La cuadratura del círculo
¡Acaben con Santiago Creel!
Eduardo Valle
¿Pues qué se traen los panistas? Es verdad que el bueno de Santiago Creel es insoportable. Desde que escogió a una extraña y antipática señora como coordinadora de asesores -ahora multimillonaria viuda y comentarista política- su destino quedó marcado. Oiga: soportar a María Amparo Casar todos los días lo dibujaba de cuerpo entero. Sus primeras relaciones con Televisa y los negocios de esta empresa en el juego lo colocaron en una pésima posición frente a la opinión pública. Bueno: el pobrecito no podía soportar media hora bajo el ardiente sol mexicano de verano. Claro está que desde que se peleó con Televisa -gracias a otro insoportable y sus reformas (casi) diazordacistas: Jorge Alcocer Villanueva- compró pleito eterno con Joaquín López Dóriga, quien no lo bajaba de "hombrecito" en forma cotidiana. Sus poses de valiente "charro" mexicano ante las cámaras lo hicieron acreedor a múltiples sonrisas. Todo esto y más es conocido. Pero caramba; después de todo tuvo una hija con Edith González. Y la reconoció. Un hecho un poco tardío pero el cual le otorgaba una buena cantidad de puntos ante los machos mexicanos.
Y luego, además de reconocer la paternidad de esa hija, se sabía pensaba casarse con una joven mexicana de muy buen parecer. Es decir; algún chiste debe tener Santiago Creel, a pesar de Televisa y de Joaquín López Dóriga. Quizás esté compensando la cercanía durante seis años de su coordinadora de asesores. Muchos traumas le ha de haber causado esa infausta presencia; como se sabe, el lenguaje de esa señora bien podría espantar a un mulero o a un soldado. Mucho más a un ser nacido en delicada cuna con pañales azules de seda. ¿Luego entonces?
De un día para otro, sin decir agua va, el presidente del Partido (de) Acción Nacional ejercita su derecho estatutario de nombrar a los coordinadores de las fracciones parlamentarias en el Congreso. Germán Martínez un día amanece de tal humor nefando, como si el día anterior lo hubiese asesorado la mencionada señora Casar, que le avisa a Santiago Creel debe recoger sus cositas de la oficina de la coordinación panista en el Senado. Y a la voz de ya, sin siquiera comentar el asunto con los integrantes de la fracción panista de senadores. Como es su deber.
Pues: ¿cuál es el pecado de Santiago Creel? ¿Tener un hijo fuera de matrimonio con la intérprete de "Aventurera"? ¿Pretender casarse con una joven muy guapa? ¿De dónde tal envidia de Germán Martínez, el Gruñón?
Ahh, dicen por ahí: "es que no defendió como se debe la reforma legislativa sobre Pemex". Y otros añaden: "Es que Joaquín López Dóriga y Televisa lo traían de encargo". ¡Óigame, noo!, diría el genial Eugenio Derbez. El pobre de Creel defendió como pudo la indefendible reforma inconstitucional propuesta por Calderón sobre Pemex. Y el pleito de López Dóriga es mucho más fuerte con el (casi) diazordacista Jorge Alcocer y miren qué bien le va a este tramoyista y trapecista: hasta le buscan un hueso grande en el IFE.
No: aquí hay gato encerrado. Y es un gato negro y huele feo. La consigna del equipo de Calderón es evidente: ¡Acaben con Santiago Creel! No importan las formas ni los tiempos. ¡Duro con él; fuera! ¡Ya; ahora, de inmediato! Es como si Creel hubiese dicho que el joven Mouriño es un españolete o algo así. O mucho peor; que tiene orejas de murciélago. Vamos: aquí hay gato encerrado. Es de color negro y apesta. Vaya forma de deshacerse de alguien en el terreno político. Uff.
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