Por Federico Arreola
Por lambiscones
Por lambiscones
Qué sainete se ha armado con el cuento de que el Frente Amplio Progresista y Andrés Manuel López Obrador pretenden derrocar a Felipe Calderón. Esta calumnia del golpismo la inventaron los medios afines al gobierno, sobre todo el diario Milenio. Lo hicieron así para quedar bien con Calderón. En el periódico dirigido por Carlos Marín, para darle fuerza al infundio, cabecearon así alguna declaración del esposo de Margarita Zavala: "¿Que no termino? Me tiene sin cuidado". Fueron tan brutos que con ese juego de palabras casi hicieron renunciar a Calderón. Un día antes de ese titular, invitaron a comer a Los Pinos, con Calderón por supuesto, al señor Marín y a su subordinado Ciro Gómez Leyva. Pero el día del "¿Que no termino? Me tiene sin cuidado" Marín, por teléfono, fue desinvitado con el argumento de que "es muy delicado eso de que lo quieren tumbar". Se la ganó Marín por pasarse de lambiscón.
Por eso, los jefes del gobierno al que sirve lo castigaron como se sanciona a los sirvientes. Para que aprenda. Eso sí, poco solidario con su jefe, Gómez Leyva no sólo acudió a la comida con Calderón, sino que, en la mismo edición en la que Marín publicó sus lloriqueos por la majadera desinvitación… bueno, Ciro dijo que qué barbaridad, "esperaba encontrarme a un personaje abatido", pero no: Ciro vio llegar a Calderón "sereno y bromeando", como "dicen… que deben ser los estadistas". Qué papelón. Al jefe le dieron en Los Pinos una patada en salva sea la parte, lo que al subordinado le valió gorro. Se entiende, Ciro no iba a dejar ir la oportunidad de quedar bien con el poder.
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