Conjeturas
Por Alvaro Cepeda Neri
El mal gobierno calderonista aviva la necesidad de milagros
Los malos gobernantes que no resuelven los problemas de los gobernados,
casi sólo dejan la salida de que éstos se rebelen, empezando por
manifestaciones, revueltas y hasta culminar en revoluciones, que se
pagan con muertos y destrucción (como la “primavera” árabe y la
ejecución en Libia de Gadafi, ante la ira de una nación sometida a 40
años de cruel despotismo). La otra opción es que las sociedades se
refugien en sus religiones, esperando un milagro, el cual piden con
oraciones y ritos.
En nuestro país (al menos en la Ciudad de México), se ha incrementado la
veneración a Judas Tadeo (existen otros dos: Judas Iscariote,
reivindicado por el descubrimiento de un Evangelio que investigan
Kasser, Meyer y Wurst, volcado en el libro de National Geographic: El
Evangelio de Judas) y Judas Macabeo. Pero es a Judas Tadeo, el de la
flama que sale de su cabeza, al cual sus miles de creyentes festejan
cada final de mes, y el 28 de octubre, van en procesiones a una iglesia
en su honor ubicada en el cruce de Paseo de la Reforma y Avenida Hidalgo
(en contraesquina de la famosa Alameda Central, que Diego Rivera
inmortalizó en su cuadro: Un domingo en la Alameda.
Por casi 24 años (los sexenios malditos de Salinas, Zedillo, Fox y
Calderón), los mexicanos hemos ido de mal en peor, con un
empobrecimiento del salinismo-zedillista (PRI) de 18 millones a 50
millones en la vil pobreza (del foxismo-calderonista del PAN). Un
desempleo infame de 20 millones. Más de 3 millones de niños obligados a
trabajar y otros miles víctimas de la pederastia (muchos de ellos por
clérigos católicos, empezando por Marcial Maciel, ex asesor papal). Una
prostitución por necesidad económica. Más de 50 mil homicidios,
responsabilidad del Jefe de las Fuerzas Armadas: Calderón y sus
contrapartes los Chapo Guzmán. Millones de campesinos e indígenas,
muriendo de enfermedades y el campo en total abandono.
Por esto, los mexicanos ruegan a sus santos para que les ayude a
conseguir empleo, pagar sus deudas (las casas de empeño se han
multiplicado vorazmente) y parar la matanza por todo el país. Que sus
gobernantes ya no roben y que cese la impunidad. A San Judas Tadeo
millones de mexicanos piden el milagro de resolver los problemas que les
afectan. Y ante el mal gobierno calderonista, el catolicismo mexicano
no tiene más esperanza que venerar a quien de cariño llama: “Juditas”. Y
en sus iglesias lo visitan con mensajes, velas y copias de su imagen
para que sean bendecidas y orar en sus casas.
Y es que no hay otra manera pacífica de resolver los males nacionales.
El milagro o los milagros son el único asidero de los mexicanos
angustiados, desesperados, porque sus gobernantes panistas, persignados y
todo, se han comportado como déspotas que no cumplen con sus
obligaciones… así que, hay que rezarle a Judas Tadeo para que su flama
nos haga el milagro de que ya se vaya Calderón y las elecciones se
realicen. Y que nos indique cuál de los candidatos es el mejor y que
cumplirá con su deber constitucional… no haciendo milagros, lo cual,
como están las cosas, sí que sería un milagro.
cepedaneri@prodigy.net.mx
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