Martí y Porfirio: una luz para la izquierda, entre tanta oscuridad
Jane de la Selva
2011-09-07
No conozco a Martí Batres, pero sí los programas sociales que durante su gestión como secretario de desarrollo social implementó en la capital. Pero siendo su comportamiento el de la lealtad consigo mismo, con los principios que lo han impulsado y mantenido al servicio ciudadano, con eso me basta para admirarlo. Porque si eso fuese motivo de confusión, no se cuenta entonces con lo esencial para gobernar.
Para desgracia de Marcelo, eso le falta a él, el infalible compromiso, la lealtad. Porque tampoco se la tiene al PAN ni a los Chuchos. Si se emperra en seguirlos, será por la ambición que lo atrapó, que contaminó su entendimiento, habiendo deducido erróneamente, que con ellos podría llegar al sitio ambicionado. Y simplemente se convertiría en un eslabón más en la guerra sucia contra el líder fuerte de la izquierda, a quien tanto teme el aparato de la mafia gobernante.
Martí debe aprovechar la inercia de su valentía, de su congruencia con el auténtico movimiento social demócrata de México, para impulsar su candidatura para regente de la capital, heroica candidatura a la que se unirán de inmediato las bases del PRD. Sus méritos para ocupar el puesto son muchos.
Se me ocurre que podría hacer una magnífica campaña haciendo mancuerna con Porfirio Muñoz Ledo, ambos por el MORENA, en campaña doble. Apalancaría la de AMLO2012, y refrescaría a la izquierda capitalina, avivando la esperanza.
Láncense ambos a la conquista, a la reafirmación de los logros que el PRD de antaño, aquel que fundó también Porfirio, y llevó hasta lo más alto López Obrador, aún poseía. Aquel que implementaba las iniciativas a favor del auge de la ciudad, de los programas sociales y ambientales, de las planeaciones y estrategias de seguridad con reportes de las autoridades encargadas de lo habido en materia de crimen cada 24 horas. Que instituyó los apoyos a favor de la gente más necesitada, de los pequeños y medianos comerciantes; que apoyó los proyectos combinados con la iniciativa privada como el rescate del centro histórico, revive Chapultepec y etc. Una camada de hombres y mujeres de arduo trabajo, de entrega, de convicción y no de manipulaciones o estrategias políticas turbias.
Qué lejanos se ven esos tiempos de aquel esperanzador PRD hoy secuestrado por líderes corruptos aliados a la extrema derecha, a la institución fallida que tanto ha afectado a los mexicanos.
Las bases del PRD, de inmediato tienen que preguntarse, ¿queremos unirnos al PAN, con Marcelo Ebrard?, si la respuesta es negativa, es el momento de actuar para deslindarse de lo que pretenden hacer con México, con los ideales de su partido: amalgamarlos –o adaptarlos- a las propuestas neoliberales, a que siga el pueblo de México sin ser considerado, sin ser a quien ellos se deben.
Las bases del PRD y el movimiento de regeneración nacional que los representa, los apoyarían en la campaña por la reivindicación de los ideales progresistas de izquierda en la ciudad de México. La lucha deberá ser sin tregua. La gente movilizada desde cada punto de la ciudad para escucharlos donde se presenten.
Que el que quedase la gran metrópoli en manos de depredadores, de individualistas sin vocación de servicio público incondicional, sin reales valores humanitarios ni proyecto económico que detone la maquinaria de recuperación interna, es una posibilidad sin cabida y será absolutamente rechazada por los millones de militantes y simpatizantes progresistas de la ciudad más poblada del planeta.
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