jueves, 18 de septiembre de 2008

CHINGA QUE LE PONEN AL PERALOCA de ciro

¡¡Exijamos lo Imposible!!
¿Lloriqueos, Ciro? (Primera de dos partes)
Jueves, 18 Septiembre, 2008

Recibí esta carta de Epigmenio Ibarra en respuesta al texto que publiqué el martes. La reproduzco en dos partes:

Estimado Ciro: Como, mucho me temo, asuntos más graves, habrán de ocupar nuestra atención en los próximos días y ante la imposibilidad entonces de hacer uso de mi espacio de los viernes en MILENIO para responderte, quisiera compartir contigo y con nuestros lectores, por medio de esta carta, algunas reflexiones sobre tu artículo del pasado martes titulado “No lo sé, Epigmenio”.

Dices que no te dedicas a la prospección, ni a la ciencia ficción, ni a profetizar calamidades y agregas “tampoco a la propaganda”, sin embargo, de inmediato te lanzas por ese sendero, el del discurso propagandístico, cuando dices que conoces bien y cito: “el lloriqueo marrullero del pueblo bueno lopezobradorista, sus voces y plumas”.

A eso me refería Ciro cuando hablaba del “dedo flamígero”. A esa tendencia, tan en boga en nuestros días, a sustituir el debate por la descalificación. A esa costumbre de colgar, a cualquiera que se atreva a mantener vigente su inconformidad con el proceso electoral del 2006, el sambenito de lopezobradorista, sinónimo, en esa misma jerga, de intolerante, violento, intransigente y resentido. Nada más nos falta y como en los tiempos de la Santa Inquisición, ser condenados a la hoguera por “diminutos y relapsos” en tanto que no podemos entender el dogma de fe de la legitimidad de Felipe Calderón.

Lo mío –que por cierto ni soy parte de “sus plumas” ni pertenezco tampoco al “pueblo bueno”- no son, de ninguna manera, lloriqueos. Mantengo una posición y expongo mis razones para hacerlo. En la democracia, desde mi punto de vista, no caben ni la amnesia, ni la resignación. Es un derecho y una obligación ciudadana –que no se extingue ni con el tiempo, ni con la propaganda- inconformarse con los resultados de un proceso electoral en el que intervinieron ilegalmente el entonces Presidente de la República, Vicente Fox y los poderes fácticos.

En cualquier otro país y dada la mínima distancia final entre los dos candidatos punteros, lo más razonable, lo más sano para la democracia y sus instituciones hubiera sido –habida cuenta de que esa intervención flagrante pudo torcer la volunta popular- un recuento “voto por voto”. Esto, que hubiera limpiado la elección, desgraciadamente no se produjo.

comento:
No soy a fin a Ciro Gómez, pero viendo la cagada que le da Epigmenio Ibarra, no me quedó duda de publicar su siempre arrastrada columna del mal logrado ¿periodista? ciro peraloca ley-va

No hay comentarios: