Usted será quien elija manos o puños, Mister Obama.
Ingrid Storgen
En su primer discurso como presidente del Imperio más genocida que haya conocido la humanidad, sonó muy clara su promesa de “tender su mano al mundo, esperando no recibir puños”, pero hay algunos detalles no menores que le corresponde tener en cuenta, señor presidente.
Ingrid Storgen
En su primer discurso como presidente del Imperio más genocida que haya conocido la humanidad, sonó muy clara su promesa de “tender su mano al mundo, esperando no recibir puños”, pero hay algunos detalles no menores que le corresponde tener en cuenta, señor presidente.
Usted sin dudas recibirá puños mientras los pueblos sigan tiñéndose de sangre por ocupaciones genocidas de las cuales los EE.UU han sido ideólogas o aliadas.
Recibirá puños mientras el “Gran Norte” continúe su política de intromisión en los asuntos internos de los pueblos que buscan su liberación.
Recibirá puños mientras bombas inteligentes despedacen vidas inocentes.
Mientras sus empresas sigan posando su mirada sobre los recursos naturales de los pueblos, con la avidez que los caracterizó siempre.
Y los recibirá mientras miles de militares de su país continúen la carrera hacia la muerte en territorios en lucha por su dignidad.
Recibirá puños en alto mientras continúe el feroz bloqueo a Cuba Socialista.
Los recibirá, también, mientras no emita una orden de cierre de Guantánamo.
Mientras permanezca en vigencia el Plan Colombia, sus sicarios en América Latina y sus mercenarios genocidas exterminando poblaciones enteras.
Mientras continúe tratando de demonizar al gobierno Bolivariano de una Venezuela hoy libre gracias a la voluntad de su pueblo que eligió el brillo de la Espada de Bolívar para iluminar su libertad.
Mientras siga Afganistán poniendo sus víctimas y mientras siga Irak padeciendo los horrores por ustedes instalados.
Mientras continúe la ocupación a Gaza exterminando niños, destruyendo escuelas y hospitales, bloqueo, horror producidos por el Estado Sionista aliado a ustedes desde toda la vida.
Habrá puños mientras dirijan sus miradas al Sur que ya eligió su destino y que les corresponde respetar, gústeles o no.
Ojalá, Mister Obama, sea capaz de comprender que ustedes no pueden ser los amos del mundo.
Ojalá sea capaz de visualizar donde se sitúa el verdadero Terrorismo Internacional y no reproduzca discursos pre establecidos históricamente por el país que hoy lo recibió con esperanza.
Si usted es capaz de revertir la historia que ha caracterizado a su patria, sin dudas será aceptada su mano y estrechada por los pueblos que hoy lloran a sus muertos.
Si no es así, seguirán los puños en alto exigiendo respeto y consideración, porque aunque la correlación de fuerzas sea tan desigual, los pueblos seguirán perdiendo el miedo.
No se asombre, señor presidente. Si hablamos de manos o puños, es usted quien elegirá…
Ingrid Storgen
Martes 20 de enero de 2009.
Mientras un nuevo capítulo se abre allá en el Norte pero no se habla del fin de las guerras…
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