Una probadita de lo por venir
Juan José Morales
Escrutinio
La manera como Pedro Ferriz de Con fue echado de la televisora Cadena
Tres, en la cual mantuvo un noticiario durante muchos años, es una
especie de probadita de lo que está por venir si Enrique Peña Nieto se
sale con la suya y llega a la presidencia de la República.
Ferriz de Con —hay que subrayarlo— dista mucho de ser un periodista
independiente, aguerrido y combativo, que defienda los intereses
populares o de las minorías y se enfrente a los poderes políticos y
económicos. Por lo contrario, siempre ha estado al lado de ellos, y
hasta puede decirse que les ha servido con eficiencia y dedicación. Se
ha beneficiado con los famosos apoyos y contratos gubernamentales por
servicios periodísticos, y fue —junto con López Dóriga, Loret de Mola,
Gómez Leyva y otros—, uno de los más activos participantes en las
campañas blancas, grises, turbias y negras contra López Obrador.
Pero, por razones que desconozco, hace algún tiempo criticó agudamente a
Peña Nieto. De él dijo en una conferencia que “es un ignorante” (lo
cual es cierto), que “pertenece a un sistema político que está
acostumbrado a robar” (cierto también), que “todos sus colaboradores son
multimillonarios” (evidente), que “todos se han hecho multimillonarios
en el sistema político mexicano” (ciertísimo), que “su padrino político
es Arturo Montiel, quien si no se robó el estado de México fue porque no
le cupo en la cartera”
(absolutamente cierto), y otras cosas por el
estilo, entre ellas lo que muchísima gente opina: que el ascenso de Peña
Nieto a la Presidencia sería una regresión, y que eso es algo que él,
Pedro Ferriz de Con, no quiere para México.
Pues bien, antes siquiera de tomar formalmente el poder, Peña Nieto ya
comenzó a ejercerlo en la forma tradicional de los gobiernos priístas, y
Ferriz de Con fue echado de la televisora —oficialmente renunció— y
amordazado. O, como dijo en su despedida ante las cámaras, “callaré un
rato”, pues “creo que necesito un tiempo para pensar, para reflexionar.”
Ciertamente, de Peña Nieto no podía esperarse otra cosa más que una
actitud vengativa y represiva como ésta. Ha demostrado, como gobernador
del Estado de México y como candidato a la Presidencia, que no tolera
críticas ni opiniones adversas, y como hemos señalado en esta columna,
sus fuentes de inspiración y sus guías y modelos políticos, son
presidentes caracterizados por la mano dura, la represión y la supresión
de garantías y libertades, como lo fueron Adolfo López Mateos —que
llenó las cárceles de presos políticos y aplastó movimientos sindicales—
y Gustavo Díaz Ordaz, el chacal de Tlatelolco, cuyas palabras para
justificar aquella matanza casi repitió textualmente Peña Nieto para
justificar a su vez la represión en Atenco.
Y no deja de ser irónico que ahora Ferriz de Con reciba el mismo trato
que hace diez años él aplicó a Carmen Aristegui y a Javier Solórzano,
cuando en su calidad de funcionario del grupo radiofónico Imagen, les
canceló sin previo aviso su noticiario y les impidió groseramente la
entrada a las instalaciones.
Por supuesto, aunque no es santo de mi devoción y creo que su calidad
ética deja mucho que desear, de ninguna manera aplaudo que ahora Ferriz
de Con sea objeto de censura y represión. Eso es condenable, y lo
ocurrido debe servirnos de advertencia sobre las sombrías perspectivas
que se ciernen sobre la libertad de prensa si un hombre como Peña Nieto,
intolerante, duro, arbitrario y vengativo, llega al poder.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx

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