lunes, 18 de febrero de 2013

Otra vez apostarle al Norte estilo yanqui

¡¡Exijamos lo Imposible!! 
Por Esto!
Los mismos repetidos errores…
María Teresa Jardí

Una farsa la de la “seguridad” en marcha para los mexicanos. El combate a la violencia empieza en el combate a la impunidad desde el más alto de los mandos. Dos Méxicos. Muchos más, sin duda, son los Méxicos que coexisten en el territorio de lo que todavía lleva por nombre oficial el de Estados Unidos Mexicanos. Pero dos de manera clara se busca volver a forjar, a pesar del fracaso que la violencia apoderada de Chihuahua y Tamaulipas y Nuevo León se exhibe. Dos Méxicos como decisión de los que “mandan”. Dos países en un mismo territorio habitado por personas que comparten las mismas raíces. Una mezcla inacabada de pueblos indios que se niegan al mestizaje y de criollos que se sienten por encima de los indios. Siglos tirados a la basura a base de no querer comprender la grandeza que el reconocimiento de la pluri-identidad trae consigo. Crecimiento atajado por los que el poder “ejercen”. Porque un pueblo orgulloso y crítico de sus orígenes no es fácil de dominar y es muy difícil que se conforme con el destino que le impongan por otros a ese pueblo, orgulloso de sus raíces. A base, incluso, de convertir al delito en regla y al crimen en forma disfrazada de aplicación para los pobres de la pena de muerte. Pena de muerte que en la letra de la constitución se prohíbe. Asesinada también la Constitución a base de reformas para convertirla en “perfectible”. Ejecutada como el resto del entramado jurídico como manera de garantizar la imperfección de un Estado que ha renunciado de manera voluntaria por parte de la mafia que controla el poder a la soberanía de la nación. Entramado perfectible a manera también de lograr el desarme ético de todas las instituciones que en México han dejado de cumplir incluso con la función de parecer que son creíbles.

De nuevo presente la apuesta a un Norte al estilo yanqui. Al estilo del país vecino sin tanta pobreza visible. De un Norte donde la pobreza se esconda y combata con la aplicación de la miseria como la pena de muerte embozada para desaparecer a los rarámuris. Pena de muerte que se seguirá aplicando en las colonias marginales contra las mujeres y los hombres y las niñas y los ancianos. Norte fomentador del juego como adicción necesaria para el desfogue de la vida que en miserable se torna cuando se acaba con la ilusión que proporciona la lucha por la construcción de un mundo mejor. Lucha por la construcción de un mundo incluyente que obliga al ser humano a convertirse cada día en una mejor persona. Un Norte “seguro” a punta de metralla, escondiendo las cifras reales de la limpia de personas que las familias mafiosas como regla de ejercicio del poder en México se aplica desde la llegada de los neoliberales. Neoliberales que no dejan de ser ratas también de laboratorio. Ratas domesticadas por los yanquis a modo de la expansión que busca el imperialismo. Ratas que han convertido a México en laboratorio de la perversidad descarada del capitalismo aplicado aquí ya sin anestesia. Laboratorio exportador para Iberoamérica, nunca mejor empleada la palabra, lo mismo a España que buscando de manera desesperada expandirse hasta el más remoto lugar del Cono Sur del continente Latinoamericano. Norte donde Peña ofrece “seguridad” al estilo yanqui. Mientras se deja abandonado de nuevo al Sur a su suerte. Una vieja propuesta de Salinas que con Peña sigue vigente. Primero el Norte para que luego al Sur le toquen las migajas de lo que sobre. Una propuesta estúpida más. Amén de insensata incluso porque ha quedado demostrado que así no se resuelven las cosas. O se dan pasos de manera integral para propiciar un cambio que debe iniciar, necesariamente, por el barrido del entramado de la corrupción protegida por la impunidad como regla o Peña y el PRI pueden empezar a verse retratados en el PAN y en Calderón como el futuro que van a tener que enfrentar en seis años en peores condiciones todavía, porque el deterioro imparable será mucho mayor.

No hay comentarios: