza de la creación de un Estado paralelo y la conformación de una sociedad de desplazados, por tanto subrayó que se vive una “emergencia nacional”.
El legislador sonorense sostuvo que lo único rescatable de la actual administración federal es su determinación para enfrentar el problema del crimen organizado, sin embargo aseguró que la estrategia está mal diseñada y peor ejecutada, por lo que consideró que se requiere hacer un esfuerzo transversal que ponga prioridad en la prevención, que aliente la participación social, al tiempo que incluya un enfoque internacional. También se pronunció por sellar la frontera al paso de armas y dinero, reconstruir las policías locales y adoptar un mando único, 32 policías estatales y una nacional.
Propuso concentrar las responsabilidades del combate al narcotráfico en una sola institución, a fin de que no sea alcanzado con el poder corruptor del dinero del narcotráfico. Insistió en que la nueva estrategia de seguridad debe basarse en más inteligencia que en la confrontación de fuerzas, pero nunca darles tregua. Beltrones reconoció que de ganar el PRI las elecciones presidenciales, el 2 de diciembre del 2012, un día después de que se asuma el cargo, la gente estará esperando respuestas.
Enrique Peña Nieto, también se refirió al problema de la inseguridad. Coincidió con Beltrones en que a la delincuencia, organizada o no, nunca hay que darle tregua. Recordó que postuló la integración de una estrategia nacional para reducir la violencia con tres metas específicas: disminuir el número de homicidios, el de secuestros y las extorsiones, a través de cuatro ejes rectores: el primero tiene que ver con la prevención del delito y la participación comunitaria; el segundo, se fundamenta en el crecimiento económico, a través de un círculo virtuoso “crecimiento para la seguridad pública y seguridad pública para el crecimiento”; el tercero, se refiere a la profesionalización de los cuerpos policiales y la constitución de policía con mando único; y el cuarto es focalizar las acciones del gobierno mediante más fuerza e inteligencia que permita tener resultados contundentes. Es decir, más de la misma estrategia seguida hasta el momento.
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