“Viví un infierno”
Esposada,
golpeada, humillada, llevada por la fuerza, hicieron de mí lo que
quisieron /A pesar de todo, tuve la fuerza necesaria para gritar por mi
inocencia, dice la francesa Florence Cassez al cumplir seis años presa
en México
MÉXICO, 7 Dic 2011 (AFP) - La francesa Florence Cassez está “más fuerte”
a pesar de las pruebas que ha debido superar al cumplir este jueves
seis años presa en México, mientras espera una decisión de la Corte
Suprema en los próximos meses, declaró en una entrevista telefónica con
la AFP.
Condenada definitivamente en febrero pasado por la justicia ordinaria
mexicana a 60 años de prisión por secuestro, delincuencia organizada y
posesión de arma prohibida, Cassez recuerda su detención, el 8 de
diciembre de 2005.
“Aquel día, viví un infierno: esposada, golpeada, humillada, llevada por
fuerza, hicieron de mí lo que quisieron. A pesar de todo, tuve la
fuerza necesaria para gritar por mi inocencia. Continúo porque desde el
principio he sido puesta a prueba, una prueba innominable de la que no
se sale indemne. Pero esto mismo me hizo más fuerte”, dijo a la AFP.
La detención se había efectuado en una carretera que lleva a Ciudad de México en compañía de su ex novio Israel Vallarta.
Después de pasar más de 20 horas en una patrulla policial, sola, fue
expuesta ante las cámaras de televisión la mañana del 9 de diciembre,
para una puesta en escena de un operativo, presentado por la televisión
como una transmisión “en directo”, de liberación tres rehenes en un
rancho de Vallarta por la policía federal.
El montaje mediático inicial preludiaba un procedimiento judicial viciado, según la defensa de Cassez.
"Ni mi derecho a la presunción de inocencia, ni las contradicciones de
los testigos de cargo, ni mis derechos consulares, ni la ausencia de
presentación inmediata ante el ministerio público (procuraduría) fueron
tomados en consideración”, dice.
La joven reinició su combate el último 10 de marzo. Decidió con sus
abogados mexicanos depositar un recurso de revisión frente a la Corte
Suprema, considerando que su derecho constitucional a un juicio justo no
había sido respetado.
Contrariamente a todos los pronósticos, el presidente de la Corte
Suprema mexicana, Juan Silva Meza, juzgó que este recurso era admisible.
Luego la máxima instancia se declaró competente y nombró a un ponente
entre sus 11 miembros, el juez Arturo Zaldívar.
Durante una visita autorizada esta semana por las autoridades de la
prisión para mujeres de Tepepán (sur de México), Cassez revivió las
duras escenas de hace seis años al ver parte del programa “Florence
Cassez, el último recurso”, difundido el 15 de noviembre por la cadena
de televisión France 5.
“Al ver de nuevo estas escenas de hace seis años, tengo la impresión de
ser un ratón de laboratorio en un laberinto sin salida. La única salida
posible es ahora desde lo alto. Una mano que viniera a sacarme de ahí,
la mano de la verdad”, sostuvo lacónica.
Cassez encontró una cierta esperanza, alimentada por un cambio notable
en la opinión pública mexicana. Revistas prestigiosas, como Nexos o Este
País, pero también una revista popular como Gente, publicaron estos
últimos meses artículos sobre la “duda razonable” que surge de la
lectura del expediente.
Una reconocida periodista y politóloga Denisse Dresser dedica varias
páginas de su más reciente best-seller “El país de uno” al caso. “En
lugar de envolvernos en la bandera mexicana, deberíamos empezar a
desmancharla. Porque si algo queda claro del conflicto Cassez (...) es
que no se cumplió con el “debido proceso” que Francia tiene derecho a
exigir y Mexico aun no sabe cumplir”, señala.
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