Panorama Norteamericano
Eduardo Valle
mvalle131@aol.com
Obama ‘El Milagroso’
Barack requiere un compañero “americano desde la raíz”El siglo XXI necesita a EU determinado y democrático
Este es el mensaje para el Colegio Electoral: aquel es mestizo, asociado con extremistas, nebuloso aunque liberal y pierde en las grandes ciudades. No muy americano que digamos. ¿El mensaje para el voto popular?: este es blanco, héroe de guerra, tozudo, disidente de la maquinaria de su partido. Un producto americano genuino.
Lo esencial: en noviembre hay que obtener al menos 270 votos para el Colegio Electoral y entonces hay que ganar el interior del país, Florida, Texas y Virginia, aun cuando los estados costeros y del este voten en masa contra los republicanos. Michigan, Ohio, Iowa serán determinantes para convencer al país de que, en efecto, ganó McCain.
Si este es el plan de Karl Rove y el Partido Republicano (el cual ya probó su eficacia dos veces), entonces Barack Obama —para realizar el milagro mayor— requiere de un compañero de fórmula “americano desde la raíz”; pero además flexible, simpático, experimentado. Y audaz. Y este es el retrato hablado de Bill Richardson. Imposible escoger a la señora Clinton; como lo afirma Jimmy Carter, eso sería “sumar debilidades, no fortalezas”. Como están las cosas, Obama-Clinton sería una boleta de pesadilla para los demócratas. Bastaría contemplar la cara de Edwards, Kerry y Howard Dean en Denver para darnos cuenta de que la elección ya estaría perdida para ellos. Un problema de carácter, dirían de inmediato los adversarios: a Obama le ganaron las presiones.
Con todo, el quid del asunto para la fórmula demócrata es llevar de nueva cuenta a las urnas a los jóvenes, a los independientes, a los nuevos votantes. A los millones de ciudadanos que acompañaron a Obama en internet, en los mítines y en las primarias hasta agotar las posibilidades de la dinastía Clinton. Sólo con su participación, más el voto hispano y el duro, se puede vencer a Bush y su pobre herencia. Cuando la situación económica empeora a ojos vistas: uno de cada 11 estadounidenses tiene problemas con el financiamiento de la compra de su casa; y el desempleo se dispara, hasta por situaciones estacionales. Cuando la compra de alimentos y el pago de energía para las familias se complica. Gracias a la debilidad del dólar y la especulación con los precios del crudo y la gasolina. Y lo que falta.
Barack Obama se enfrenta al enigma: ¿cómo consolidar el voto en los estados costeros y aquellos de “mayoría de minorías”; cómo entrar a Wisconsin y Nevada, Kansas, Oklahoma, Louisiana y Missouri; cómo ganar en Florida, Michigan y Ohio? ¿Cómo comprender “la carga del hombre blanco” y darle esperanza a este, mediante diálogo genuino? Cuando el candidato será presentado por una inmensa maquinaria como diferente, liberal, inexperto, asociado a extremistas.
Quizá cuando el diálogo genuino comience por una definición realista de los graves problemas de Estados Unidos: económicos y financieros, militares y estratégicos, de unilateralismo y declive agudo del prestigio nacional. Pero hablar de estos asuntos con los ciudadanos de las Dakotas o Virginia del Oeste es complicado, nada fácil. Porque el nacionalismo y el aislacionismo son fuerzas reales, vivas y poderosas. Con enorme facilidad se puede construir un “enemigo interno”: los inmigrantes, sobre todo los indocumentados, “criminales que violaron las leyes, quienes deben ser expulsados lo más pronto posible”.
Obama El Milagroso puede ganar. Pero su primer paso para lograr esa espléndida victoria será la construcción de una fórmula ganadora: Edwards o Richardson. Y si quiere ganar el voto hispano, y la simpatía en muchas capitales en el mundo, mejor Richardson.
Pues, definamos, el siglo XXI necesita a Estados Unidos fuerte (pero comprensivo), determinado (pero no sectario), democrático e internacionalista. Lo peor que nos podría ocurrir sería que se acelerase el declive de EU y ver renacer ahí el aislacionismo y el nacionalismo agresivo. Si eso vale para el mundo; mucho más para el subcontinente norteamericano tan desequilibrado y tan interdependiente. Obama El Milagroso podría recordar entonces las lecciones formidables de personajes como Thomas Paine. Y ganar el debate, aun cuando no lograra cristalizar el anhelo de ocupar la Casa Blanca.
La candidatura de Obama en sí es un hecho histórico. Pero apenas se abre la puerta; hay que cruzar el umbral. Y ganar el debate; eso es lo menos que merecen ese candidato y el pueblo de EU.
mvalle131@aol.com
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