Peña del Mazo, tío incómodo
Francisco Rodríguez
Indice político
Palabras más o menos, los líderes de la organización sindical de una institución de salud del gobierno federal escucharon la semana anterior:
“Hay gran preocupación en el equipo del licenciado Peña Nieto, porque
se ha detectado que en el país operan 240 grupo paramilitares, sobre
todo en la frontera norte, y que patrocinados por los chinos quieren
invadir a los Estados Unidos”.
¿Quién cree usted que se los dijo? ¿Algún estratega militar? ¿Un
informante del CISEN? ¿Tal vez alguno de los muchos agentes de la CIA
que operan a su antojo y por sobre la Constitución en territorio
nacional? ¿Un guionista de “churro” hollywoodense?
No. El portador de tan malas nuevas (?) es un rústico personaje que
responde al nombre de Arturo Peña del Mazo y quien, desde ya, “trabaja”
como amigable componedor, gestor y/o “coyote” de la virtual –así se
dice, ¿que no?— próxima Administración federal… si es que el fallo del
Tribunal Electoral favorece al candidato presidencial priísta.
Peña del Mazo es hermano del fallecido padre de Enrique Peña Nieto. De
vez en vez se le menciona en sueltos periodísticos cual presidente de la
Fundación Cultural Isidro Fabela –nacida en el 2000, pero que cobró
verdadera vida durante la precampaña de su sobrino—, aunque no en todas
las ocasiones favorablemente.
Luego de la campaña de Eruviel Ávila por la gubernatura del Estado de
México –por cierto, ¿cuándo tomará posesión del cargo?—, a Peña del Mazo
se le mencionó en relación a un fraude presuntamente perpetrado en
contra de 2 mil personas a las que, por 2 mil 100 pesos, habría
contratado para realizar labores de proselitismo y a quienes no les
pagó. Peor aún, cuando representantes de aquellos protestaron, Peña del
Mazo habría movido influencias y mandado golpear y detener a los
quejosos.
Pero, volviendo al tema, ¿quién se traga lo del patrocinio chino a
grupos paramilitares que tienen como misión el repetir la hazaña
villista de 1916, en Columbus, Nuevo México?
Los líderes sindicales que acudieron en busca de “los buenos oficios” de
Peña del Mazo no, por lo pronto. Salieron de la reunión
desternillándose de la risa y celebrando lo simpático que es el “viejito
rancherón” que los había atendido.
Y la Fundación Cultural (sic) Isidro Fabela, ¿qué onda? Para que se
entere, mire usted como la describe el propio Peña del Mazo en su muro
personal de Facebook:
La concepción de la Fundación surge de una interpretación de la realidad
acorde con el conocimiento, integrado éste, con la ciencia, la
filosofía y las ideas del ser humano que se aleja de las
interpretaciones tradicionales y propicia una revaluación del ser
humano, en su organismo espiritual y la moral que los integra y
armoniza.
Las tres vertientes culturales son: las formas de ser, las formas de
hacer y las formas de convivir. Para lograr este proceso es necesario
que el ser humano conozca y descubra su vocación, sus tendencias,
ritmos, temperamento y demás facultades, alejado de mitos, prejuicios y
misterios a fin de asumir un conocimiento acertado en todas sus
decisiones que sirvan para moldear la conducta…
Si usted entendió… ¡yo tampoco!
Peña del Mazo es un personaje que habla de todo. Lo mismo defiende la
represión en Atenco, que tonante declara “México está hecho pedazos”, o
diagnostica la principal causa de la derrota del PRI en las elecciones
locales de Guanajuato: los venció la división. “Papá cuervo”, eso sí,
por todos lados y en cualquier ocasión canta loas a su sobrino.
Más allá de las mafufadas –como esa de que los chinos tienen aquí
fuerzas punitivas para invadir a los Estados Unidos, jejeje—, lo que se
perfila es un tío harto incómodo. No sólo pintoresco, también gestor
influyente, amigable componedor, “coyote”, como usted quiera llamarlo…
si es que el PRI y su candidato presidencial logran salvar, ante
tribunales y ahora también frente a la PGR, los escollos que sus
opositores han erigido en las semanas posteriores al día de la elección,
¿no cree usted?
Índice Flamígero: Es muy lamentable lo que ha ocurrido el viernes en un
cine estadounidense, donde fueron asesinadas 12 personas y heridas
muchísimas más. La condena generalizada es merecida, como se hizo a
través de la Cancillería. Pero “también es condenable el mensaje
twittero de Felipe Calderón –me escribe un amigo que es militar
retirado—, en el que dice: Por la tragedia de Aurora, Colorado, el
Congreso Americano debe revisar su equivocada legislación en materia de
armas. Nos daña a todos. A mí me hubiera gustado que, para no mostrarse
oportunista, Calderón mejor dijera: ‘me uno a la pena que embarga a las
familias mexicanas que han sido desplazadas de su lugar de origen por el
narcotráfico, y lamento los 70 mil muertos por la guerra que sin
inteligencia declaré en contra de los criminales, asimismo me uno a la
indignación por los 100 mil desaparecidos en territorio mexicano, y
exhorto a la Secretaría de Hacienda para que reconvenga a la dirección
de Aduanas para que impida la entrada de armas al territorio mexicano,
dependencias que están bajo mi responsabilidad’… pero, ya sabe usted, el
señor de Los Pinos es candil de la calle y…”. + + + A esta
Administración farolera, pero ineficaz del todo, ya sólo le restan 131
días.
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