viernes, 29 de octubre de 2010

Al pueblo no lo pudieron apantallar

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Los signos
Luis Javier Garrido

El fracaso estrepitoso de la “guerra contra el narco” de Felipe Calderón está movilizando a amplios sectores del país para lograr un cambio radical de la estrategia oficial en materia de seguridad nacional.

1. La escalada de la violencia en el cuarto año de la experiencia gubernamental de Felipe Calderón ha colmado a los mexicanos, pero en particular a los sectores empresariales, nacionales y extranjeros, que en 2006 respaldaron la estrategia que desde Washington se impuso al nuevo gobierno panistaen el marco de la crisis de ilegitimidad en la que asumió ilegalmente el poder–, asumiendo entonces la tesis absurda de que con las fuerzas armadas imponiendo el orden y amedrentando a los mexicanos florecerían los negocios.

2. La evaluación que se está haciendo en todos los sectores del fracaso de las políticas “de seguridad nacional” de Felipe Calderón, y en particular en los círculos del capital privado, está constituyendo una condena absoluta al gobierno panista de ultraderecha, que es visto como un lastre para el país y también para sus intereses, por lo que se sostiene cada vez más la tesis de que es imprescindible rectificar las actuales políticas de seguridad nacional e impedir a toda costa que los panistas sigan en el gobierno en 2012.

3. El baño de sangre al que Calderón y sus colaboradores han llevado al país es calificado cada vez más como una responsabilidad suya, por lo que muchos no dudan ya en calificarlos como “un gobierno genocida”, lo que ellos están confirmando con sus actos. Tras las últimas matanzas del 22 en Ciudad Juárez (14 muertos, todos jóvenes), del 23 en Tijuana (13 muertos), del 27 en Tepic (16 muertos) y de ayer en el Distrito Federal (seis muertos), José Francisco Blake (titular de Gobernación) no tuvo más respuesta que sostener que el gobierno panista no ha hecho más que “reafirmar la autoridad del Estado” y que tiene y promueve “la cultura de la legalidad”, cuando todo el país sabe que el gobierno de Calderón pisotea y viola todos los días la Constitución y las leyes de la República, en particular con su “guerra contra el narcotráfico”, y que su única cultura es la del autoritarismo presidencialista.

4. La paradoja de lo que acontece es que mientras el gobierno de Felipe Calderón se halla empeñado en una campaña ridícula de autoelogio en los medios (que no se sabe si él mismo y sus allegados la creen), pretendiendo que la economía va mejor, que las necesidades sociales de los mexicanos están cada vez más satisfechas y que su gobierno va ganando “la guerra contra el crimen organizado”, desde aquí y desde el exterior se le dice que no es así. La inconformidad social no deja de aumentar en el país y la militarización de amplias regiones no ha logrado amedrentar al pueblo pobre de México, pero los únicos que no parecen darse cuenta de ello son quienes están haciendo como que gobiernan. Los indicadores internacionales señalan a México como un país cada vez más injusto y corrupto.

5. El fracaso de la “guerra contra el narco”, si es que ésta alguna vez existió (y ha sido otra cosa que la evidente tentativa de las agencias estadunidenses por reordenar el mercado), es manifiesto tan sólo con las cifras sobre el incremento de la producción y del consumo que se ha producido en México en estos cuatro años, junto con el saldo de más de 30 mil muertos y con un factor nuevo que ahora empieza a ser denunciado: la penetración en nuestro país de cárteles rusos, chinos y colombianos, que actúan libremente en nuestro país.

6. La utilización que ha intentado hacer Felipe Calderón de la supuesta “guerra contra el narco” como arma política para hacer prevalecer al PAN, al acusar a políticos de otros partidos (PRI o PRD) e incluso del suyo propio (los foxistas) de colusión con los cárteles, no ha tenido tampoco éxito. Desde el michoacanazo hasta la campaña permanente en los medios para hacer creer que sólo Acción Nacional tiene la honestidad y el know how para dirigir esta “guerra”, que según él debe ser “a largo plazo”, ha fracasado por completo porque los mexicanos no creen en la honestidad ni en la capacidad del gobierno panista, y advierten cada vez con mayor claridad que las políticas de “seguridad nacional” no han servido más que como instrumento de manipulación del pueblo.

siguie la nota:
http://www.jornada.unam.mx/2010/10/29/index.php?section=opinion&article=020a1pol

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