Israel: religión y política
Octavio Rodríguez Araujo
22 enero 2009
Octavio Rodríguez Araujo
22 enero 2009
Primero una aclaración: no soy religioso ni creyente. Para mí el hombre creó a sus dioses y les dio atributos especiales. Unos hombres entre muchos crearon un dios (que ellos escriben con mayúscula) y ese dios se convertiría en el creador del hombre. De ahí nació el judaísmo y de éste tanto el cristianismo como el islamismo. Tres grandes religiones monoteístas. Éstas son religiones que convirtieron a dios (una idea) en creador de la Tierra y de todo lo que ésta contiene, incluyendo al ser humano. Ese dios posee, por decisión de quienes escribieron el Antiguo Testamento, la Tora y el Corán, atributos tales que le permiten mandar y determinar el destino del hombre (“Aquél a quien Alá dirige está bien dirigido, pero para aquél a quien Él extravía no encontrará amigo que le guíe”, dice el Corán). Ese único dios premia y castiga, escoge y discrimina. Para la religión judía (y para la cristiana) el Antiguo Testamento y la Tora dicen casi lo mismo y dios es creador que hace y deshace, según su capricho (sabiduría, le llaman).
Lo que me interesa resaltar es que el dios de los judíos (y también de los cristianos en el Antiguo Testamento de la Biblia) es un dios que elige a unos y maldice a otros. Y el pueblo elegido es el que se llamara después pueblo hebreo (la Tora llama hebreo a Abram, quien después sería Abraham) y, a partir de Jacobo, pueblo de Israel, pues como reza el versículo 35 de la Tora (y de la Biblia), “Dios le dijo: ‘Tu nombre es Iaacov (Jacob). Tu nombre no será Iaacov (Jacob) exclusivamente, sino que Israel será tu nombre’. Así fue como lo llamó Israel. Y Dios le dijo: ‘Yo soy El Shadai. Sé fructífero y multiplícate; una nación y una congregación de naciones descenderán de ti, y reyes saldrán de tus lomos. La tierra que di a Abraham e Itzjak (Isaac), a ti te la daré; y a tu descendencia después de ti se la daré’”. (El-Shaddai o El Shadai suele traducirse como dios omnipotente, todopoderoso, dios de poder y autoridad.)
Lo que antes de 1947 era Palestina y ahora Israel en parte, fue Canaán. Después del diluvio y una vez seca la tierra, dios le ordenó a Noé que salieran del Arca y se reprodujeran (estaban en la cúspide de Ararat, montaña en Armenia-Turquía). Los hijos de Noaj (Noé) que salieron del Arca eran Shem (Sem), Jam (Cam) y Iafet (Jafet). Jam (Cam) era el padre de Canaán y Noé lo maldijo y dijo: “Maldito es Canaán; esclavo de esclavos será para sus hermanos”.
En aquel entonces, según la Biblia y la Tora, los hombres y sus descendientes formaban los pueblos, tribus o etnias. Cam, Canaán y sus descendientes serían malditos. Y Noé añadió: “Que Dios extienda a Jafet, pero habitará en las tiendas de Sem; que Canaán sea esclavo de ellos”.
Sem, entonces, era el hijo mayor de Noé y él y sus descendientes emigraron hacia Senaar. Senaar es la llanura entre el Tigris y el Éufrates (Baja Mesopotamia), zona sumeria y luego caldea donde estaba Ur, la tierra de Abram (Abraham). Teraj (Taré), padre de Abram, de Najor y de Harán, se fueron de Ur, en el sur de Mesopotamia, al norte, a Harrán. Ahí El Eterno (como dice la Tora) le dijo a Abram: “Vete de tu tierra, de tus familiares y de la casa de tu padre, a la tierra que he de mostrarte. Y yo te convertiré en una gran nación”. Y luego, el dios que bendecía y maldecía, le dijo: “Bendeciré a aquellos que te bendigan, y al que te maldiga, lo maldeciré.” Y Abram se fue con Lot, su sobrino, y su esposa Sarai (Sara), en dirección a la tierra de Canaán a donde llegaron. Para entonces los cananeos habitaban esa tierra. “Y te daré a ti y a tu descendencia la tierra en la que habitas: toda la tierra de Canaán, en posesión eterna; y seré un Dios para ellos.”
Fue así que, por mandato de dios, esas tierras fueron conquistadas por los semitas (descendientes de Sem), también hebreos cuyo origen estaba en Irak. Las conquistaron varias veces, otras más las defendieron incluso con guerras sangrientas.
Hubo varios reinados, el último el de Salomón, heredero de David. Pero luego vinieron otros imperios y la tierra prometida por dios pasó a ser parte de persas, romanos y finalmente de los otomanos, hasta convertirse en territorio administrado por los británicos, multicultural y pluriétnico. Los judíos no llegaban a 15 por ciento de la población de la Palestina de entonces (1922).
El dios protector dejó de tener patriarcas, reyes y profetas por largos siglos y los judíos viajaron por muchos lugares asentándose en ellos. Cuando surgió el movimiento sionista se argumentaba que todo pueblo debe tener su Estado y en lugar de convocar a la religión como argumento se reclamó una nación para los judíos, como México para los mexicanos o Argentina para los argentinos. Se quiso ver a los judíos como pueblo y no como grupo religioso como el de los cristianos o el de los musulmanes. ¿Dónde? En donde su dios les había prometido la tierra, es decir en la Palestina de esos años, la antigua Canaán.
Lo religioso se volvió político (¿no lo ha sido siempre?) y el sionismo surgido en el siglo XIX es y ha sido político, como político es el Estado de Israel con un fuerte trasfondo religioso; esto es, determinado originalmente por lo religioso y por un dios que daba títulos de propiedad. Una religión que, a diferencia de otras, ha puesto el acento no sólo en la creación del hombre y de la vida, sino también en un territorio para sus elegidos, los hijos de Israel (de Sem, de Abraham y de Jacob). Territorio que antes no era de ellos sino dado por su dios. ¿Por qué?, no lo sé por más que me he ido al origen del hombre tanto en la Biblia como en la Tora. Lo que sí sé es que a los palestinos, a los que nunca les dejaron formar un Estado-nación, los han tratado de expulsar y que el expansionismo actual del Estado de Israel no se diferencia mucho del de los antiguos reyes judíos (el reino de Salomón, debe decirse, era mayor: de Egipto a Irak, unos mil años antes de Cristo). ¿La maldición de Noé sobre Canaán y sus descendientes en versión moderna?
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