¡¡Exijamos lo Imposible!!
“¡Ha muerto el rey (Calderón), viva el rey (el interino)!” Alvaro Cepeda Neri
Conjeturas
La monarquía inglesa es la más antigua del mundo occidental y como la española, con un rey que se divierte matando elefantes acompañado de su amante, es ya inservible. Cuando fallece o renuncia algún monarca y al coronar al sucesor, entonan eso de: “¡Ha muerto el rey, viva el rey!”. Entierran al que murió o se fue, como Jorge que renunció por casarse con su novia estadounidense. Al respecto del amor, hay que leer el magnífico clásico de Stendhal: Del amor; y de Irving Singer: La naturaleza del amor. Actualmente las monarquías “Reinan, pero no gobiernan”. Aunque el hispano Juan Carlos es muy metiche y la reina Isabel es puro adorno.
Ya sea que un interino ocupe la Presidencia o si triunfan los fraudes avalados por el TRIFE y el IFE, los abrazos-bechos de embajadores, felicitaciones adelantadas, apoyo de empresarios, televisiones, periódicos y el mismo Calderón e imponen a Peña; deberemos acomodar la frase para quedar así: “¡Ha muerto (políticamente) Calderón, viva el interino!” o “¡Ha muerto (políticamente) Calderón, viva Peña!”.
Los presidentes mexicanos conservan un poder monárquico, pues el presidencialismo moderno hunde sus raíces en la monarquía constitucional (Hans Kelsen: Teoría general del Estado). Y no obstante cercenarle facultades, un presidente a la mexicana es factótum y roza el poder absoluto.
La reforma beltronista debe continuar para entrar a un presidencialismo semiparlamentario, con un Jefe de Estado y un Jefe de Gobierno. Que diputados y senadores ejerzan un real contrapeso y no tengamos a calderones en desacato y sin sanción. Desde Carranza (asesinado por la disputa del poder), cada sucesor es todopoderoso y abusa del poder. Con todo y que hace poco el Poder Judicial Federal ha asumido su papel de contrapeso, no hemos podido deshacernos de ese despotismo y los presidentes son reyecitos que enseñan su autoritarismo, como el aspirante y todavía candidato Peña que sacó la espada de la autocracia ante los estudiantes.
Es seguro que Calderón se va y equivocadamente supone que el repudio es sólo para Peña. Calderón es odiado (sólo “lo quieren la escoba y el recogedor”, que son los braveros Lozano Alarcón y Diego). Y aquí la primera parte de la frase: “¡El rey ha muerto…!”. Si hay presidente interino, sólo a él le gritarán para despedirlo con antifanfarrias. Por lo que hace a: “¡Viva el rey!”, sólo hay incertidumbre y el señor Peña, ya sin encuestadores, Televisa y Tv-Azteca; y sin campaña, Josefina y Quadri debería arriesgarse a nuevas elecciones dentro de 14 o 18 meses en una segunda vuelta, nombrando interino al presidente de la Suprema Corte.
A Calderón lo despedimos con aquello de “regresa lo que te llevas”, menos a García Luna ni a Poiré ni a sus empleados que con él hicieron un mal gobierno. Queremos su muerte política al entregar la Presidencia, a las cero horas del viernes 30 de noviembre, cuando concluya su sexenio que arrojó más de 100 mil homicidios y un país atrapado en la inseguridad y el desempleo, mientras los altos funcionarios se reparten el botín de los cuantiosos salarios.
cepedaneri@prodigy.net.mx
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