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Banda ancha contra banda presidencial, breve historiaJenaro Villamil
Desde 1989, a inicios del gobierno de Carlos Salinas, MVS comenzó a operar frecuencias en la banda 2.5 Ghz para el uso de televisión restringida. De un total de 62 títulos de concesión, el 16 por ciento fueron otorgadas como asignaciones directas por el salinismo y sujetas al pago de una contraprestación equivalentes al 9 por ciento del total del ingreso del concesionario; el 37 por ciento se adquirieron vía licitaciones públicas y el 47 por ciento restante fueron compras a terceros autorizadas por la SCT.
En 2003 y 2004, durante el gobierno de
Vicente Fox, MVS obtuvo 20 autorizaciones para comenzar a dar servicios
bidireccionales de datos y de transporte de señales de voz de
telecomunicaciones, lo que sería el inicio de la utilización de esta
banda para servicios de doble y triple play. La Secretaría de Hacienda estableció el pago de una contraprestación basándose en la última licitación de la banda 3.4 Ghz.
Durante los dos últimos años de la
anterior administración MVS construyó una red para dar servicios de
banda ancha en internet vía inalámbrica a través de la banda 2.5 y
comenzó a buscar socios y contratos con otras empresas telefónicas como
Axtel, Alestra, Avantel, Marcatel, Protel y Mexis. Para el año de 2008
alcanzó a tener 47 mil suscriptores en la empresa MVS Net y más de 450
empleos, según sus propios informes.
MVS Net invirtió 80 millones de dólares
en la construcción y operación de esa red que pronto se convertiría en
el inicio de un proyecto más ambicioso, denominado “Banda Ancha para
Todos”, formado por un consorcio de 5 grandes inversionistas.
Ocho de sus 62 concesiones en la banda
2.5 Ghz se vencieron en 2005. MVS presentó las solicitudes de prórroga
ante la Cofetel. Ahí comenzó el litigio para que no se les renovaran
estos títulos durante el sexenio de Felipe Calderón.
A pesar de que en agosto de 2008 Cofetel
autorizó el refrendo de estos títulos de concesión, en diciembre del
mismo año, los comisionados atendieron la solicitud de Grupo Televisa y
de su filial Cablevisión para revocar la renovación de estas concesiones
vencidas.
La decisión de Cofetel coincidió con
otro hecho que generó molestia en Televisa: en noviembre de 2008 MVS
lanzó el servicio de televisión restringida satelital conocida como
Dish. Hasta febrero de 2012, este sistema había alcanzado más de 2
millones de suscriptores, representando la mayor competencia para la
empresa Sky, filial de Televisa, la única que ha registrado un
crecimiento sostenido de más del 10 por ciento en los últimos años.
-Se va a molestar Emilio– le comentó
Felipe Calderón a Joaquín Vargas, cuando el presidente de MVS le
presentó el proyecto de Dish.
La referencia a Azcárraga Jean era
obvia. Desde ese momento, las negociaciones entre el gobierno federal y
MVS para renovar los títulos de concesión y aceptar un ambicioso
proyecto de inversión para ofrecer servicios de internet en banda ancha,
más ágil y a menor precio que el ofrecido por Infinitum, de Telmex, se
atoraron.
“Durante cinco años, MVS y el gobierno
federal han sostenido conversaciones orientadas a definir el futuro de
la banda 2.5 Ghz sin haber alcanzado hasta el momento los acuerdos y la
certidumbre que permitan detonar inversiones y desplegar la red abierta
de banda ancha móvil”, subraya la empresa de Joaquín Vargas en un
extenso informe enviado a Dionisio Pérez Jácome, titular de la SCT, el
27 de marzo de 2012.
“El retraso de esta decisión ha
implicado no sólo un perjuicio económico para un grupo concesionario,
sino sobre todo un costo de oportunidad muy alto para los usuarios de
servicios de telecomunicaciones y para la competitividad de nuestro
país. En efecto, al día de hoy México sigue teniendo una de las
velocidades promedio de acceso a internet más bajas y uno de los costos
promedio más altos por este servicio dentro de los países miembros de la
OCDE”, advierte el informe.
En efecto, mientras el promedio de
porcentaje de usuarios de la banda ancha móvil es de 54.3 por ciento de
la población en los países miembros de la OCDE, México tiene 7.7 por
ciento, por debajo de Chile que tiene 17.4 por ciento y muy lejos de
Suecia con 98 por ciento, Finlandia con 87.8 por ciento (en ese país es
un derecho constitucional el acceso a la banda ancha), y Japón con 82.4
por ciento, de acuerdo al último informe de la OCDE.
En su informe de marzo de 2012 ante la
SCT, Grupo MVS relata que incluso ante el presidente de la República se
ofreció pagar una contraprestación por servicios bidireccionales de
datos y aceptando devolver 50 de los 120 Mhz que detentan, “en el
entendido de que el gobierno reconocería a MVS el valor de esas
frecuencias”.
Esto nunca sucedió. La decisión del
gobierno de Calderón paralizó inversiones por mil millones de dólares,
que realizaría un consorcio concesionario formado por 5 socios,
incluyendo a Ericsson, para que el uso de las concesiones de la banda
2.5 funcionara como una especie de súper carretera de banda ancha o
“carrier de carriers” a través del cual podían operar otras empresas
telefónicas o de telecomunicaciones.
El informe de MVS remata con un reproche claro al sexenio calderonista:
“Es importante señalar que la gran
mayoría de nuestras concesiones tienen vencimiento hasta los años 2018 y
2020, y que hoy es la fecha en la que aún no se han precisado temas
elementales para su mejor uso y explotación. ¿Cómo es posible que la
Secretaría de Hacienda pueda determinar el monto de la contraprestación
de una banda de frecuencias que no ha sido objeto todavía de importantes
definiciones de política pública?”.
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