miércoles, 25 de abril de 2012

Me importa un bledo quién lo sustituya

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
Fichitas: Joaquín López Dóriga. Bolsillos repletos, zapatos vacíos

Nuestro compañero Armando Macías Armando.Macias@TycoHealthcare.com nos manda esta colaboración.

Este artículo aparece en el blog La Hora del Pueblo. No si el autor sea Jaime Avilés. El tono y el contenido son explosivos, quizá rebasa la ética periodística al inmiscuirse en la vida privada de López Dóriga, sin embargo, no está de más conocer los manejos de poder y la doble moral de los merolicos y dueños del duopolio televisivo.


Está confirmado: Joaquín López Dóriga dejará la conducción del noticiero estelar de Televisa en cuanto “se apague” el conflicto político creado por el fraude electoral del 2 de julio. Emilio Azcárraga y Bernardo Gómez, presidente y vicepresidente del consorcio, no lo relevarán antes porque darían, piensan, una muestra de “debilidad”.

Nadie se ponga triste. López Dóriga no quedará en la inopia. Tiene cuantiosos ahorros en euros y dólares depositados en bancos de Estados Unidos y Suiza. Y, por si acaso algún día le llegara a faltar liquidez, posee un superdepartamento en un conocido edificio “inteligente” de Polanco, una mansión de lujo en Marbella, sobre la costa sur de España, y un condominio elegantísimo en Miami, en la misma cuadra de la exclusiva zona residencial donde tiene el suyo Roberto Madrazo, su amigo del alma.

¿De dónde sacó tanto dinero López Dóriga? ¿Cuánto gana como conductor en Televisa, locutor en Radio Fórmula y articulista en Milenio? Ya que las grandes estrellas de los noticieros electrónicos nos gobiernan más, porque tienen más poder, que el presidente de la República y los legisladores, ¿no deberían presentar, por ley, su declaración patrimonial cada año? Así sabríamos cuántos ceros llevan los cheques de los chayotes de Joaquín y de sus colegas al frente del gobierno mediático.

Nacido en España en pañales de seda, gracias a los buenos contactos de su padre, un entusiasta partidario del Generalísimo Francisco Franco, López Dóriga, afirman sus allegados, siempre ha sido rico pues heredó una considerable fortuna. A finales de los años 60, viviendo ya en México, era un pasante de la carrera de Derecho cuando el licenciado Jacobo Zabludovski lo invitó a trabajar en el Noticiero 24 Horas, de Televisa.

Aprendió pronto a servir los intereses de los poderosos y a relacionarse con ellos y por eso tuvo un ascenso fulgurante en el mundo de la televisión. Cuando asumió el poder en diciembre de 1976, el presidente José López Portillo lo puso al frente de los noticieros de la televisora gubernamental, un escritorio desde el cual se convirtió en un feroz competidor de su maestro Zabludovsky.

Pero, habiendo llegado tan alto, Joaquín se mareó allá arriba y comenzó a mezclar sin prudencia ni cuidado ingredientes tan peligrosos como el poder, el dinero, el sexo, las drogas y el trabajo, todo en cantidades excesivas, fabricándose un coctel que lógicamente acabó con su salud, causándole problemas que lo acompañarán hasta la muerte.

A raíz de un grave desacuerdo, se dice que por dinero, con Margarita López Portillo, hermana del presidente que lo protegía, López Dóriga salió del gobierno federal y de inmediato fundó la revista Respuesta, con la que trató de quitarse de encima las acusaciones que el aparato del poder lanzó para desprestigiarlo.

Caído de tan alto, agudizó su proceso de autodestrucción y fue durante el gobierno de Miguel de la Madrid que, encontrándose en una misión periodística en Tijuana, la combinación de sobredosis cotidianas de nicotina, cocaína y alcohol le entorpeció gravemente la circulación de las piernas, situándolo al borde de la gangrena y quizá del paro cardiaco.

Pero Miguel de la Madrid se enteró, le mandó un avión y lo trajo a la ciudad de México donde el doctor Gilberto Flores, médico eminente, lo recogió en el aeropuerto, lo llevó al hospital y le cortó varios dedos en ambos pies, de manera provisional para tratar de salvarle las piernas.

El éxito de la operación fue indudable. Joaquín sobrevivió y entendió una cosa: o renunciaba a sus adicciones o renunciaba a la vida. Optó por lo primero. Se internó en clínicas especializadas, aprendió a portarse bien, a pensar con la mente limpia y a caminar con los zapatos rellenos de trapos en donde alguna vez tuvo dedos para poder desplazarse con sus nuevos pies “de caballo”.

También tuvo que volver a tomar clases de dicción, para superar la atrofia lingual que al parecer nuevamente se le agrava. Por eso emplea con frecuencia el truco de decir frases cortas y repetirlas, supuestamente para crear suspenso cuando la verdad es que no puede pronunciar de corrido. Ejemplo: “Esta noche, esta noche es noche de viernes, , es noche de viernes y de mangas del chaleco…”.

Esta historia continuará.

Sin embargo, la pregunta sigue abierta.

¿Quién sustituirá a Joaquín López Dóriga al frente del Noticiero de Televisa?




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