La hora del PT, de la mano de López Obrador
Luciano Campos Garza
MONTERREY, N.L., 15 de marzo (apro).- A 20 años de su nacimiento como organización política, al Partido del Trabajo le llegó su momento:
Conducido desde su origen por su fundador y único mando, el senador regiomontano Alberto Anaya Gutiérrez, el PT ha sido una presencia permanente en el juego electoral de las últimas dos décadas, con escasos logros propios y con algunos campanazos en alianzas.
Ahora, el partido comienza a tomar forma y reconocimiento al prestarle toda su infraestructura y recursos a Andrés Manuel López Obrador, un perredista distanciado de la dirigencia de su partido.
Rumbo a los comicios presidenciales del 2012, con la crisis interna del PRD, el PT es uno de los ganadores. Independientemente del resultado electoral, al recorrer la pasarela junto a AMLO, ya obtuvo el reconocimiento que no había conseguido desde su creación.
Jesús Ortega Martínez, presidente del PRD, le ha negado a López Obrador plataforma y nomenclatura para iniciar la precampaña rumbo a los comicios presidenciales del 2012. Pero Anaya ha estado ahí para suplir a la organización perredista y acompañarlo en la precampaña.
Sin embargo, la indefinición del precandidato, que parece dividir sus afectos entre el PT y el PRD, sí ha provocado confusión y ha afectado al electorado, que no observa con claridad cuál es la postura del tabasqueño, como reconoce la secretaria de Acción Política electoral del PRD, Socorro Ceseñas Chapa.
El partido laborista había sido para el senador regiomontano su fuente de empleo permanente.
Desde la fundación, Anaya Gutiérrez ha sido tres veces diputado federal, y dos veces senador. Su esposa, María Guadalupe Rodríguez Martínez, es actualmente su suplente en la Cámara Alta.
Datos publicados por el Instituto Federal Electoral (IFE) indican que en el 2010 el PT ejerció un presupuesto de 210 millones de pesos y que para este año dispone de 219 millones de pesos.
Ejerce Anaya lo que el consejero perredista nuevoleonés Roberto Benavides llama un “centralismo democrático en extremo” basado en la estructura vertical del PT, donde su dirigente histórico ordena, sin que haya ni una sola persona que obnubile su poder.
Pese a su indiscutible posición plenipotenciaria, el líder del PT rechaza aceptar que él solo se ha designado candidato en todos estos años que ha vivido del presupuesto.
“Yo no decido (ser candidato). Eso se tiene que aprobar por los órganos del partido”, se defiende en entrevista el dirigente, cuando se le cuestiona por qué ha ocupado de manera permanente candidaturas.
Sobre el resurgimiento del PT junto al Peje, Anaya precisa que “ha llegado la hora de las izquierdas en este país”.
El 20 de febrero, López Obrador anunció que se separaría del sol azteca sin renunciar a él, como una forma de protestar ante el intento de alianza entre su partido y el PAN para competir por la gubernatura del Estado de México.
Alberto Anaya y su PT
El PT ha sido siempre discreto en el espectro electoral mexicano.
Se le ha conocido más por coyunturas. Ganó notoriedad por haber cobijado a Rafael Acosta Ángeles, Juanito, en el sainete electoral por la jefatura delegacional de Iztapalapa, en el 2009, donde el PT prestó su partido para que se desencadenara el mayor enredo electoral del que se tenga memoria en México.
También se le acusó, en su momento, de haber sostenido nexos, componendas y financiamiento de Carlos Salinas de Gortari.
El 8 de marzo del 2010 en la Macroplaza de Monterrey, durante la celebración del día Internacional de la Mujer, López Obrador hizo pública su ya conocida intención de participar en los comicios presidenciales. En el evento estuvo presente, entre otros, Alberto Anaya, quien organizó la presentación.
El aspirante siguió cerca de Monterrey y Anaya en los meses siguientes.
El 20 de octubre de ese año, AMLO regresó a la ciudad para presentar su eje económico y tener un acercamiento con empresarios locales. El 26 de ese mes volvió a presentarse ante hombres de negocios, entre los que se encontraba el exgobernador nuevoleonés Fernando Canales Clariond, integrante de la corriente panista tradicional en la entidad y uno de los empresarios más reconocidos en ésta.
En la pasada campaña, rumbo al 2006, el entonces candidato manifestaba una fobia a todo lo que representara al capital. Ahora su estrategia ha cambiado y ya quiere que no lo vean como un peligro para México. El acercamiento funcionó porque por lo menos hubo una aproximación tersa.
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