¡Ay, Guerrero!
Rosario Ibarra
08 enero 2009
Rosario Ibarra
08 enero 2009
Conozco el estado suriano desde hace mucho tiempo. Uno de los recuerdos más marcados por la emoción, en mi lejana infancia, es haber visto aquel esplendoroso día las olas enormes coronadas de espuma y la unión en lontananza del azul del cielo con el filo del mar. Mi padre, sentado en la arena, sonreía complacido de mi asombro y garrapateaba apuntes para su “vagabundo maravillado”, viejo cuaderno guardián de sus escritos que días más tarde vería dibujados con el pincel de su prosa.
¡Ay, Guerrero, ya no eres así, ya tu mar a mis ojos es otro! Si mi buen padre viviera, tal vez tendría que escribir en un enorme cuaderno que llevaría el nombre del “vagabundo horrorizado”… Desde hace muchos años inició en ese suelo la práctica perversa de las desapariciones. En mi archivo guardo el nombre de la primera víctima: Epifanio Avilés Rojas, maestro, como lo fueron también muchos de los que los “guachos” se llevaron (“por órdenes superiores”) al Campo Militar Número Uno.
¡Ay, Guerrero, cómo lucha tu pueblo contra el mal! Tengo presente en la memoria la desigual batalla de los estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa por conservarla, para que no la cierren, como el gobierno ha hecho con otras.
¡ Ay, Guerrero, cuánto sufre tu pueblo ! Desaparecidos, presos, represión brutal, que los jóvenes de la Normal han sentido en toda su crudeza. ¡Ay, Guerrero, cuánta injusticia, cuánta simulación! Los muchachos de la generación Lucio Cabañas Barrientos han esperado en vano las plazas que les corresponden.
Hace días, el 26 de diciembre, Fidel Benítez Rodríguez, joven de humilde familia, originario de Tetitlán, abandonaba por unos días el plantón que mantienen los egresados en exigencia de sus plazas. Esperaba que algún automovilista le ayudara a llegar a su pueblo, cuando fue arrollado por un vehículo y murió.
Hoy, 8 de enero, es el aniversario del inicio del plantón y allí se rendirá homenaje a Fidel Benítez Rodríguez, que de haber tenido la plaza esperada probablemente aún estaría entre nosotros.
Se sabe que el señor Armando Chavarría se comprometió a entregar las plazas; se sabe también que el señor César Quevedo, representante —dicen— de la señora Vázquez Mota, reconoce que las plazas son de los muchachos… pero no las entregan. Se sabe también (“de buena fuente”) que el 19 de diciembre el gobernador se entrevistó con un maestro y le dijo que se vieran el 15 de enero “para negociar la entrega de plazas”… La gente se pregunta: “Si las plazas son de ellos, ¿por qué se habla de negociar”… ¡Ay, Guerrero… ay, Guerrero!
Dirigente del comité ¡Eureka
No hay comentarios:
Publicar un comentario