¡¡Exijamos lo Imposible!!
El embajador fallido
Jorge Lara Rivera
De veras que “ya no los hacen como antes”. El espía camuflado con inmunidad diplomática, autor de cínicos conceptos como “Soberanía limitada” y “Estado fallido”, tan resbaladizos como útiles para dar coartada legaloide a la impunidad del intervencionismo y el coloniaje en la posmodernidad, autorizando los ataques preventivos que, en cine equivalen a la Condena Previa (y a escala micro a su versión mexicana, la aberración jurídica que es la figura del “arraigo preventivo”) Carlos Pascual, “el breve” –le faltaron 3 días para cumplir 1 año 5 meses en el puesto– se ha ido por indiscreto. Y es que aun proveniente de la picardía nacional, en estos asuntos es válido el chiste sexista que equipara sinceridad con virtud en la mujer, igual que hipocresía con simulación en la diplomacia. Así, quiere tal que si un diplomático dice “sí”, probablemente miente y su dicho significa “no”; si dice “tal vez”, es posible quiera decir lo mismo: “no”; pero si dice “no”, no es diplomático.
Del mismo modo cuando una señorita dice “no”, considerando el misterio femenino su negación indica “tal vez”; pero si dice “quién sabe” es “tal vez” y, en cambio, si dice “sí”, pues hay que temer que no sea señorita.
En el caso del académico cubanoamericano Pascual, obvio: diplomático no fue. Aunque la derecha pretenda hacer creer por recomponer su maltrecho discurso ante el entreguismo que evidenció la propia canciller Patricia Espinosa, presentando mediáticamente la dimisión como “victoria” del Ejecutivo panista y prueba de su ¿firmeza?, no ha sido la rabieta durante su reciente cita en Washington por quedar descobijado con las revelaciones, sino la incompatibilidad del encargo con filtraciones que debemos a Wikileaks de esos reportes deslenguados a los que el pretor era adicto para ilustrar sus apreciaciones respecto a vasallos sátrapas locales, la causa.
Además de su inusitada arrogancia y torpe conducción ante un país soberano cuyo pueblo, por razones históricas, es sensible de modo especial a guardar formas en el trato con la potencia que representaba. Y es que la ira de panistas retratados como “grises” y “débiles” en misivas reportadas al gobierno del balín Premio Nobel de la Paz, Barack Obama, se avino muy inoportuna con la furia nacional que Norteamérica se granjeara luego de conocerse la insólita mezquindad de la fallida operación de tráfico de armas y dineros “Rápido y Furioso” por agencias oficiales de seguridad de ese país emprendidas en el nuestro, con desdén de la previa solicitud de autorización e informes que obligaba su extraterritorialidad. Más luego de una andanada en que menudearan pronunciamientos pro injerencistas de ese lado del Río Bravo que hicieron de la diplomacia reedición de la cinta “El embajador del miedo”.
Así quedó claro hasta para los gringos tras los posicionamientos de los grupos parlamentarios representados en el Senado de la República en la comparecencia de Patricia Espinosa, canciller del gobierno vasallo que aquél afrentaba sin que éste pusiera reparos a la humillación. Con todo y la defensa que de él hizo el guerrerista Obama y figurones de su gabinete, comenzando con el Departamento de Estado marca H. Clinton, no alcanzó a justificar su permanencia ni siquiera con el triste y vergonzante papelón que esta semana desempeñara servil e indigno el gobierno federal panista, echándose toda la culpa por las violaciones a la soberanía que aquélla entrañó, agravadas por el conocimiento de vuelos militares estadounidenses –tripulados o no, con armas o sin ellas, es lo de menos– en el espacio aéreo mexicano, dizque “para apoyarnos en la guerra contra el narco y el crimen organizado”, según una versión oficialista que nadie se traga. O sea: fue la presión social y no mérito de la satrapía enquistada en el Ejecutivo, lo que causó la salida de C. Pascual.
Desde el inicio de su entrada en funciones, hecha pública atropellando el protocolo del anuncio conjunto y la formalidad del beneplácito del gobierno destino, la gestión de C. Pascual al frente de la Embajada de Estados Unidos en México estuvo signada por desencuentros, metidas de pata y la patanería del mismo. Para colmo, el reconocimiento que la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, hizo al ex embajador tras la “gran renuencia” y “pesar” con que Barack Obama y ella misma aceptaron su renuncia “por motivo personal” al cargo, enumera una agenda siniestra de intereses norteamericanos que aquél promovió en México: aseguramiento de la República como mercado destino de los productos estadounidenses, busca de entrega de nuestro petróleo con reformas a PEMEX y Artículo 27; claudicación nacional en su favor ante despojo de yacimientos que comparten ambos países (como los del Golfo y la frontera), cumplimiento de la rastrera Iniciativa Mérida que convierte nuestro país en campo de batalla donde hacer el “trabajo sucio” de eliminarle la competencia al monopolio norteamericano en el tráfico de drogas que consume voraz ese país ¿Si EEUU opta por alguien con capacidad de interlocución, todo bien? ¡Cómo, cuando quien Secretario de Energía en el foxiato consintió a su equipo (Juan Camilo Mouriño, César Nava, Germán Martínez) depredar PEMEX, busca entregarlo al gran capital y en el Aniversario de la Expropiación cínico dice “no más cuentas secretas” y “no tolerará más corrupción allí”!
Aguafiestas la realidad: el precio del Kg. de tortilla aumentó ya 400% en 10 años de panismo –denuncian economistas de la UNAM. Mientras, se ha depreciado 30% (da sólo para 4 kg. de tortillas) el poder adquisitivo del Salario Mínimo –garantía básica al trabajador que los panistas quieren eliminar en su “Reforma Estructural Laboral”.
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