¡¡Exijamos lo Imposible!!
La Presidencia NO se comprará por tercera vez Gilberto Balam Pereira
Los tres fraudes no se olvidan
La población tiene ya una percepción muy fundamentada de la realidad del fraude. Ocurre que habiendo sido sorprendido en flagrancia, el PRI ha caído en el más ruin estado de pánico, acorralado, tambaleante, en el filo de la navaja, aunque cuenta con los defensores más rabiosos y torpes irredentos, que no ceden a la adversidad, a la torpeza, al error, a la mortificación que le produce la exhibición de sus canallescas trapacerías electorales, en su arcaísmo degradado, en sus cada vez más sofisticados métodos de fraudes de todo tipo.
A medida de que van surgiendo más evidencias de las violaciones al proceso electoral, la población, máximo juez de la justicia y la verdad, ya tiene sus conclusiones inobjetables. Sabias concepciones del pueblo, indemnes de las malas mañas y patrañas de viejos políticos ancestrales, dinosaurios decadentes, partidos conservadores, ladronzuelos tradicionales, hijos de la cultura de la rapiña. Actúan como en los viejos tiempos del PRI para conservar sus caracteres y esencia.
Es posible que la revisión de los expedientes sea un mero trámite que no cambiará lo que ya se da como el resultado de hecho de la sucesión presidencial. Si acaso, se admite, se dictarán sanciones ex post, con lo cual se añadirían nuevas razones para el descrédito y el desencanto que recorre la convivencia nacional, pero nada más. Todo en orden. Pero ante el cúmulo de fidedignas pruebas causales de tantos delitos electorales, sería inaudito y el colmo de la impudicia que tal cosa sucediera. Y sin embargo, el tribunal está obligado a otra cosa. En primer lugar, cabe esperar que se tome en serio a sí mismo y realice una investigación a fondo de las impugnaciones presentadas. Cualquier reportero inteligente puede rastrear la línea de las investigaciones de resultados demasiado obvios y dolosos, que van más allá de los antecedentes formalistas, cuando no erráticos, del Tribunal. Sería un golpe a la futura gobernabilidad del país si los nefastos magistrados se salieran con la suya, a pesar de las evidencias tan inobjetables.
Las líneas de investigación de avanzados métodos científicos que ha aplicado en sus averiguaciones el cuerpo de asesores jurídicos del Movimiento Progresista, han logrado documentar y esclarecer la red de las maniobras financieras para alimentar la campaña electoral priista, con alcance internacional, que tiene todas las características del lavado de dinero. Partiendo, entre otros orígenes, de la denuncia interpuesta por el empresario mexicano José Luis Ponce de Aquino, en la Corte de California, contra el equipo de campaña de EPN, que lo contrató para desarrollar la campaña de EPN en los E.U., debe aclararse que tal denuncia se basó en que el ofrecimiento del pago de la tarea, no se cumplió. Por el contrario, se le previno por los denunciados “que el dinero ofrecido, como es de origen del lavado, no podría pagársele, y que en caso de que hiciera declaraciones al respecto, se le decomisaría su empresa y se le impediría la entrada a México.” En los pasos previos de esta contratación, el empresario pudo comprobar el “modus operandi” de los peñanietistas. Tal modo tiene su origen en bancos Monex de E.U., Italia, Portugal, España e Israel que intervienen en la triangulación de los recursos para las campañas del PRI. Estos entramados incluyen empresas mexicanas y personajes muy conocidos, allegados al candidato priista, comenzando con Luis Videgaray, que tiene cuentas a su nombre en Scotianbank con destino a operadores y representantes de la campaña del mexiquense.
En el mismo marco de la red de corrupción figura un tal Rodrigo Fernández Noriega, quien estableció mancuerna con el peñanietista José Luis Lozoya Neyra para la contratación de empresas que extenderían las facturas de las compras de votos y los pagos de servicios de operadores electoral del PRI. Los depósitos millonarios de este Fernández Noriega en Monex, llevan nombre y apellido, y por supuesto las sucursales y bancos involucrados y las fechas de operación bancaria a fin de que se tuvieran a tiempo los recursos necesarios para la campaña priista.
Ambos personajes, Lozoya y Fernández dirigían las estrategias y demás maniobras con los operadores de la campaña, en Calderón de la Barca No. 78, colonia Polanco Chapultepec, CP 11560, que es también el domicilio de algunas empresas contratadas para las transas. En esas reuniones se establecían las rutas de trabajo, cuándo llegaría el dinero para la planeación, cómo se distribuiría entre las empresas cómplices y cómo se repartiría el dinero vía Banca Monex.
Fernández tenía también en ese domicilio una de sus empresas de zapatería, por tanto “el sabía demasiado”. Nomás que ya no está en el país. Compró una casa en la Isla del Padre, Texas y se fue allá a radicar. En el Club Mundet pueden dar información sobre él porque era socio de ese Club. Por cierto, los empleados de Fernández están espantados al enterase de las noticias, a lo que Lozoya les ha dicho ”no se preocupen, somos gente de Peña Nieto”.
El tal Lozoya era, hasta hace poco, empleado de una aseguradora. En pocos años se le contabilizan 11 empresas que se ocupan en “vender facturas” como las de EPN. Sus bienes incluyen inmobiliarias, oficinas de enajenación de equipos de cómputo, estacionamientos y comercializadoras de textiles. Esto es sólo para dar un ejemplo de la gente que rodea al mexiquense, de su mayor confianza. ¿Cómo andará Luis Videgaray, al respecto de bienes, con esa feria de cuentas bancarias que maneja a nombre de su jefe Peña?
En cuanto al origen de ese dinero sucio, mugroso y pecaminoso mal llamado “lavado” es el producto del envenenamiento de la población. Son precisamente los responsables de este mal los que nos quieren seguir gobernando, si lo permitimos.
El PRI no permanece inmóvil. Mantiene sus estrechos lazos con sus entidades correligionarias, entre las que se cuenta Yucatán, que hizo un gran aporte a la causa durante la campaña. Que conste que no digo la fuente aportadora, porque pueden ser muchas. Ve tú a saber, mi estimado.
El contraataque priista incluye una serie de mensajes para desacreditar o contrarrestar a quienes han aportado pistas o indicios de la presunta triangulación de fondos para la campaña de Peña Nieto a través de Banco Monex.
Por supuesto que entre los denunciantes del fraude que son blanco del golpeteo del tricolor están AMLO, Ricardo Monreal, Ponce de Aquino, Jaime Cárdenas y otros. (Continuará).
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