Editorial
Sabiendo como se las gastan los imperialistas del consumismo, perfectamente capaces de derribar las Torres Gemelas con tal de echarle la culpa a Saddam Hussein y acusarlo de tener armas de destrucción masiva.
O de venderles armas y apoyar a los opositores de cualquier gobierno para desestabilizarlo, como sobradamente está comprobado (y hasta reconocido por ellos mismos) que lo han hecho.
El que la “oposición” (mercenarios pagados por los imperialistas sería más propio) responsabilicen al Gobierno de Bashar al Assad de los estallidos perpetrados en Damasco a la llegada de los observadores de la Liga Árabe dejaron 30 muertos y medio centenar de heridos (en nuestro México el mismo día hubo 36 asesinatos) da mucho en qué pensar.
Pues siguiendo los cánones de una investigación, es más que evidente que el “beneficiado” con semejantes actos, no es el Gobierno sirio, sino los mentados “opositores”.
Cabiendo recordar, aunque la prensa, convenientemente manipulada, poco ha informado de ello, que ha habido multitudinarias manifestaciones de sirios que exigen que los extranjeros se retiren de su milenaria nación.
Pero como en este mismo espacio lo hemos comentado, parece ser que los norteamericanos no cejarán en su perversa intención de, con el pretexto de la democracia y de que supuestamente son los paladines de la misma, invadir Siria.
Para de esa manera cercar a Irán, y derrocar al gobierno teocrático que ellos mismos ayudaron a instaurar cuando apoyaron al Ayatola chiíta Rouloa Jomeini para que derrocara a su ex socio y protegido, el Sha (Emperador) Mohammad Reza Pahlevi (así se las gastan)
Y si a eso le agregamos que la delicada y peligrosísima situación económica ´por la que atraviesan los obliga a intensificar su principal industria, la de las armas, habiendo retirado ya sus cobardes tropas de Irak, a la que dejaron mucho peor de cómo estaba antes de la invasión y el asesinato de Saddam Hussein, dudar o sospechar que los atentados en Damasco sea obra de ellos mismos, no es precisamente ser mal pensado.
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