¡¡Exijamos lo Imposible!!
Ebrard no es un traidor...
Federico Arreola
17 de Octubre, 2010
El jefe de Gobierno del Distrito Federal no ha traicionado a nadie. Simplemente está equivocado. Su mal diagnóstico parte de una ambición legítima, pero desmesurada, que debería aprender a controlar.
Marcelo Ebrard Casaubón, ejerciendo sus derechos elementales, busca ser presidente de México. Sabe que, para lograrlo, deberá superar dos obstáculos gigantescos: el de vencer como candidato presidencial en los comicios de 2012 y, antes de eso, el de arrebatar la candidatura de izquierda a Andrés Manuel López Obrador.
En mi opinión, y en la de millones, Marcelo no cuenta con fuerza política para lograr ninguno de los dos objetivos mencionados. Por eso, intenta ahora suplir sus debilidades con mañas. Porque eso es, mera maña, buscar una alianza electoral con el PAN.
El problema es que, cuando alguien intenta pasarse de vivo jugando a verle la cara de idiota al enemigo (eso es el PAN para la izquierda) corre el riesgo de terminar aplastado. Es lo que pasará con Ebrard, con Manuel Camacho Solís, con los chuchos y con el PRD si van aliados con Acción Nacional en las próximas elecciones de gobernador del Estado de México: terminarán humillados y avergonzados por el panismo que, en caso de que fuera exitosa tal alianza, sería el único que se beneficiaría.
Es que, solo alguien completamente obnubilado por el apetito de trascendencia política (parece ser el caso de Ebrard) no entiende que, en la actual coyuntura, la alianza PRD-PAN solo fortalece al PAN.
La lógica de Ebrard, Camacho y los chuchos es tan compleja como falsa (aplica para ellos, como anillo al dedo, la navaja de Occam): las posibilidades del PRD, del PT y de Convergencia de ganar las elecciones presidenciales de 2012 aumentarán si se derrota al PRI en los comicios locales más importantes. Desde luego, se equivocan. Porque, más que los institutos de izquierda, el que se fortalece con eso es el PAN.
A la izquierda no le beneficia la alianza simplemente porque millones de sus simpatizantes, con AMLO a la cabeza, no están de acuerdo en ir con un partido que recurrió al fraude electoral (el PAN en 2006) para vencer a otro que se mantuvo en el poder 70 años gracias al fraude electoral (el PRI).
Vicente Fox y Felipe Calderón probaron que el PRI y el PAN no son lo mismo porque, ya no hay duda, es mucho peor el panismo que el priismo.
Contra lo que proponen Ebrard, Camacho y los chuchos, el movimiento de AMLO, con el PT y probablemente con Convergencia, postulará a un candidato propio en el Estado de México. La sola participación de la izquierda verdadera le quitará mucha de su fuerza a la alianza PAN-PRD.
¿Que eso es bueno para el PRI? Falso. Que la izquierda tenga candidato propio es bueno para la izquierda que, si desea llevar al gobierno su proyecto de nación, tendrá que aprender a vencer por sí misma tanto al PRI como al PAN. No a derrotar a uno favoreciendo a otro. Como lo dijo @navegaciones en un excelente texto, es ridículo buscar acabar con el hombre lobo haciendo alianza con Drácula. Lo que debemos hacer para que ya no haya monstruos es acabar con la casa de los espantos, y esta es el podrido sistema político mexicano.
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