martes, 6 de septiembre de 2011

¡Y todo esto por un hijo de su puta madre!!

¡¡Exijamos lo Imposible!!
El casino de Monterrey… los delincuentes imponen el terror

Conjeturas
Alvaro Cepeda Neri

En Monterrey existen más de 700 casinos. En todo el país desde Fox, a través de Creel, más de 2,000. Casi la mitad otorgados a Televisa. Los permisos a casinos (como la Lotería Nacional y los atracos y corrupción de Pronósticos Deportivos, con el retrato casi ficha policiaca de su director general: Adolfo Blanco Tatto, a todo lujo la edición y dedicatoria a su encubridor Felipe de Jesús Calderón Hinojosa), que expide Calderón, salvo que el secretario de Gobernación se mande por mismo, no son directamente la causa del terror sangriento, con múltiples homicidios. Está claro que las delincuencias, ante la fallida estrategia militar y policiaca (de Calderón, quien sólo ordena dar palos de ciego, cuando se necesitan palos de vidente, como escribió Benedetti), se han apoderado del país e imponen cobros por derecho de piso (otro predial) y otros “impuestos”.

El resultado son más de 50 mil homicidios. Más de 200 mil desplazados. Cientos de refugiados. Miles de hogares sin madre o sin padre, más de 10 mil huérfanos. Y la Nación sobreviviendo en el pánico ante el terrorismo sangriento, intimidatorio, chantajista de delincuentes armados por los estadounidenses a cambio de drogas, para el consumo de más de 100 millones de adictos y protegidos por el salvaje concepto de libre mercado para vender armas a todo el que pague en dólares. El incendio provocado al casino de Monterrey (el Hank de Tijuana, dueño de casinos y anexas, dice que no es dueño de éste, como si eso lo exculpara de los que tiene y con los que apoya a Peña), fue un hecho provocador de los matones al servicio de los cárteles, donde salió a relucir el capo-panista (ver el libro: Los rastros del narco, editorial Temas de Hoy, por reporteros del semanario Proceso), de El Chapo (¿con mayúscula?), repito: el chapo Guzmán, como protector de casinos en Nuevo León.

Nadie dice que no se combata a los delincuentes. El gobierno federal tiene la obligación de hacer respetar la ley y, en consecuencia someterlos a sangre y fuego y buscar responsables para deslindar imputaciones civiles, penales y constitucionales. Los mexicanos queremos que se restaure la paz social, es decir: la seguridad en todo el país y ahora estamos en medio de una “no guerra” que no logra mantener a raya a los narcos, quienes depositan sus millonarias ganancias en bancos mexicanos (es un decir: son bancos españoles, canadienses y europeos) y las “lavan” en compras de bienes muebles e inmuebles.

Con ellas, compran armas, contratan desempleados (hay más de 50 mil en edad de trabajar y necesitándolo), corrompen funcionarios (desde gobernadores) y policías (marinos que desertan y son los sicarios). Este caos es la falta de soluciones a problemas, económicos, sociales y políticos del gobierno federal que encabeza Calderón. Narcos y delincuentes ya impusieron la “ley de la selva” y hacen lo que se les pega la gana, ante la estrategia fallida de Calderón. De nada sirven los días de luto ni las recompensas. La Nación quiere paz y seguridad. Y Calderón no ha sabido cómo, mientras echa más gasolina al fuego.
cepedaneri@prodigy.net.mx

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