Editorial
Aunque ciertamente la conveniencia, ligada en estos turbulentos tiempos con el dinero, pocas veces se toca con la dignidad, concepto de por si ya casi extinto.
Aunque de esencia ambos conceptos debiesen ser indivisibles, ya que siempre será conveniente ser digno.
Si en algo debemos unirnos todos los periodistas del mundo, es en la defensa de Julian Assange, el australiano a quien los afectados, los transas, los defraudadores, los comerciantes de la muerte, y finalmente los mentirosos que han sido públicamente expuestos, quieren amordazar encarcelándolo.
Cuando silenciar a WikiLeaks es silenciarnos a todos los que amamos el periodismo. Es tirar por la borda el valor de la Red, en la que, lógicamente, ya no podremos confiar cuando solo se publica lo conveniente, o sea, lo que les conviene a los mismos que hoy quieren callarnos a todos.
Periodismo significa esencialmente LIBERTAD; por lo que todos los que usamos de esta Red, debemos solidarizarnos con el valiente australiano, de alguna manera apoyar a Julian Assange es apoyarnos a nosotros mismos. Por dignidad y por conveniencia.
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