sábado, 21 de abril de 2012

Cuatro candidatos con sólo dos proyectos

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Estado de los ESTADOS
Por Lilia Arellano

Reconciliación

Acuerda el CCE trabajar con AMLO
Difieren en política fiscal y energética

Tribunal Superior Agrario
: corrupción
Investigan a Marco Vinicio y Portepetit

Negros deseos de Calderón
, “el salado”


“ Si el dinero va delante, todos los caminos se abren”: William Shakespeare
 

La actual elección presidencial es una competencia entre sólo dos proyectos de país. A pesar de contender cuatro candidatos, únicamente dos tienen posibilidades reales de ganar en estos momentos. La postulación de Gabriel Quadri por el PANAL es tan sólo una broma y así lo asume el propio abanderado del partido propiedad de Elba Esther Gordillo.

El lastre que representa el calderonismo y sus propios errores e incapacidad hunde día a día la candidatura de Josefina Vázquez Mota, ubicada ya en tercer lugar y sigue bajando. El priísta Enrique Peña Nieto llegó a su tope en la intención del voto, por lo que ya no subirá, pero puede bajar. Andrés Manuel López Obrador sigue subiendo y es altamente probable que alcance al puntero y, si se dan las circunstancias políticas adecuadas, puede rebasarlo días antes de los comicios.

Las encuestas serias sobre intención del voto coinciden en que el resultado de la elección presidencial que se definirá el próximo primero de julio aún no está definido, por lo que la actividad que desarrollen tanto Felipe Calderón, como coordinador de campaña de Josefina Vázquez Mota, como Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador pueden inclinar la balanza hacia el abanderado de las izquierdas o el postulante de la derecha priísta.

De ahí la importancia de las últimas reuniones que han sostenido los candidatos presidenciales con dos fuerzas representativas de la derecha del país y con innegable poder político y económico: la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) que aglutina a la jerarquía católica mexicana, y el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), quienes no ocultan sus simpatías por la chepina y el mexiquense, pero conocedores de los hilos de la política nacional tienden puentes con el juarista López Obrador, con quien no desean una confrontación directa en caso de que llegue a ocupar la Residencia Oficial de Los Pinos.

Este viernes López Obrador se reunió con los integrantes del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), el mismo organismo cupular de la iniciativa privada mexicana que en 2006, encabezado por Claudio X. González, patrocinó con al menos 180 millones de pesos -y ejecutó- la campaña negra en medios de comunicación que afirmaba que el candidato presidencial perredista era “un peligro para México”.

Esta conducta fue catalogada a toro pasado como ilegal por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y no influyó en su decisión de determinar como válida la elección que “ganó” Felipe Calderón, quien fue impuesto como titular del Ejecutivo Federal, aún y cuando no existe certeza ni evidencia empírica suficiente para determinar con exactitud que el michoacano realmente alcanzó la mayoría de votos, por lo que siempre ha arrastrado la etiqueta de “espurio” e “ilegitimo”, que sin duda determinaron su actuación a lo largo de este sexenio en cuya gestión ha sido más que evidente su resentimiento al pueblo de México.

Por eso no es de extrañar que previo al desayuno con la cúpula empresarial, López Obrador mantuviera su posición de corresponsabilizar al empresariado mexicano del fraude electoral cometido en agravio de México y de él hace seis años y estimara que a seis años de esos hechos “no odia ni olvida”.

No obstante, destacó que hoy es tiempo de la reconciliación, más cuando muchos de los que lo atacaron en el pasado hoy están arrepentidos de haberlo hecho frente a la grave situación en la que Felipe Calderón y el Partido Acción Nacional han colocado al país.

En el desayuno con los empresarios, éstos rechazaron haber suscrito esa campaña. Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente del CCE, señaló: “nosotros no hicimos nada, nosotros tenemos la obligación de defender los intereses del sector privado y de la sociedad mexicana”.

El líder empresarial recordó que en 2006 los empresarios lo invitaron a reunirse con ellos y “él no quiso venir, por las razones que él haya tenido”.

Sin duda que en un conocido hotel de Polanco se limaron asperezas entre el candidato presidencial de las izquierdas y la cúpula empresarial. “Yo ofrecí mi mano franca, queremos la reconciliación, fue un encuentro positivo, no estamos en contra de los empresarios sino de la riqueza mal habida y la corrupción”, dijo el tabasqueño, quien expuso su programa económico y destacó las coincidencias con el empresariado en impulsar el crecimiento económico del país, en mantener el equilibrio macroeconómico, en el combate a la corrupción, mientras que el dirigente empresarial calificó el encuentro como productivo y necesario para compartir las diferentes visiones y con ello buscar un crecimiento sostenido, empleos y en general el mejoramiento de México.

Pero también quedaron muy patentes las diferencias que separan al proyecto de Nación que sustenta el tabasqueño con la visión de los empresarios cupulares. Estas no fueron ni son menores, y entre ellas destacan la negativa de López Obrador a continuar con la privatización de Pemex, aspecto que representa la diferencia medular con sus adversarios del PRI, PAN y PANAL.

Los empresarios aclararon que no buscan la privatización de Pemex, peroparticipar en las áreas de distribución. También destacó la divergencia en el tema de las reformas estructurales, pues desde el punto de vista del tabasqueño éstas no son necesarias y sí perjudiciales para el país como ha ocurrido en los últimos 30 años.

Entre estas últimas resalta la reforma fiscal, pues el abanderado de la izquierda desea que se revisen los mecanismos de consolidación fiscal y otros que permiten a grandes corporaciones no pagar impuestos. AMLO reiteró su decisión de acabar con los privilegios fiscales de los grandes empresarios a fin de que paguen los impuestos justos, lo que generaría una mayor recaudación.

Gutiérrez Candiani insistió que ellos tienen una visión diferente. “Nosotros insistimos en que para poder crecer, generar riqueza y mejorar las condiciones de vida de los mexicanos es a través de estas reformas”.
Para Jorge Dávila, presidente de la Confederación Nacional de Cámaras de Comercio (Canaco), el encuentro con AMLO fue un “round de sombra”. Informó que lo cuestionaron sobre las reformas estructurales, su postura sobre la situación de Pemex y la economía informal y él “no dio una respuesta precisa, dijo que iba a analizar las propuestas y posteriormente las comentaba”. Dávila admitió que la Concanaco tiene mayores coincidencias con las propuestas económicas del priísta Enrique Peña Nieto y la panista Vázquez Mota, con quienes también ya se reunieron.

López Obrador y Gutiérrez Candiani acordaron conformar un grupo de trabajo para “generar” las coincidencias. Puntualizó el líder empresarial que “lo importante es que tuvimos un acercamiento que fue muy productivo, que era necesario, tenemos diferencias importantes pero al final vamos a trabajar”.

Pasarela eclesiástica

Por lo que toca a las reuniones de los candidatos presidenciales con la cúpula católica del país, durante la XCIII Asamblea Plenaria del Episcopado Mexicano, el candidato presidencial de Nueva Alianza, Gabriel Quadri de la Torre, cerró estos encuentros el viernes, luego de que el priísta Enrique Peña Nieto se entrevistara con los obispos el jueves pasado. Por cierto que el mexiquense, tal y como se esperaba, se pronunció por el mantenimiento del Estado laico que garantice la libertad de credo e ideología, “que no signifique un Estado antirreligioso”, así como a favor de la vida, pero en contra de que se criminalice a las mujeres que aborten, y por una “relación institucional” con toda la iglesia.
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