¡¡Exijamos lo Imposible!!
Terremoto perredista
La decisión de Andrés Manuel López Obrador de solicitar licencia para retirarse temporalmente del PRD, hasta que se renueve la dirección del partido y recobre el compromiso adquirido con el pueblo para ser instrumentos de transformación social, ha causado una potencial amenaza de cisma en el partido del sol Azteca / Jesús Ortega insta a López Obrador a respetar las instituciones del PRD y ajustarse a los principios de democracia que lo rigen, pretendiendo ocultar su entrega a los intereses de la derecha panista
MEXICO, DF, 21 de febrero (ESTADO DE LOS ESTADOS –LILIA ARELLANO).- En una misma sede, con cuatro pisos de distancia, se discutió el futuro del PRD. En la primera planta estaban reunidos los del Consejo Nacional del Sol Azteca aprobando la consulta para llevar a cabo una alianza con el PAN en busca de la gubernatura del Estado de México. En el piso cuatro se hablaba de la unión del Partido del Trabajo y Convergencia para respaldar, tanto a Andrés Manuel López Obrador como a Alejandro Encinas, en sus decisiones de ir sin o tener nada que ver con la derecha, lo cual es un punto que los une en los criterios y formación. Sin embargo, el hecho de que el primero hubiese solicitado licencia para separarse del PRD y el segundo decida mantenerse dentro, ha generado una serie de suspicacias.
El anuncio del retiro del tabasqueño de las filas perredistas ha sido recibido con gran beneplácito por los militantes de ese partido que están, en su mayoría, en total desacuerdo con la celebración de alianzas que vienen realizando los “chuchos”, la dirigencia que llaman “sepulturera” de ese partido. Aunque advierten que tal acción debió llevarla a cabo desde hace varios meses, consideran que nunca es tarde para que, respaldado tanto por el PT como por Convergencia, se lance a la lucha electoral del 2012. Es realmente vergonzoso escuchar a los líderes de partidos que han tenido gran fuerza en una Entidad, como el caso del Sol Azteca en el Estado de México, advertir que sólo ganarán si se unen a los que durante varios meses señalaron como los que les “robaron la presidencia”.
Tal es el caso de Luis Sánchez, dirigente perredista en la tierra de Peña Nieto, quien reconoce que habrá una desbandada si el ex candidato presidencial se retira del partido, ya que ha visto, es testigo, del gran número de seguidores con los que cuenta el tabasqueño en esa Entidad y a los que ha reunido en sus presentaciones al lado de Alejandro Encinas. Así, lejos de llamar a la reflexión a quienes se empeñan en destrozar al PRD, es decir a los “chuchos”, se dirige a quien hoy ven, en su justa dimensión, para solicitarle mesura y paciencia para esperar el resultado de una consulta pública amañada y manejada desde Los Pinos para unir dos fuerzas antagónicas.
Cegados por sus ambiciones, los “chuchos” no ven que la verdadera alianza existe pero no con ellos, es el PAN con el PRI, o ¿acaso no se han percatado de que los triunfos que obtuvieron el año anterior pudieron darse merced a que los candidatos eran todos, todos, ex priístas? El uso que tanto los tricolores como los blanquiazules les están dando es de chamaqueada de kinder y esta camada de dirigentes nacionales solaztequistas, por estar contando los pesos, no se dan cuenta de que en breve no lograrán sino recoger, y del suelo, algunos centavos además de arrastrar, de llevar consigo hasta el fin de sus días, el repudio de millones que se vieron traicionados vilmente.
En su pose de dirigente nacional, Jesús Ortega sentencia que AMLO no puede “mandar al diablo” a las instituciones del PRD y tiene que ajustarse a las decisiones por un principio de democracia básico. Y, de ejercerse un liderazgo limpio, correcto, acorde con las posturas ideológicas, con los principios, con la honradez, así tendría que ser, pero dadas las circunstancias actuales más bien habría que exigirles tanto a los “chuchos”, como a los compadres Guadalupe y Carlos, que mostraran por lo menos gratitud, ya que el hombre que logró que ellos ocuparan curules y su partido se erigiera como la segunda fuerza política nacional, es, precisamente, ese al que pretenden, sin ningún respaldo moral, imponerle condicionantes estatutarias que ellos son los que menos respetan.
Sin López Obrador en el PRD, se les empieza a cerrar la caja a los “chuchos”. Hasta el dirigente del PAN en el DF, Obdulio Ávila, considera que su salida es no sólo un anuncio de ruptura sino “la carta de defunción” de ese instituto político. En la desesperación que hoy se vive al interior del Sol Azteca, se han hecho declaraciones en las que los amarillos afirman que AMLO pretende hacerle el juego a Peña Nieto, lo que es tan absurdo como la posición de otro borrachito, de Jesús Zambrano –y a ese yo lo vi en el lobby del hotel Meridiem, en Cancún, en más de una ocasión con lo que llaman “el codo bien empinado”— al afirmar que mejor es que López Obrador renuncie porque lo de retirarse no está contemplado en sus estatutos.
Y, ¿será que don Andrés Manuel no sabía que no está contemplado o por eso lo hizo? Porque como decía la tal Martita, lo que no está prohibido está permitido y si no está contemplado pues que lo vayan contemplando pero para la próxima porque por ahora prohibido no es. Obviamente, los “chuchos” no quieren expulsar al tabasqueño porque todavía la desbandada sería mayor y el papel de víctima siempre rinde frutos que acabarían con las prebendas conseguidas con Calderón antes de tiempo. Por lo pronto, también se vio que Marcelo Ebrard sigue nadando en dos aguas pretendiendo quedar bien y evitar cualquier enfrentamiento con López Obrador. ¿Será que en verdad crea que puede ser el candidato de la alianza PAN-PRD para la grande?
GRINGOLANDIA ARREMETE
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