La razones de Campa Cifrián
jairo.calixto@milenio.com
Me extraña que Manlio Fabio Superstar siendo araña se caiga de su telaraña. Sólo a él se le ocurre exigirle a Calderón que explique el por qué de la renuncia de Roberto Campa Cifrián, uno de los consentidos de la maestra Gordillo, del Consejo Nacional de Seguridad.
jairo.calixto@milenio.com
Me extraña que Manlio Fabio Superstar siendo araña se caiga de su telaraña. Sólo a él se le ocurre exigirle a Calderón que explique el por qué de la renuncia de Roberto Campa Cifrián, uno de los consentidos de la maestra Gordillo, del Consejo Nacional de Seguridad.
Es lógico que, dadas las circunstancias, el hombre que ha sido de todos los puestos y sin medida, de presidente del PRI DF, candidato del Panal a niño gritón de la Lotería, renunció porque, como dijo Alejandro Martí, “le quedó la vara muy alta”. Por primera vez en su carrera fue congruente. Fue el primero en exigir que funcionario que no diera el ancho que mejor renunciara y se hizo el harakiri. No es lo mismo estar al servicio de la profesora que impedir que el México Unido con El Mochaorejas mantenga histérica a la patria.
Claro, seguramente Campa no renunció por broncas internas como bien explicó el próximo ex secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, sino debido a que por sus dotes de Nostradamus supo que el Consejo Nacional de Seguridad iba a ser tan útil como Carlos Hermosillo en la Codeme, sobre todo ahora que prometió que en 2012 en Londres la cosecha de medallas no se acabará. Sí, chucha…
Y es que dadas las facilidades prestadas por los burócratas de la seguridad, el crimen organizado anda muy soberbio, tanto que le está dando de patadas al pesebre. Los maleantes no se dan cuenta que la violencia desmesurada que aplica lo único que consigue es espantar a la clientela. Tan así que en muy poco tiempo ya nadie va a salir a las calles y los que salgan van a andar armados hasta los dientes o mimetizándose con los pobres de los pobres para no ser atracados, dificultándose así las actividades propias del hampa.
Por otro lado, el crimen organizado tiene tan corrompidas a las corporaciones policiacas que los altísimos niveles de impunidad lo único que van a conseguir es que viendo los jugosos márgenes de ganancia en el negocio, los secuestrables se dediquen a secuestrar al ritmo de si no puedes vencerlos, úneteles. Esto, por supuesto, generando graves niveles de crisis debido a las altísimas tasas de competencia ya no digamos desleal sino, peor aún, improvisada.
A ver si no cunde el mal ejemplo de Campa Cifrián y renuncien hasta los veladores de la PGR. Como diría el Médico de la Salsa, esto no será ná, preparémonos para lo que nos espera.
No sé por qué pienso en una manta muy notoria en la marcha Iluminemos México: “Que nos gobiernen las putas, porque sus hijos nos han fallado”.
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