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A ver si como ronca Peña despierta el PRI sin pesadilla
Alvaro Cepeda Neri
Conjeturas
Peña, abanderado del grupo-pandilla Atlacomulco que encabeza su tío Arturo Montiel, el pillo ex desgobernador que le heredó el cargo, echó las campanas a vuelo al estilo del viejo PRI: mariachis, 500 mujeres que le gritan “¡papacito, papacito!”, etc. ¿Dicen que Peña tiene cáncer?... Los candidatos deben acreditar su estado de salud, con antidoping y examen psiquiátrico, no vaya a ser que tengamos otro Calderón… o un Victoriano Huerta, alcohólico que usó a los militares para masacrar al pueblo. Al registrarse como candidato único del nuevamente casi partido único, echaron los peñistas mano de los líderes de la CTM, CNC y CNOP, con sus acarreados, para testimoniar que la “cargada” está presente como arma de intimidación para que los ciudadanos, la oposición y el partido oficial, acepten que el priísmo de Peña es la única opción para el golpismo electorero.
Bonito, con elegante traje, su copete (bastante ralo, pero con gel, para que se vea como un cono) y un discurso que le hicieron, incapaz de improvisar, pues es un politiquillo de guión (y apuntador bien camuflado, asesorado por Televisa, que llegará al poder presidencial para que Azcárraga Jr. y López Dóriga sean los vicepresidentes con Quique como presidente aparente). La analista y periodista Soledad Loaeza, escribió un texto a propósito del triunfalismo peñista: Del plato a la boca… (La Jornada: 24/XI/11). Y es que como van las cosas, el PRI puede encontrar su tumba en las próximas elecciones, pues Peña es un mal candidato con discurso muy gastado. Y los ciudadanos encuentran a los políticos sin carisma. Por eso, convocan por las redes sociales y boca a boca, a anular el voto o, de plano, no acudir a las urnas.
El extraordinario escritor Fernando Vallejo, al recibir el premio en Lenguas Romances en la Feria del Libro, convocó a los mexicanos a no votar, en el contexto de una certera crítica a Fox, Calderón, a la doble moral de la Iglesia católica y a la corrupción de los políticos en el poder. Y es que los electores están hartos de quienes abusando de la democracia electoral, llegan a los poderes (incluyendo las designaciones en la Suprema Corte, cómplice del hipócrita Enrique Krauze y su revista), traicionan a sus votantes y sólo roban, abusan del poder y, como Calderón declaran una guerra al pueblo en nombre de combatir a los delincuentes con saldo de ¡60 mil homicidios! Y la más sangrienta inseguridad que genera más desempleo, más robos y terror.
Así que Peña, haciendo alarde de sentirse sucesor de Calderón, ronca a pierna suelta, ignorando que su PRI (el que planteó modernizarse vía las reformas de sus senadores) tiene pesadillas porque no tiene seguro su triunfo. Falta el día de las urnas, para ver si los que asistan votan por él y cuánta abstención habrá con los votos nulos, y en una de esas del voto a las urnas se le puede caer la victoria al peñismo que ha gastado millones en su imagen (y a cambio de publicidad pedir la cabeza de periodistas) y que Televisa y TV-Azteca sean realmente sus promotores… y es que, del plato a la boca…
cepedaneri@prodigy.net.mx
Bonito, con elegante traje, su copete (bastante ralo, pero con gel, para que se vea como un cono) y un discurso que le hicieron, incapaz de improvisar, pues es un politiquillo de guión (y apuntador bien camuflado, asesorado por Televisa, que llegará al poder presidencial para que Azcárraga Jr. y López Dóriga sean los vicepresidentes con Quique como presidente aparente). La analista y periodista Soledad Loaeza, escribió un texto a propósito del triunfalismo peñista: Del plato a la boca… (La Jornada: 24/XI/11). Y es que como van las cosas, el PRI puede encontrar su tumba en las próximas elecciones, pues Peña es un mal candidato con discurso muy gastado. Y los ciudadanos encuentran a los políticos sin carisma. Por eso, convocan por las redes sociales y boca a boca, a anular el voto o, de plano, no acudir a las urnas.
El extraordinario escritor Fernando Vallejo, al recibir el premio en Lenguas Romances en la Feria del Libro, convocó a los mexicanos a no votar, en el contexto de una certera crítica a Fox, Calderón, a la doble moral de la Iglesia católica y a la corrupción de los políticos en el poder. Y es que los electores están hartos de quienes abusando de la democracia electoral, llegan a los poderes (incluyendo las designaciones en la Suprema Corte, cómplice del hipócrita Enrique Krauze y su revista), traicionan a sus votantes y sólo roban, abusan del poder y, como Calderón declaran una guerra al pueblo en nombre de combatir a los delincuentes con saldo de ¡60 mil homicidios! Y la más sangrienta inseguridad que genera más desempleo, más robos y terror.
Así que Peña, haciendo alarde de sentirse sucesor de Calderón, ronca a pierna suelta, ignorando que su PRI (el que planteó modernizarse vía las reformas de sus senadores) tiene pesadillas porque no tiene seguro su triunfo. Falta el día de las urnas, para ver si los que asistan votan por él y cuánta abstención habrá con los votos nulos, y en una de esas del voto a las urnas se le puede caer la victoria al peñismo que ha gastado millones en su imagen (y a cambio de publicidad pedir la cabeza de periodistas) y que Televisa y TV-Azteca sean realmente sus promotores… y es que, del plato a la boca…
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