lunes, 2 de abril de 2012

¡¡"Recreaciones fuera de la realidad"!!

¡¡Exijamos lo Imposible!!
La Condena al Reality Judicial


 
Los cinco ministros de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación coincidieron en el punto fundamental del proyecto de sentencia elaborado por el ministro Arturo Zaldívar: hubo una “recreación ajena a la realidad”un reality judicial en términos mediáticos- en la detención de la ciudadana francesa Florence Cassez.

La parte central del proyecto del ministro Arturo Zaldívar definió así el montaje:

“Florence Cassez fue expuesta repetidamente y en profundidad a un espectáculo que resulta inadmisible en un sistema democrático de derechos y libertades. Nadie que hubiese visto la televisión ese día (9 de diciembre de 2005) y durante los meses siguientes, podría negar que tal espectáculo fue, para los miles y miles de ciudadanos que lo vieron y lo oyeron, el auténtico juicio de Cassez. Cualquier proceso judicial realizado después, en la que víctimas y testigos fueron expuestos tan a fondo a este montaje, no podría ser más que una mera formalidad”.

Para el ministro Zaldívar este espectáculo tuvo un efecto corruptor sobre el proceso:

“El hecho de que las autoridades orquestaran un montaje mediático generó un efecto corruptor de todo el proceso porque, además de que la sociedad entera fue sugestionada, también lo fueron las personas involucradas en el proceso, viciándose la fiabilidad de sus declaraciones.

“Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación considera que el efecto corruptor imbuyó en todo el proceso penal, sobre todo en el material probatorio incriminatorio, el cual es base de todo el proceso penal y que en este caso se tradujo, esencialmente, en el testimonio de personas que fueron parte de la escenificación ajena a la realidad y que pudieron verse influenciadas por aquella”.

Esta fue la última parte de la sentencia que rechazaron los otros tres ministros que votaron en contra de otorgarle el amparo a la ciudadana francesa. Sin embargo, el mismo Guillermo Ortiz Mayagoitia, el ministro más reticente, admitió la existencia de la irregularidad en el montaje, pero “no pueden ser objeto de pronunciamiento alguno”.

Incluso, el ministro Jorge Pardo Rebolledo, quien votó en contra del proyecto del ministro Zaldívar admitió que “el simple hecho de haber accedido a la realización de este montaje ¿o simulación?, me parece que es un acto reprobable, que debe ser sancionado en los términos de la ley y que, desde luego, deja mal parado este principio de buena fe ministerial respecto de las autoridades que autorizaron y propiciaron estas conductas”.

Por supuesto, esta frase demoledora del ministro Pardo Rebolledo no fue transmitida en los noticiarios de Televisa y de TV Azteca que cubrieron la deliberación de la Primera Sala. Los principales noticiarios de las dos televisoras simplemente ignoraron que el consenso real de los ministros fue su condena a los realities judiciales.

A su vez, el ministro José Ramón Cossío condenó el mismo hecho. “La transmisión por parte de los medios, posterior al rescate de las víctimas resulta una demora injustificada en la puesta a disposición de la quejosa”, es decir, Florence Cassez. Si bien dicha demora puede considerarse justificada para llevar a cabo el rescate, no ocurre lo mismo tratándose de la transmisión en los medios de una supuesta detención”, abundó el ministro Cossío.

Ni hablar de la posición de la ministra Olga Sánchez Cordero que apoyó en los términos fundamentales el proyecto de Zaldívar. Fueron los dos únicos ministros que consideraron que la serie de irregularidades en torno al proceso de Cassez eran lo suficientemente graves para aprobar el amparo.

Sánchez Cordero, quien será la responsable de redactar un nuevo proyecto de resolución aclaró que la Suprema Corte no juzgaba sobre la inocencia o culpabilidad de ella, ni sobre la afectación sufrida por las víctimas sino por las alteraciones en el debido proceso. “Una verdadera protección de los derechos de las víctimas pasa necesariamente por la protección del debido proceso de los inculpados”, sentenció la ministra.

Los otros tres ministros, aún asumiendo la existencia y la irregularidad del montaje, no se pronunciaron a favor del amparo solicitado por Cassez. Cossío propuso que el asunto fuera turnado al tribunal colegiado que la sentenció en 2009 a 60 años de prisión, pero que no se tomaran en cuenta la ampliación de declaraciones de dos de las víctimas del supuesto secuestro. Este criterio particular puede convertirse en la llave para abrir la cárcel a la ciudadana francesa.

En otras palabras, el balón sigue en la cancha de la otra ministra que está a favor de otorgarle el amparo.

La Punta del Iceberg

Lo más sorpresivo de la jornada de cobertura informativa de este caso de alto impacto mediático, político y diplomático fue cómo las dos grandes televisoras mexicanasTelevisa y TV Azteca- simplemente minimizaron o ignoraron abiertamente que el punto fundamental no fue la liberación de Cassez sino el juicio unánime en contra del montaje mediático.

En contraste, las principales agencias informativas, televisoras francesas y medios impresos del país galo se trasladaron al país, con una clara predisposición a favor de Cassez.

El nombre de Genaro García Luna simplemente no se pronunció en la cobertura o en las editorializaciones del duopolio televisivo mexicano. A pesar de que, sin decirlo explícitamente, los cinco ministros condenaron severamente los reality judiciales.

Dos días antes de la jornada del miércoles 21 de marzo, el presidente de la República se metió de lleno al caso. Sin cuidar las formas ni el respeto a la división de poderes, Felipe Calderón pronunció el 19 de marzo una airada defensa a la posición oficial en el caso. No necesitó pronunciar el nombre de Genaro García Luna. El titular de la SSP apareció a su lado en la inauguración de un penal de “ultra máxima seguridad” en Papantla, Veracruz.

Calderón hilvanó un discurso maniqueo en torno a la demanda de justicia. Para el primer mandatario, lo importante es la justicia para las víctimas y para una sociedad agraviada y humillada por los criminales, pero no consideró que la mentira o la recreación de los expedientes irregulares a través de la pantalla televisiva sea una violación flagrante a la justicia más elemental, que es el respeto al debido proceso.

Con su discurso, Calderón pasó a formar parte del reality judicial que durante 6 años se ha venido produciendo en torno al caso de la banda de los Zodiaco y la detención de Cassez. En este reality, el guión dicta que las autoridades policiacas no se equivocaron al detener en el rancho Las Chinitas a la francesa y a su pareja Israel Vallarta. En este guión, Cassez es culpable porque así “se vio en la televisión” y porque tres instancias ministeriales sostuvieron la condena a 60 años de prisión, aunque las víctimas del presunto secuestro hayan cambiado sus declaraciones.

El reality judicial de Calderón presume la eficacia de su titular de Seguridad Pública, el único de los funcionarios de su gobierno que ha permanecido en el cargo, sin haber sido objeto de una mínima sanción o regaño público. Aunque el caso Cassez se haya originado en el ocaso del sexenio foxista, en diciembre de 2005curiosamente, el mismo mes en que la Cámara de Diputados aprobaba fast track la Ley Televisa-, Calderón se ha envuelto en la bandera del expediente para defender las “recreaciones indebidas” en éste y otros muchos casos.

El caso Cassez es apenas la punta de un iceberg que se generalizó en este sexenio, con García Luna al frente de la SSP, que tomó el control de la pantalla y de la realidad. Basta una simple enumeración de varios casos que merecen un análisis más detallado: las detenciones de “grandes capos” como Edgar Valdés, alias La Barbie, o la del J.J. tras el montaje-guión en el caso Cabañas; el famoso rescate de los reporteros de Grupo Multimedios y Televisa, capturados en Durango presuntamente por “El Chapo” y que después fue condenado como un telemontaje, por uno de los reporteros que pidió asilo en Estados Unidos; el famoso operativo en la “narcomansión” de las Lomas que después fue considerado como una farsa para la transmisión de los medios de comunicación.

Y es que la otra ecuación de los reality judiciales es la complicidad con Televisa y TV Azteca, las dos televisoras que se sumaron a la campaña de promoción de la guerra “exitosa” de Felipe Calderón en contra de los criminales. A cambio, el duopolio televisivo ha recibido todos los favores de la presidencia de la República, al grado de ser considerado éste el sexenio de Televisa.

En su carta pública del 20 de marzo de 2012, Simón Charaf, dueño del Bar-Bar puso el dedo en la llaga tras el discurso de Calderón en Veracruz:

“Es responsabilidad de todos los mexicanos apoyarlo en cada acción donde se involucre el clamor de justicia que tanto se ve afectado en la sociedad, cuando por montajes perfectamente orquestados, la impartición de la misma se obstruye; tal como sucede en varios casos, incluidos el nuestro, el caso Cabañas, donde por un montaje de Televisa, con videos editados y manipulados, un hombre inocente fue a la cárcel. ¿Hasta cuándo las autoridades pondrán un alto a esta empresa que tanto ha afectado al país con sus abusos y montajes?

“Señor presidente, los montajes de Televisa, son cada vez más burdos y aberrantes; cuando estos son desenmascarados, quien queda en evidencia no solamente es la televisora y la impunidad con que se maneja, también queda en evidencia la inacción de las autoridades al permitir todo lo anterior; y ya en un grado mayor, estos montajes llevan al país a enfrentar crisis diplomáticas innecesarias”.

El Falso Debate

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