¡¡Exijamos lo Imposible!!
Mi ciudad sin memoria, miente la televisión
TONATIUH MALDONADO.
La gente ya olvido lo que ocurre en una explosión
real por gas, la ciudad de México, no es ajena al conocimiento popular
de lo que ocurre y cuáles son los estragos que provoca una explosión por
acumulación de gas, o por el estallido de un cilindro defectuoso.
Cuerpos calcinados, cuerpos carbonizados, lesiones por quemaduras hasta
de tercer grado por las altas temperaturas que alcanzan las flamas hasta
250 grados centígrados; aunque sea la exposición por unos cuantos
segundos. Una llamarada de explosión de gas es capaz de incinerar la
totalidad del cabello de una persona en tan solo 10 segundos. Una
llamarada también es capaz de adherir la ropa de nailon o las medias a
la piel de las damas, en tan solo 15 segundos de exposición. Una
llamarada por explosión de gas, es capaz de calcinar toda la epidermis
de la piel del ser humano, en tan solo 45 segundos de exposición. Lo
curioso es que en los eventos ocurridos en la torre de Pemex, en que
oficialmente fue por explosión de gas, no hubo cadáveres calcinados, no
hubo lesionados por quemaduras y los más enigmático fue que en el
archivo de las oficinas de Pemex hubo un sinfín de papeles regados por
doquier. Y nunca apareció ni una sola hoja de papel, con el menor
indicio de quemada. La explosión de 1984 EN SAN JUAN IXHUATEPEC. En
la madrugada del 19 de noviembre de 1984 se produce una violentísima
explosión en la colonia de San Juan Ixhuatepec, conocido más
popularmente como San Juanico, al norte de la capital de México. Una
planta de almacenamiento y distribución de gases licuados del petróleo
(GLP) propiedad de la empresa paraestatal PEMEX (Petróleos Mexicanos)
sufrió una serie de deflagraciones en cadena, hasta 10 según algunas
informaciones aparecidas en la prensa de la época, tras reventar un
gaseoducto de sus instalaciones. Versiones contradictorias apuntaron a
que el accidente fue debido a la explosión de un vehículo que
transportaba petróleo y que se propagó a un depósito de gas; los
responsables de la fábrica llegaron a afirmar incluso que la explosión
se originó en una fábrica privada cercana. Pero la realidad es que la
catástrofe fue debida a la rotura de una tubería de 20 cms de diámetro
que trasegaba GLP (gas licuado y presurizado) desde tres refinerías
distintas hasta la planta de almacenamiento cerca de los parques de
tanques, compuestos de 6 esferas y 48 cilindros de diferentes
capacidades. En el momento del desastre se hallaban almacenadas en total
unas 6.500 Tm de butano y propano principalmente. El sobrellenado de
uno de estos depósitos y la sobrepresión de la línea de retorno, sumado
al mal funcionamiento de las válvulas de alivio, provocó el
reventamiento del gaseoducto y la formación de una nube de vapor
inflamable que, en contacto con algún punto caliente, como pudo ser
alguna antorcha encendida a ras del suelo, entró en ignición, dando
comienzo a una serie de tremendas explosiones en cadena sentidas incluso
por los sismógrafos de la Universidad de Ciudad de México, a 30 kms de
distancia. Esto generó un descomunal incendio con llamaradas de más de
300 mts de altura y una radiación térmica tal que sólo el 2% de los
cadáveres encontrados pudieron ser reconocidos. Unas 20 hectáreas de
superficie resultaron afectadas por la explosión y la radiación,
pereciendo en la catástrofe unas 600 personas, según fuentes oficiales, y
resultando heridas otras 2.500. No obstante, hay quienes piensan que la
cifra real de muertos nunca llegará a saberse, teniendo en cuenta que
muchos cuerpos quedaron reducidos a cenizas y que muchos de ellos no
serían reclamados. La tragedia de San Juanico será recordada siempre por
sus espeluznantes efectos sobre la población: numerosas viviendas
quedaron arrasadas, familias enteras resultaron calcinadas mientras
dormían, 350.000 personas, de una población de 700.000, tuvieron que ser
inmediatamente evacuadas, un número indeterminado de desaparecidos...
La explosión de toda la instalación de PEMEX, incluyendo 80.000 barriles
de gas, dejó un cráter equivalente a 4 estadios de fútbol. Que la
mayoría de las catástrofes siempre avisan, lo demuestra en este caso el
hecho de que en marzo de ese mismo año ya hubo otra explosión denunciada
por sus habitantes. Dos semanas después, el 3 de diciembre de 1984,
tuvo lugar el recordado y trágico accidente químico de Bhopal (India)
donde perecieron 18.000 personas, según fuentes extraoficiales. ahora
que recuerdo en esa época, fueron indígenas del norte del país, quienes
en solidaridad con los hermanos indígenas de esa zona de ixhuatepec en
1984 y se promovió el uso extensivo de la corteza del árbol “el famoso
tepexcohuite” para tratar la piel quemada. una aportación más de los
indígenas de México al mundo. sustancia que revoluciono lo conocido
hasta ese entonces para el tratamiento de las quemaduras de la piel. Y
que se utilizo como tratamiento en forma de pomada y en forma de
cataplasmas. Todo esto como resultado de que en esa época la explosión
fue por gas. Y como tal causo heridos con quemaduras y muertos por
calcinación. Situación que no es el caso para los eventos ocurridos en
la torre de Pemex. Recuerdo de una superviviente de san Juanico.
Claudia Inés Díaz Jarquín, superviviente de la catástrofe y periodista
en la actualidad, recuerda cómo en las calles de San Juanico podía
sentirse la ráfaga de calor y cómo ésta les quemaba la piel a los que
corrían despavoridos buscando alejarse del lugar. Los autobuses de
transporte público, vehículos particulares y camiones trasladaban a la
gente sin cobrarles nada hasta la parada del metro Indios Verdes; otros
se refugiaron en la Basílica de Guadalupe y otros se dirigieron a casa
de familiares que vivían más alejados del lugar de la catástrofe. El
Gobierno abordó rápidamente la ayuda a los daminificados, repartiendo
alimentos y ropa en la Casa de la Cultura o puerta a puerta, con la
colaboración de organizaciones civiles y gubernamentales. A continuación
incluimos un extracto del artículo "Memorias de mi ciudad", de la
periodista mexicana Claudia Inés Díaz Jarquín, donde habla de estas
medidas port-emergencia: Memorias de mi ciudad 1984. por Claudia Inés
Díaz Jarquín "No había luz eléctrica, tiendas para comprar alimentos ni
servicio de agua potable; en estos momentos entendí lo que significaba
ser un damnificado, porque pasaban a la casa tocando la puerta para que
saliéramos a formarnos y así nos entregaran cajas o bolsas con despensa,
ropa, cobijas y juquetes... Me tocó formarme para que me entregaran un
desayuno, que me marcaran la mano para que no volviera a pedir, ir a ver
si de milagro me entregaban un boleto para obtener productos básicos, y
ver cómo algunas camionetas llegaban regalando ropa y juquetes usados y
en pésimo estado... Después de muerto el niño se debe tapar el pozo,
eso fue lo que sucedió en mi colonia, aquella que no contaba con un
parque; ahora tenía dos...; antes la calle principal era de doble
sentido, ahora tenía una avenida renovada con la ampliación de carriles,
iluminada, y que es la continuación del Periférico de la zona oriente.
También pavimentaron las calles, se hizo una escuela de artes y oficios,
se indemnizó a quienes resultaron dañados en su patrimonio y en su
familia, se les ofreció una colonia nueva denominada Valle de Anáhuac.
Se tenía que borrar de inmediato la mala imagen creada a raíz de este
siniestro, que durante unos meses fue el principal centro de atracción
de turistas nacionales y extranjeros". Otra explosión de hidrocarburos
en 1996 Aquella vez se aseguró desde el gobierno mexicano que lo
ocurrido el 19 de noviembre en San Juanico no volvería a suceder. Sin
embargo, el 12 de noviembre de 1996, doce años más tarde, volvieron a
estallar dos tanques de gasolina en las nuevas instalaciones que PEMEX
construyó a apenas un kilómetro del lugar donde estuvieron las esferas
que estallaron en 1984. Treinta y cuatro millones de litros de gasolina
almacenados en la planta Satélite Norte ardieron hasta la madrugada,
generando una miles de casas incendiadas, autos, negocios calcinados y
columna de humo de hasta dos kilómetros de altura. Aunque esta vez no se
produjo el desolador efecto que doce años antes, cuatro personas
murieron CALCINADAS y otras mil resultaron heridas POR QUEMADURAS. A
pesar de ello, fuentes oficiales insistían en que sólo se habían
producido 14 lesionados. De nuevo las sirenas, los desalojos, las
evacuaciones y el pánico de una población, que aún recordaba la última
vez que tuvieron que desalojar San Juanico, que volvió a quedar
desierto, A causa de la negligencia del gobierno y por miedo a morir
rostizados por las llamaradas. Imágenes para su imaginación. Yo solo
voy a dejar estos dos ejemplos reales de explosiones, gas y c4. en mi
opinión personal lo más parecido a lo dela torre de Pemex fue el
c4. observen y Saquen sus propias deducciones.
Explosiones por C-4.
Con su respectiva llamarada como debe de ser. Con fuego, lumbre a 250 grados, objetos quemados, lesionados por quemaduras.
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