¡¡Exijamos lo Imposible!!
El correo ilustrado
Carta para todos
Lo felicito señor Calderón por utilizar desde el inicio de su labor presidencial la palabra “guerra”, usted declaró una “guerra sin cuartel y sin tregua” y el pasado 15 de septiembre, cuando yo me cuestionaba si realmente había algo que celebrar como nación no dependiente y que el TLCAN y sus propuestas de reforma energética aunadas a una lista de patrañas monopólicas mediáticas y empresariales que no caben en este escrito me hacían dudarlo, pasó en Morelia un hecho que ha dividido a nuestra historia. Ahora a la sociedad civil le tocó lo que sólo puede ser un pequeño “rozón” de una “guerra sin cuartel” y usted después de dicho atentado terrorista sigue declarando su guerra. La semántica trillada hizo mella, usted y sus discursos patrioteros son los que deberían ir a la guerra, al frente del batallón, ese batallón con el que le ha gustado tanto coquetear desde el inicio de su mandato, al que ha propuesto subirle los sueldos mientras a nosotros nos bajan los ánimos.
¿Usted declara la guerra a costa de que la sociedad civil sea la nueva carne de cañón? Como una cortesía le digo: “Primero usted señor presidente” y a ese ejército que está para defender al pueblo. Este es un doble mensaje de la historia, entre lo perpetrado por los terroristas y la verdadera conciencia nacional, creo que quedó claro que no había nada que celebrar.
Un pueblo pobre, ignorante y desgraciado al que ahora le ha tocado pagar la ineficacia de la seguridad de nuestro país en donde se persigue a narcos no apadrinados por el sexenio y jamás se cuestiona quién les provee las armas. En donde se ha elogiado a más no poder a un ejército que tiene la imborrable mancha de haber agredido al pueblo mexicano a fines de los 60 (por citar un notorio caso) y que debería desquitar su sueldo histórico en estos momentos.
No señor Calderón, ningún ciudadano mexicano será objeto de su “guerra” ni motivo de exaltación de mártir en sus discursos patriotero-sensibleros y políticamente oportunistas, simplemente deje ya de proteger sus miserables intereses y de quienes lo tienen como su títere político.
A Emilio González lo invito a callarse, las palabras le quedan grandes, su “indignación histórica” es blasfemia para los oídos de una población jalisciense de la que usted se ha burlado y se ha dado el lujo hasta de mentarle la madre y no conforme con ello usted carece del sentido reflexivo ante la palabra guerra, con la cual también está invitado a acompañar al señor Calderón en el frente.
A los intelectuales de pasarela locales y de todo el país para que antes de contonearse con el “fashionismo” en la distancia temerosa que mantienen ante la verdadera crítica para mantenerse con becas, estímulos, premios y glamorosas lambisconerías, inviten a este pueblo desde su trinchera a propiciar un estado de conciencia nacional saludable.
Es muy fácil para el “artista” decir que no se involucra en política, a esos los invito al exilio para que allá lejos muy lejos escriban sus poemitas nostalgicoides que serán publicados un día como resultado de un patético dolor de mexicanito ausente. Por último a mi pueblo le pido estar consciente de esta advertencia no del terrorismo sino de la historia, de que ya no se puede vivir acalambrado y anestesiado permitiendo toda una anarquía agresiva y lesiva por parte de hambrientos indignos que se venden el mejor postor, sean pues los antes mencionados y sus émulos regados como plaga en todo el país.
P.D: Ni de izquierda, ni derecha, ni de centro, porque la situación ha llegado a carecer de lado.
Atentamente
Francisco Ramírez Arroyo
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