¡¡Exijamos lo Imposible!!
El góber jarocho que da lecciones al mundo
Escrutinio
Juan José Morales
A no dudarlo, el gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, es un estadista de altos vuelos, brillante jurisconsulto y gran conocedor de los más intrincados vericuetos de las leyes. En un abrir y cerrar de ojos, sacó a la Organización de las Naciones Unidas del atolladero en que estaba metida desde hace más de 30 años tratando —sin que ni sus expertos ni los delegados a la Asamblea General pudieran lograrlo— de definir el terrorismo.
Don Javier no tuvo problema alguno. Simplemente sentenció que terrorista es quien envía un mensaje de twiter en el cual difunda un rumor que cause alarma entre la población. Para ello, se basó en el antijurídico —por lo vago e impreciso— texto del artículo 311 del Código penal de Veracruz, el cual señala como terrorista, “a quien (...) produzca alarma, temor, terror en la población para perturbar la paz pública o tratar de menoscabar la autoridad del Estado o presionar a ésta para que tome una determinación...”
Conforme a tal criterio, su policía atrapó a María de Jesús Bravo Pagola y Gilberto Bravo Vera, quienes —al calor del ambiente de temor e histeria que reina en Veracruz por los cotidianos secuestros, tiroteos, asesinatos, combates con el Ejército y otros sucesos similares— enviaron mensajes alertando a la población sobre hechos de violencia que en realidad no ocurrían. Y por ello pueden —anunció Duarte— ser condenados a 30 años de prisión.
La ONU, pues, ya tiene resuelto el problema que ni los mejores jurisconsultos del mundo pudieron solucionar en tres décadas. Y de pasada, el góber jarocho y diputados que lo acompañan le enmendaron la plana a la Real Academia Española y a todos esos gobiernos —como los de Argentina, Estados Unidos y la propia España— que se hacen bolas para definir el terrorismo.
En efecto, según la Academia, terrorismo es la “sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror” y “la actuación criminal de bandas organizadas, que, reiteradamente y por lo común de modo indiscriminado, pretende crear alarma social con fines políticos.” El código penal argentino —que quizá Don Javier considera un farragoso mamotreto—, precisa que sólo podrá considerarse autor del delito de terrorismo a quien “tomare parte de una asociación ilícita cuyo propósito sea, mediante la comisión de delitos, aterrorizar a la población u obligar a un gobierno o una organización internacional, a realizar un acto o abstenerse de hacerlo, siempre que ella reúna las siguientes características:
a) Tener un plan de acción destinado a la propagación del odio étnico, religioso o político;
b) Estar organizado en redes operativas internacionales;
c) Disponer de armas de guerra, explosivos, agentes químicos o bacteriológicos, o cualquier otro medio idóneo para poner en peligro la vida o la integridad de un número indeterminado de personas.”
En España —de cuyo gobierno quizá el góber jarocho crea que no sabe nada de terrorismo— la ley define como terrorista a quien “perteneciendo, actuando al servicio o colaborando con bandas armadas, organizaciones o grupos cuya finalidad sea la de subvertir el orden constitucional o alterar gravemente la paz pública, cometan los delitos de estragos o de incendios...”
Incluso en Estados Unidos, cuyo gobierno se ha caracterizado por calificar de terrorista a quien le viene en gana, el código penal define como terrorismo a la “violencia premeditada y con motivos políticos perpetrada contra objetivos civiles por grupos subnacionales o agentes clandestinos, generalmente con la intención de influenciar a un público determinado.”
Todo eso son tonterías, parece opinar el talentoso góber Don Javier. Terrorismo es mandar mensajes alarmantes por twiter.
El asunto, sin embargo, no debe tomarse a risa. Debe servir como clarinada de alerta sobre el gravísimo riesgo que corremos todos —repito— todos los mexicanos de ser encarcelados so pretexto de la lucha contra el terrorismo, que parece ser la nueva bandera de Calderón y varios gobernadores.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
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