martes, 24 de junio de 2008

PEOR QUE UN CRIMEN.....

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Conjeturas

martes, 24 de junio de 2008
Por Alvaro Cepeda Neri
Lo de Creel: peor que un crimen... fue una estupidez política

No se trata de una defensa del senador panista y quien para ganarse el apoyo mediático televisivo otorgó cientos de permisos para la instalación de casas de juego, pero sí de tratar de hallar una explicación a que después de su competencia por la Presidencia de la República, su apoyo a las reformas constitucionales para sancionar a quienes usen la propaganda de costos millonarios para desacreditar los procesos electorales y medio comportarse conciliador en la contrarreforma calderonista para privatizar PEMEX, fue víctima de una “ejecución” política como venganza del trío: Calderón-Martínez-Mouriño, causándole un muy severo, gravísimo daño al PAN, en vísperas de las elecciones intermedias donde los panistas habrán de sufrir las consecuencias de su mal gobierno.

La frase, mutatis mutandis (cambiando lo que se tenga que cambiar y guardando las proporciones, porque Calderón no es ni la sombra del protagonista) pertenece, según algunos a Talleyrand, aunque es más seguro que a Fouché, que textualmente dice: “Fue peor que un crimen... fue una estupidez política”, se pronunció después de que Napoleón ordenó, en uno de sus arranques de ira y abuso del poder, la ejecución del duque de Enghien.

No tanto los hechos y los actores (¡nada que ver esos panistas con Napoleón, Fouché o Talleyrand!) como la imputación de la célebre frase viene al caso para la destitución violenta (¡por los pacíficos panistas!) del senador que estaba rectificando su conducta de político y lo hacía crecer dentro y fuera de su partido.

Obviamente Creel fue una víctima. Su amistad con el perverso Manuel Espino y el que éste continúe (no teniendo nada que perder) su campaña contra Calderón y sus compañeros de viaje, fue otra de las causas. Y en lugar de irse sobre Espino y su peligrosa facción de El Yunque, los “estrategas” de pacotilla cambiaron de caballo a la mitad del río.

Ahora Creel, con más madera de político que su suplente, que presume de pariente de Francisco I. Madero (será por lo del nombre de Inocencio, es decir: por inocente) al presentarse al otro día de su atropello, ante sus pares del Senado (¡y de la oposición!) le brindaron un cerrado aplauso. Fue, simultáneamente, una bofetada a sus ejecutores.

Creel, con todo y los cuentos chinos de las amañadas encuestas (una de ellas del zedillista Liébano Sáenz, ya me ocuparé de su oportunismo politiquero: quiere ser senador por el PAN, el PRI, Panal... por el que sea) ni siquiera pintaba para el lejano 2012. Pero estaba haciendo puntos a favor del calderonismo y el PAN, mostrando una cara antifascista; dispuesto, no a las transas, sino a las transacciones.

Su destitución, al estilo del autoritarismo más rancio fue una victoria pírrica del calderonismo, y éste ya está pagando las consecuencias de una maniobra salida del hígado. Así que fue “peor que un crimen... fue una estupidez política”. El PAN y los panistas del calderonismo van de mal en peor. No ponen atención ni a las críticas propositivas de la analista Soledad Loaeza.

cepedaneri@prodigy.net.mx

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