martes, 1 de marzo de 2011

Les salio´ mal el plan a los yanquis

¡¡Exijamos lo Imposible!!
Empinado, arrodillado ya no basta
María Teresa Jardí

Es claro, cada día más diáfano, que el gobierno encabezado por Obama envió a los agentes de la Migración yanqui para que fueran, de manera acordada con las fuerzas del crimen organizado por el desgobierno panista de Calderón, atacados. Quizá no ejecutados, simplemente no les salió bien del todo el plan y a uno de los agentes sólo lo hirieron en lugar de también asesinarlo o tal vez se les pasó la mano y a uno lo ejecutaron sin ser ese el guión acordado. Pero que fueron enviados para justificar la intervención a la que se suma, con singular alegría, la Marina mexicana, al parecer sin fisuras como sí sucede con el Ejército nacional, donde algunos de sus generales recuerdan todavía que es un Ejército nacido de un evento revolucionario con el que, el pueblo mexicano levantado, ahí sí es correcto el uso de la palabra, dijo ¡ya basta! a la dictadura que Porfirio Díaz quería seguir imponiendo en México.

Algunos generales, lo sé de cierto, no están de acuerdo con el entreguismo panista que desangra a México. El Ejército nacional, a fin de cuentas, es un Ejército nacido del pueblo para servir al pueblo.

No ocurre lo mismo con la Marina, está claro. Institución que incluso ha dejado de usar los bellos uniformes blancos para ponerse los de camuflaje de guerra incluso en las instalaciones del Bosque de la Ciudad de México. Los uniformes de camuflaje con los que hoy se desangra a México asesinando impunemente a sus hijos pobres, a los que antes se les convirtió, por la misma derecha aunque con otras siglas se haya manifestado, en adictos y antes en deseducados desde el aparato mismo nacido para promover la educación escolarizada de los mexicanos.

Zapata fue asesinado porque así convenía a los gringos. Porque Obama necesita que no sólo arrodillado, que empinado llegue ante su llamado, tronándole los dedos, el usurpador mexicano a decir a todo que al imperio asesino, que necesita, por lana, mantener a México en una guerra sin sentido. Pero que, como toda guerra es uno de los negocios con cuyas ganancias engorda el monstruo gordísimo que es el capitalismo.

La conveniente cacería de los “Zetas”, que los yanquis, con apoyos entreguistas en México, realizan, recuerda la de los miembros de “La Liga 23 de Septiembre”. Cada día, informaban, que había caído la cabeza. Y como las cosas no se terminan hasta que terminan y como no suelen terminar de esa manera, “La liga” se acabó cuando los guerrilleros que quedaban decidieron que había llegado el momento de dar fin a la guerrilla en México. Algunos de sus miembros incluso hoy parecen más a modo que los a modo de los medios, que ya sabemos que son entrenados en gringolandia para acompañar a los marinos. Qué vergüenza que ni siquiera tengamos corresponsales de guerra que no tengan que ser entrenados por los gringos. Lo ha sabido hacer la derecha. Mientras la izquierda se deshace a sí misma con sus propias incongruencias. Más enemigo, que amigo de la patria, parece Cuauhtémoc Cárdenas. AMLO es nuestra única esperanza, todavía, de cambio. Lo ha sabido hacer la derecha. Es en el dejar de creer en nosotros mismos donde la desgracia impera. En recobrar como sociedad el creernos dignos está quizá el cambio a largo plazo que cada día se alarga. Una vergüenza es que el aparato entero se ocupe de “los asesinos” de Zapata en tanto el exterminio de la familia Reyes no merezca ni la salida a la calle de la sociedad entera diciendo ¡Ya basta!

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