Despojo
Lilia Arellano
Estado de los ESTADOS
PRI-PAN subastan el “oro negro”
Aprueba Senado acuerdo transfronterizo
Inútil oposición conjunta de PRD
-PT-MC
Dará México cuota a FMI de
14 mil mdd
AMLO
rechaza reformas estructurales
Peña Nieto agradece a Fox su respaldo
“¿Necesidad? Palabra cómoda con la que el culpable se quita de encima la culpa, para arrojar en el vacío toda soberbia y traición”.- E. De Geibel
Tras ratificar y avalar los compromisos del PRI y PAN con la jerarquía
católica, al probar las reformas constitucionales a los artículos 24 y
40 que tienden a restaurar añejos privilegios de la Iglesia en el país y
modificar la sana distancia de ésta en los asuntos públicos, en menos
de un mes los senadores de la república asestaron otro golpe a la
población mexicana al ratificar a toda prisa, con 69 votos a favor, 21
en contra y una abstención, el acuerdo entre la administración de Felipe
Calderón y el gobierno de Barack Obama sobre los Yacimientos
Transfronterizos de Hidrocarburos en el Golfo de México, firmado apenas
el pasado 20 de febrero, que permitirá la exploración y la explotación
de dichos yacimientos, y atenta contra la rectoría energética del Estado
mexicano supeditándola a un convenio binacional que claramente favorece
a las empresas estadounidenses.
Mientras Felipe Calderón expresaba públicamente en La Habana su condena
al bloqueo injustificado que ejerce Estados Unidos sobre Cuba, censura
que no es sino una simulación más, y anunciaba que ambos gobiernos, el
suyo y el que encabeza Raúl Castro, suscribieron una carta de intención
no vinculante para que Pemex valore la posibilidad de participar en la
exploración y explotación de hidrocarburos en la isla caribeña, en el
Senado de la República mexicana fue otra vez el presidente de la
Comisión de Energía, el perdedor senador priísta Francisco Labastida
Ochoa, quien puso en evidencia el contubernio que existe entre el PAN y
el PRI en el Congreso al justificar el voto de su bancada en la Cámara
alta con el sobado argumento de la necesidad de ratificarlo pues, dijo,
de no hacerlo “México se quedaría sin un marco jurídico para defender
sus intereses ante los Estados Unidos”. El legislador sinaloense, quien
demuestra una y otra vez que lo que menos le interesa es México y su
población, añadió que “en ese momento estaríamos en las peores
condiciones en las que gana quien tenga más recursos y mayor
tecnología”.
Frente a la férrea oposición de los legisladores de los partidos de la
Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano,
que sostuvieron un ríspido debate con panistas y priístas y se negaron a
acatar “la orden” del secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, quien
en la última semana de febrero envió una carta a los senadores para que
revisaran y aprobaran en el actual periodo de sesiones ordinarias el
acuerdo binacional, también la senadora Rosario Green (PRI), presidenta
de la Comisión de Relaciones Exteriores, otra legisladora que no ha dado
muestras de estar de lado de una política que redunde en beneficios
para la Nación, sino todo lo contrario, justificó que el pacto con EU
“mantiene la soberanía nacional” sobre los recursos energéticos de
México y argumentó que se deja atrás “un vacío jurídico y cancela la
posibilidad de una producción unilateral, no regulada, inequitativa e
insuficiente” de los yacimientos transfronterizos de hidrocarburos. La
ex Canciller confió en que cada una de las partes, los gobiernos de
México y de Estados Unidos, informará a la otra de la presencia de
hidrocarburos en la frontera común. También el PAN siguió esta misma
argumentación. A través de Rubén Camarillo Ortega, rechazó que se esté
aprobando “al vapor” y dijo sin ningún rubor que la negociación “duró 20
años”.
Durante la sesión en el Senado, se dieron irregularidades en el proceso
legislativo pues no se citó a comparecer al secretario de Energía, Jordy
Hernández Herrera, quien anda de gira con Calderón, para explicar el
contenido del acuerdo entre México y Estados Unidos en materia de
yacimientos transfronterizos de hidrocarburos en el Golfo de México. El
convenio fue avalado sin que se elaborara un dictamen y sin tomar en
cuenta a la Comisión de Relaciones Exteriores América del Norte. Pablo
Gómez, del PRD, destacó lo anterior y pidió una moción para suspender la
discusión del dictamen a fin de analizar a fondo ese convenio con el
vecino país del norte, ya que, advirtió, no establece la seguridad
jurídica necesaria ni las garantías suficientes de que la riqueza
petrolera que corresponde a México se respetará, pero ésta fue rechazada
por la mayoría de los integrantes del pleno.
Pablo Gómez también hizo notar que no está resuelto el problema del
arbitraje y ello deja a México en precariedad, además que el gobierno de
los Estados Unidos ha otorgado más de 30 concesiones a empresas para
operar en la línea transfronteriza, consorcios que no están obligados a
acatar las disposiciones del convenio. Alertó que una vez hecho el
cálculo de cuánto petróleo corresponde a cada nación, durante la
exploración y la explotación del yacimiento puede variar la distribución
del combustible y no habrá compensación de ninguna especie. Resaltó,
además, que la palabra “reserva” no existe en la redacción del tratado
binacional. El legislador perredista manifestó que entendía la prisa del
PAN y de Felipe Calderón por aprobar este acuerdo, pero el interés del
PRI en el mismo le parecía “muy sospechoso”.
También el senador de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado Ranauro, pidió
suspender la discusión del acuerdo por atentar contra la rectoría
energética del Estado mexicano. El veracruzano acusó al PRI y al PAN de
actuar juntos, nuevamente, como lo hicieran en otras reformas
relevantes. La oposición de los senadores del PRD, PT y Movimiento
Ciudadano no fue suficiente para evitar la ratificación del acuerdo que
dispone que los ingresos derivados de la explotación de los yacimientos
deberán ser gravados conforme a la legislación de México y Estados
Unidos.
En el papel, que aguanta todo, presuntamente el convenio tiende a
establecer un marco jurídico para una explotación “segura, eficiente,
equitativa y ambientalmente responsable” de los yacimientos
transfronterizos en las fronteras marítimas entre Estados Unidos y
México, países que, según el mismo documento, reconocen los principios
que promueven la utilización “equitativa y razonable” de los recursos
transfronterizos. Sin embargo, las prisas de los legisladores priístas y
panistas tienen otros fundamentos, tal y como se los señalamos en estas
mismas líneas el pasado febrero y que tienen que ver con que Pemex
empieza en este mes trabajos, a más de 3 mil metros de profundidad y a
tan sólo 30 kilómetros del limite fronterizo con Estados Unidos, en un
pozo que bautizaron con el nombre de “Maximino”. No se ha dado a conocer
aún de dónde sacaron el dinero para ese efecto ni mucho menos han
anunciado la aprobación de un crédito millonario para poder echarlo a
andar. Cabe destacar que el pasivo de Pemex ya suma un billón 506 mil
millones de pesos y la ordeña de sus recursos, por parte de la
administración federal, sigue aumentando. El año pasado la paraestatal
pagó 876 mil 15 millones 747 mil pesos, es decir, un monto superior en
un 34 por ciento a lo que pagó en 2010. Y la gran pregunta sigue siendo:
“¿en cuáles bolsillos quedó todo ese dinero?
Y por si lo anterior fuera poco, en el Palacio de San Lázaro, los
diputados federales apresuraron el trámite para votar el aumento a 14
mil millones de dólares la cuota de México en el Fondo Monetario
Internacional (FMI). Las coordinaciones parlamentarias del PAN y PRI
negociaron incluir la minuta del Senado que avala la nueva cuota en el
orden del día, aun cuando en sentido estricto tendría que abordarse
hasta la próxima semana. El dictamen de referencia, de la Comisión de
Hacienda, fue votado por 221 sufragios a favor, 33 en contra y 16
abstenciones. El diputado petista, Jaime Cárdenas, lamentó que esta
votación vaya acorde a la pérdida de soberanía económica y contra
políticas de desarrollo en el país. Y no conforme con ello, destacó, los
tecnócratas incrementan los apoyos del Estado mexicano al Fondo
Monetario Internacional.
RECHAZA AMLO REFORMAS ESTRUCTURALES
Durante una reunión con empresarios integrantes del Instituto Mexicano
de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), Andrés Manuel López Obrador sostuvo
que no cree en la bondad ni en la necesidad de las reformas
estructurales porque son una agenda impuesta desde el exterior, y muchas
de ellas, como la energética, lo que significan es la privatización,
con lo que el tabasqueño no esta de acuerdo. El candidato presidencial
del Movimiento Progresista (PRD-PT-Movimiento Ciudadano) insistió en que
es necesario cambiar por completo el modelo económico porque lleva tres
décadas de fracaso, ya que el neoliberalismo y la ola de privatización
que trajo consigo pusieron en pocas manos gran parte de la riqueza del
país.
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