Con una lanita se arreglaron
Hilda García¿Sabes qué país es el más corrupto del mundo? - No sé. México aparece en segundo lugar, no en el primero. - Ah pues es que dio dinero para no aparecer en el primer lugar. Chiste popular en los 90
Hace unos años circulaba este chiste que en vez de hacer reír, hacía llorar. Sin embargo, esa broma de mal gusto parece la realidad misma.
Durante el fin de semana pasado, el diario estadounidense The New York Times reveló que funcionarios mexicanos habrían recibido 24 millones de dólares para permitir que una tienda de autoservicio abriera diversas sucursales en nuestro país.
Apenas el 12 de abril, el presidente de Walmex, Scot Rank, había señalado que la mayor cadena minorista del país esperaba acelerar su crecimiento en un rango de entre el 13 y 15%, manteniendo un ritmo de expansión. Durante su anuncio, Rank detalló una inversión de 19,740 millones de pesos para abrir un poco más de 400 tiendas en el país. Con esto seguiría el crecimiento acelerado de la Wallmartización mexicana, en la que según reportes de prensa, tan sólo entre el 2000 y el 2012, la cadena ha abierto 2,277 tiendas.
Con este desarrollo, el capítulo de México había permitido ser el mercado más grande para el crecimiento de la marca fundada por Sam Walton en 1962 y que ahora, además de las tiendas Wall-Mart, cuenta en México con las Bodegas Aurrerá, Suburbia, Superama, Sam’s Club, Vips y El Portón.
Como ejemplo de su crecimiento, basta, por ejemplo, ver cómo sobre Avenida Universidad y Miguel Ángel de Quevedo hay todo un antiguo complejo de las tienda Aurrerá compartiendo todas las marcas y sólo tres cuadras adelante, hay un Wall-Mart más. En el trayecto de esas tres cuadras, las que antes eran tiendas de abarrotes han ido desapareciendo.
En este caso no voy a tocar el tema de esta Wallmartización que en vez de apoyar al pequeño y mediano abarrotero los ha ahorcado con los bajos precios y venta al volumen. Práctica totalmente negativa para reforzar el mediano comercio, pero sí de la manera como esta tienda ha crecido en nuestro país y por qué sólo ha pasado así en México. Nosotros tenemos Wallmart hasta en Teotihuacán.
¿Sabía usted que no hay un solo Wall-Mart en Nueva York? Sí. Ahí en la ciudad donde se encuentra la Bolsa de Valores y donde se mueven los grandes capitales, la lucha de los pequeños comerciantes y de los sindicatos ha evitado que se vayan a instalar.
Los detractores de este emporio lo acusan de tener prácticas en contra de sus trabajadores pagándoles salarios bajos, contratando indocumentados que si bien muchos de nuestros paisanos agradecen, al final no pueden jamás quejarse de ninguna injusticia porque al ser indocumentados no tienen derechos y no quieren pasar por ningún proceso legal que los pueda llevar a la deportación.
Pues bajo esta batalla no se ha instalado ninguna de estas tiendas en Nueva York y ahora se ha pedido que hasta que no haya ningún veredicto sobre la investigación que se haga sobre el tema de corrupción no habrá ninguna negociación.
Pero regresemos al caso mexicano. Después de que se reveló la noticia, Wall- Mart perdió algunos millones y algo de su reputación. De manera casi inmediata, el mismo corporativo nombró al fiscal del estado de Arkansas, Tom Gean, a cargo de que se cumpla la ley estadounidense que prohíbe dar coimas o sobornos a funcionarios de países extranjeros.
La Secretaría de la Función Pública se tardó en manifestarse. No fue sino hasta que el presidente Calderón habló del tema en su gira en Estados Unidos que salió el comunicado diciendo que van a investigar el caso.
¿Y qué es lo que vamos a resolver? ¿Para cuándo tendremos un resultado? Si esto se comprueba, ¿a quién se acusará y qué impacto tendrá sobre la empresa? ¿O es que acaso darán otrar lana para que no pase nada con la investigación?
Aunque Calderón diga que está indignado sobre el tema y que “No se vale hacer negocio a base de mordidas”, los mexicanos sabemos que en muchas ocasiones, para quienes quieren abrir una tienda, un bar, una cafetería, una oficina y se piden los permisos por la vía burocrática y legal, los peros son terribles y la gente termina pagando extorsiones que comienzan con los permisos y se mantienen haciéndolo aun cuando los negocios ya están abiertos.
Con esto NO intento justificar a los funcionarios de Wall-Mart, al contrario, me da vergüenza leer las noticias y siempre me ha parecido terrible ver que México sea el número uno en este tipo de tiendas o sea el número uno en consumir refrescos como la Coca Cola cuando tenemos una altísima tasa de obesidad y de diabéticos en el país.
Lo que enoja más es que Wall-Mart y vaya a saber cuántos corporativos más, encontraron en las “mordidas” la manera de poder hacer negocio en el país, donde sin importar valores culturales, de fortalecimiento a los pequeños y medianos empleos o de protección a los trabajadores se dieron los permisos para abrir las tiendas. Aprendieron que en México “si no transas, no avanzas”.
Y ya lo hemos hablado, una lanita para el policía, otra para el franelero, otro para el asaltante que tiene amenazados los comercios si no se le paga una cuota semanal, otra lanita para sacar documentos, otra para construir. En fin, una lanita para todo. Ejemplos de la vida cotidiana en la que vemos cómo nuestras autoridades y servidores públicos extorsionan para hacer agua a su molino son muchas.
Wall-Mart es tan sólo un ejemplo de lo que sabemos no es una práctica aislada e individual. Muchas hay de estas, pero ¿será acaso que en este caso la indignación pueda ser tan grande que se logre realmente castigar a los responsables, no sólo de Wall-Mart, eso es un tema de corporativos, sino a los mexicanos que dentro de la función pública están para servir a los intereses de la mayoría y que encontraron la manera de corromper y corromperse?
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