Estado de los ESTADOS
Por Lilia Arellano
Anulación
Exige AMLO recuento total de votos
Imposible limpiar dispendio e inequidad
Elección presidencial
: trampas evidentes
Impunes todos los delitos electorales
México sin
huevos… por gripe aviar
“Sin democracia la libertad es una quimera”.- Octavio Paz
Habrá que tener muy presentes las declaraciones de la autoridad
electoral de los últimos días. El titular del Tribunal Federal
Electoral, José Alejandro Luna Ramos, señaló que nada que se registre en
las urnas será modificado en la mesa. Por lo tanto, habrá que
preguntarse si es que todavía podemos esperar alguna reacción contraria a
lo que ya determinaron las televisoras, que no las encuestadoras que,
como nunca, demostraron que estaban al servicio de un solo grupo y
presentaron resultados orquestados. O sea que el hecho de que circulen
las fotografías que muestran los tumultos en las tiendas
departamentales, como Soriana, para cambiar los vales por los cuales
trocaron su voto y que son prueba fehaciente de que hubo coacción no
tiene validez.
Como tampoco el panorama presentado por todo el país sobre el uso de
recursos para la campaña. Y esto último tiene su propio peso y hasta el
soporte que dan los antecedentes. En nuestro sistema no hemos visto que
se castigue a quienes han saqueado al país, a las entidades, a quienes
han hecho, desde la función pública la labor de coyotaje. Y esto se ha
registrado a nivel presidencial, en las gubernaturas, en los municipios y
también en el Congreso, donde se cabildea con los legisladores a fin de
conseguir recomendaciones para los mandatos estatales o para la
aprobación de leyes que, como la del reparto de vales para medicinas, se
constituyen en grandes negocios. Es conocido, lo hacen incluso
ostensible, el enriquecimiento que sólo tiene explicación en ilícitos y
nada ha sucedido. En los estados, son millones de ciudadanos los que
conocen la vida y las propiedades antes y después de que se ejerzan los
cargos públicos, el enriquecimiento inexplicable está a la vista y, sin
embargo, nada sucede.
Así que todas esas leyes que no han servido para meter en orden a los
que actúan de esa manera. tampoco servirán para ahora señalar y
consignar a quienes compraron votos, a quienes no cumplieron con las
reglas marcadas por la autoridad electoral que fijó topes de campaña.
Igualito que no se somete a escrutinio lo que puede adquirirse o no con
los salarios que perciben los funcionarios. He recibido muchos correos
que señalan que existe una abierta simpatía por López Obrador. Yo iría
más allá. No se trata de simpatía hacia una sola persona o lo que esto
representa, se trata de evitar que sigamos siendo víctimas de todo tipo
de fraudes, que tengamos que aceptar lo que se nos dice, aun cuando
sabemos todo lo que existe detrás porque nadie puede ser tan confiado
que no encuentre en una serie de acciones el objetivo que se busca y
aquí no se trata de si gana o no gana el PRI, sino del futuro que se
espera si siguen vigentes todos esos actos que tanto han perjudicado al
país y, por ende, a los mexicanos.
El IFE adelantó, sin tener razón ni motivo, un anuncio sobre resultados
treinta minutos antes de lo anunciado oficialmente. Nadie sabe que
impulsó a los consejeros a votar por esa salida de prisa de Leonardo
Valdés Zurita. Tampoco que basado en un conteo rápido el titular del
Ejecutivo Federal, Felipe Calderón, se lanzara a dar el nombre de un
ganador. Menos aún que, orquestadamente, se presentaran informes sobre
el tiempo que las televisoras han dedicado a cada partido y sus
candidatos, uniformándolos de tal manera que la diferencia es mínima y
no sólo entre tres, sino entre cuatro, ya que si a los más fuertes sólo
tienen una distancia de decenas, para Quadri hay 10 mil anuncios de
diferencia que no son nada comparados con las fuerza de los otros
participantes. A todos les dieron arriba de 42 mil y al del PANAL 32
mil. Por si fuera poco —y tal parece que como respuesta a todas las
interrogantes que surgieron sobre la página del IFE en las que estaban
presentando los resultados del PREP y en las cuales en la madrugada
daban cuenta de una abierta ventaja del tabasqueño sobre el mexiquense—
hicieron una rueda de prensa en la que presentaron a un joven al que
nadie había visto y que estuvo encargado de la cuestión tecnológica en
ese instituto, mismo que declaró que logró detener cuantos intentos hubo
de “jaquear” la página. O sea que si usted vio esos resultados, seguro
eran de los “jaquers” y cuando vino el cambio ya todo estaba en orden.
Se han ido sumando así acciones que también tuvieron que ver con el
cabildeo para que todos nos enteráramos de que el mundo se volcó en
felicitaciones al candidato priísta y me pregunto si eso tiene validez y
si va a influir en la vida diaria de cada mexicano, como para que lo
tomemos como un punto definitivo que impide que pueda actuarse conforme
lo marcan las leyes cuando se ven alteradas y como lo llama la razón
misma. El punto ahora, de explotación mediática, es si López Obrador
cumple o no con la firma que estampó y que, supuestamente, lo ataba a
acatar los resultados “haiga sido como haiga sido” de la votación.
Cuando se sabe de la forma de actuación del contrario, cuando se tienen
sobre la mesa asuntos y denuncias como la de la casa Monex, los
monederos, los vales para las tiendas de autoservicio.
Cuando se detuvo a sujetos que traían credenciales de elector y
despensas y confesaron abiertamente que les pagaron dinero por hacer ese
trabajo de cambiar votos por las bolsas que entregarían. Cuando se
presentaron denuncias sobre el uso indiscriminado de aviones rentados,
de estadios rentados, de transportación, que aun cuando hubiesen sido
aportaciones de los dueños tienen que contabilizarse según lo marca la
Ley Electoral. Se acepta la decisión de los electores, siempre y cuando
quede debidamente aclarado e investigado el origen de todos los recursos
y se lleven a cabo con transparencia todas las decisiones que, ante la
obviedad de los hechos, no tienen más que una resolución: la anulación
en lo que se refiere a la contienda por la Presidencia. O ¿puede todo
esto limpiarse?
No se duda ni por un momento que Enrique Peña Nieto, que el PRI, tenga
seguidores de los de verdad, de los convencidos, de quienes habrán de
emitir por ellos el voto sea cual sea el candidato y la circunstancia
porque, y aquí me incluyo, fueron durante muchos años el único partido y
crecimos, nos desarrollamos, nuestros hijos fueron a la escuela y
siguieron los programas educativos de los tricolores. Pero eso no quiere
decir, por desgracia, que tengamos que aceptar que tienen que llevar a
cabo una guerra sucia y una operación electoral corrupta. Hay quienes
opinan que el tricolor hizo mucho daño al país y, en efecto, ha estado
en sus filas buen número de corruptos, pero es indiscutible que también
en 70 años hubo exportaciones, progreso, que no se entregó al país a
intereses extranjeros, no por parte de los políticos priístas, fueron
los tecnócratas, los mismos que hicieron pacto con los panistas, que
incluso superaron la derechización que los acompaña, los que hicieron la
alternancia y ahora exigieron la devolución del poder. No sé si es
válido decir que no habrá regreso al PRI de antes, ¿de antes de quién?
Porque el que mantuvo el poder antes de Luis Echeverría era un tricolor
que valía la pena, del que veamos manejará el mando los próximos años si
es que logra brincar todas las leyes y las acusaciones existentes, se
tienen muchas dudas.
DEL HUEVO A LA FEPADE
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