¡¡Exijamos lo Imposible!!
Pemex, saqueado por el presidencialismo de Alemán a Calderón
Álvaro Cepeda Neri |
El 1938 el general Lázaro Cárdenas expropió la entonces inmensa riqueza petrolera, explotada por manos
extranjeras, para darle viabilidad e independencia económica a la
nación y sustentar el despegue industrial del país. A partir del
presidente Miguel Alemán Valdés (1946), la corrupción
política-administrativa del presidencialismo hizo de Petróleos Mexicanos
(Pemex) una fuente de saqueos (directa o indirectamente) con la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público de por medio y ahora con la de
Energía, que usaron para sus fines personales Juan Camilo Mouriño y su
familia, con la complicidad de César Nava y el propio Felipe Calderón.
Sesenta y seis años exportando petróleo y los mismos de rapiña,
desde la cúpula presidencial y de sus dirigentes sindicales (que no se
han hartado de saquearlo). De Alemán a Ernesto Zedillo fue una surtidora
de dólares para gastarlos como si fueran suyos y no de la nación, a la
que desde entonces le han tocado migajas. En la oposición, el
Partido Acción Nacional (PAN) censuró las malversaciones petroleras,
pero el foxismo y el calderonismo hicieron lo mismo, pero con el
agravante de haber culminado el saqueo (tan ladrones unos como otros).
La riqueza natural no renovable del oro negro acusa pavorosa disminución en sus reservas –aun con los nuevos descubrimientos– y la quiebra de Pemex.
Solamente los trabajadores petroleros han recibido algunos
beneficios de esta empresa pública; pero sus “líderes” tienen contratos
para sus empresas y los politiquillos, antes del Partido
Revolucionario Institucional (ahora del PAN), junto con contratistas
nacionales y extranjeros, se han aprovechado de sus relaciones de poder
económico y político y la telaraña de intereses para saquearla; y cada titular de la Presidencia ha echado mano
del capital de la paraestatal para usarlo para pagos, bonos y
aguinaldos de sus colaboradores como si fuera gasto corriente. Y como no
hay ningún control sobre las ventas de Pemex –mucho menos rendición de
cuentas–, entonces sus cúpulas administrativas, públicas y privadas
desvalijan, como rateros vestidos de funcionarios y empresarios, sus
entradas multimillonarias.
Esto ha provocado su quiebra, pues lleva no menos de 50 años
acusando pérdidas. Pero Calderón acaba de responsabilizar a sus
trabajadores en activo y pensionados, y amenaza con que los jubilados
están en “peligro” de perder o ver reducidas sus pensiones. Pero nada
dijo del saqueo que ha hecho el calderonismo. Éste, en vez de corregir
los desvíos y el botín, se fue encima de la parte obrera
de Pemex; mientras convive con la dirigencia sindical atracadora y su
director Juan José Suárez Coppel (un panista encubridor).
La nación sabe que los de “arriba” asaltan a la empresa y se llevan, a manos llenas,
la riqueza en dólares que genera la venta del petróleo. Van y vienen
aniversarios de la expropiación de 1938, y los funcionarios en sus
cargos la celebran, pero callan los asaltos que han llevado a cabo y
señalan que Pemex va a la baja, casi en la quiebra, que ya no hay
reservas, que van a construirse refinerías y etcétera. Lo cierto es que
la empresa paraestatal en 74 años ha generado mínimos beneficios al
país, pero se han enriquecido líderes, políticos, empresarios y una
pandilla depredadora.
*Periodista
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