¡¡Exijamos lo Imposible!!
¡Atrévete, Calderón, a cumplir tu amenaza de troglodita!Álvaro Cepeda Neri
No conforme con que su “guerra”, que debería ser sólo contra los
delincuentes, la ha llevado también contra todos los mexicanos ajenos a
ésta; no conforme con pisotear un lustro el artículo 29 constitucional, al matar a diestra y siniestra,
puesto que él, como jefe nato de las Fuerzas Armadas y de la policía
federal, ordenó que los efectivos salieran a las calles sin siquiera
disminuir los baños de sangre, las violaciones sexuales, asaltos a
domicilios (sin orden de cateo) y provocar el desplazamiento de miles
de mexicanos a otras entidades e inclusive asilados; no conforme con
tener 55 millones de pobres, más de 20 millones sin empleo y 13 millones
en el comercio callejero; no conforme con eso y más, el presidente
Felipe Calderón demostró de nuevo su autoritarismo de ultraderecha.
En otro arranque autocrático, enfurecido y en complicidad con sus
asesores jurídicos (afiliados al derecho natural, pero no al positivo y
escrito), pero sin orientación política (porque Alejandro Poiré es sólo
un mal policía) en sentido democrático y republicano, ordenó que le
redactaran, y publicó en un desplegado una amenaza que lo retrata física
y sicológicamente en su pequeñez nazifascista que supera su anterior
semejanza con Victoriano Huerta, para actuar como un clon de Adolfo
Hitler. Es un panfleto con sus ideas feroces, llenas de odio y
venganza, que ni él ni nadie de su grupo firmó, sino como inserción
pagada del “gobierno federal”. Pero no es anónimo. Es una andanada sin
nombre para intimidar a ¡23 mil ciudadanos!, que suscribieron y
presentaron ante la Corte Penal Internacional, en la Haya, Holanda, una
denuncia de hechos encuadrados como crímenes de guerra y de lesa
humanidad.
La revista Contralínea (20 de noviembre de 2011) y el periódico (atacado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación y la revista Letras Libres, de Enrique Krauze, con propósitos de censura) La Jornada (26 de noviembre 2011) dieron a conocer el documento que presenta ante la Corte Penal Internacional una síntesis del drama sangriento
que sufre México, para que investigue la violencia-pinza de Calderón y
los delincuentes contra la nación. Esto enfureció a quien vive escondido
en su búnker y cuando se desplaza fuera de éste manda sitiar los
lugares (como hizo en Hermosillo, donde sus habitantes padecieron parte
del golpe militar), para, rodeado de militares y policías presumir que
en el país existe la paz social. Pero el militarismo y la delincuencia
organizados hacen del territorio su campo de guerra, para exterminarse
entre ellos y generar “daños colaterales”: más de 55 mil homicidios que
superan a los muertos en Afganistán, Irak, Libia. Esto hace a Calderón
responsable de no resolver el problema y, por tanto, debe rendir cuentas
penales en una instancia internacional, dado que el Poder Judicial
federal le brinda su apoyo y borró la separación de los poderes, salvo
el Senado que se ha comportado republicanamente y la Cámara de Diputados
federales, con excepción en ésta, de los panistas y la facción priísta
servil a Enrique Peña Nieto.
¿Imputaciones falsas y calumniosas? ¿Democracia vibrante..? ¿Con qué se come
eso? No hay exterminio de la población. ¿Entonces qué significan más de
55 mil muertos? Desafortunadamente, indica Calderón, hay actos
violatorios de derechos humanos y calla los derechos de los desplazados,
de los exiliados, de los “daños colaterales” que son mexicanos privados
de la vida porque militares, marinos y policías disparan a tontas y locas.
¿Prevención del delito, cuando son actos sistemáticos de esa otra
delincuencia que no tiene empleo? ¿Las imputaciones al gobierno de
Calderón son infundadas e improcedentes? ¿Constituyen calumnias y
acusaciones temerarias que afectan “terriblemente el buen nombre de
México”? ¿Qué alternativas hay para proceder legalmente contra los 23
mil mexicanos que solicitaron la investigación de la Corte Penal?
¡Contra esos mexicanos y los que nos estamos sumando son las tronantes
amenazas de un dictadorcillo panista!
Un tal Gerardo Laviaga (que está al frente de una institución penal
nacional) asegura ser asesor… ¡jurídico! de Calderón y otros ignorantes
de la Constitución y sus leyes reglamentarias, pasan por alto que
ésta concede a todos los mexicanos el derecho de demandar a los malos
gobernantes. Y al hacerlo ante instancias internacionales, es porque
aquí no funciona el juicio político ya que priva la impunidad y no hay
manera de exigir cuentas a los funcionarios que abusan del poder.
Los trogloditas, escribió Charles-Louis de Secondat, barón de Montesquieu (Cartas persas), son fieros y perversos que no conocen “principio alguno de equidad y justicia”. Con su panfleto, Calderón se ha exhibido como un troglodita. La pizca
de demagogia democrática que quedaba en su discurso era una pose
carente de una mínima cualidad republicana. Su ultimátum y abuso al
estilo de Agusto Pinochet, de Victoriano Huerta y de juntas militares,
es una amenaza para llevar a los tribunales a esos 23 mil mexicanos (y a
los que nos agregamos a la petición de investigar el abuso militar
donde la inseguridad ha triunfado).
Calderón ya enloqueció. Y un individuo desquiciado en el poder no
sólo amenazará con su prosa provocadora, sino que, víctima de la ira,
ordenará a militares y policías matar y encarcelar al pueblo, e
implantar de jure lo que es ya de hecho un golpe de Estado y después un
gobierno contrario a la Constitución. La nación sobrevive al golpismo y a
la barbarie de la delincuencia organizada, además de que padece un
gobierno federal desorganizado. ¿Se atreverá Calderón o dar el último
paso? La población sabrá resistir, como históricamente lo hicieron
generaciones anteriores contra los conservadores, derechistas,
reaccionarios, que ahora se agrupan, mayoritariamente, en el Partido
Acción Nacional y han resucitado con Fox y Calderón.
*Periodista
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